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El auge urbanístico agota el suelo edificable de Benidorm diez años antes de lo previsto

El aumento de la demanda y el escaso terreno urbanizable disparan los precios de la vivienda

Si el sector de la construcción, motor de la economía, atraviesa uno de sus momentos más dulces en la Comunidad Valenciana, en Benidorm registra niveles jamás alcanzados. En los últimos tres años se han construido en esta ciudad turística cerca de 5.000 viviendas de nueva planta, además de decenas de chalés y tres nuevos hoteles. El departamento municipal de Urbanismo, desbordado de trabajo, tramita ahora el desarrollo de seis planes urbanísticos con los que se aumentará la capacidad de población en 150.000 personas. El suelo edificable de la localidad se agotará diez años antes de lo previsto.

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La eclosión urbanística supone en Benidorm adelantar las previsiones de crecimiento en diez años. "El negocio es boyante y la demanda de suelo crece día a día", asegura el concejal de Urbanismo, el popular Antonio Botella. Con la demanda suben los precios, que se han disparado.El auge de la economía, la llegada de capital foráneo, la salida del dinero negro y la expectativa de negocio turístico que despierta la puesta en marcha de Terra Mítica, son los factores que se apuntan como desencadenantes de la fiebre del sector de la construcción en Benidorm.

La demanda de suelo supera la oferta, y eso conlleva una inevitable subida de los precios. El Ayuntamiento reconoce que promotoras y constructoras pagan hoy entre 8.000 y 10.000 pesetas por metro cuadrado no urbanizable, sujeto a planes de desarrollo especiales. El valor del escaso territorio urbano que le queda a la ciudad turística, aquel sobre el que se puede construir con relativa rapidez una vez tramitada la licencia de obra, no tiene límite. "Ese suelo está en permanente subasta, y se lo queda el mejor postor", apunta el concejal de Urbanismo, Antonio Botella.

En los últimos tres años, el departamento que ahora dirige Botella ha tramitado más de 500 expedientes de obra mayor. En 1997 se concedió licencia para construir 1.062 viviendas en bloques de apartamentos. Al año siguiente el número aumentó a 2.364 unidades, y en 1999 se tramitaron 1.149 viviendas nuevas. Se trata de cifras aproximadas, dado que los funcionarios del departamento, que se confiensan "desbordados" de trabajo, no han tenido tiempo de actualizar la estadística, a la que hay que añadir los chalés y adosados autorizados y los establecimientos hoteleros.

Antonio Botella hace una lectura interesada para explicar este auge urbanístico sin precedentes. "Sin duda es el efecto que tiene en el mercado inmobiliario Terra Mítica, que ha generado una demanda nunca vista en el pueblo", asegura. A esto, el edil añade la entrada en el sector de empresas urbanizadoras foráneas. "Invertir en Benidorm es negocio", añade henchido.

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De norte a sur y de este a oeste, la urbe turística se nos presenta hoy como un plantío de grúas. Las empresas urbanizadoras, siempre insaciables, han presentado proyectos para desarrollar los seis planes parciales que quedan para completar el entramado urbano, tanto en Poniente como en Levante, sobre los que en el plazo de cuatro años se levantarán hasta 7.000 nuevas viviendas, no menos de quince hoteles y un número indeterminado de chalés. Unos están ya en construcción, y otros en fase de aprobación.

Adiós a la huerta

Las autoridades locales reconocen que la frenética actividad ha adelantado los planes de crecimiento en una década, y que finalizado el proceso la ciudad podrá acoger a 150.000 personas más, lo que se traducirá en una capacidad para 550.000 almas.

Con un término municipal que no supera las 2.800 hectáreas, Botella calcula que en 2003 la ciudad conservará una reserva de suelo de apenas un millón de metros cuadrados, el territorio conocido como la prolongación de la huerta, dirección a Altea. El resto de la antigua huerta está ya sentenciado.

El Ayuntamiento de Benidorm mantiene el criterio urbanístico que define a la ciudad. Con el objeto de liberar suelo para dotaciones comunes de las urbanizaciones y zonas ajardinadas, se fomenta la construcción en vertical. Como ejemplo se cita un plan parcial que afecta a la zona de Poniente, la más próxima a Terra Mítica. Con una extensión de un millón de metros cuadrados, la construcción se concentrará en rascacielos sobre medio millón de metros, y el resto se destinará a dotar a la ciudad de un gran parque urbano para esparcimiento ciudadano a tiro de piedra del mar. Es la fórmula para que la ciudad sea habitable, y para que el turista no tenga sensación de angustiosa masificación.

El nivel de desarrollo urbanístico agrada a unos, preocupa a otros y sorprende a todos. Mientras el equipo municipal de gobierno, del PP, ve en él una salida a la crisis de las maltrechas arcas locales por los ingresos millonarios por licencia de obras, la oposición vela con celo que se respete la legalidad y repite hasta la saciedad la misma pregunta: "¿De dónde sacaremos agua para todo esto?". Y ahí se corta toda posibilidad de debate.

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