_
_
_
_

El presidente checheno dice que ha ordenado un alto el fuego y la liberación de los presos rusos

El presidente checheno, Aslán Masjádov, asegura en una entrevista publicada el viernes en el diario Kommersant y cuyo contenido se difundió el jueves por la noche en Moscú que ha ordenado el cese unilateral de hostilidades y la liberación sin ninguna contrapartida de los prisioneros de guerra rusos. A eso se debe, según él, la relativa disminución de la actividad bélica en los últimos días. "Aunque la lucha sigue", añadió, "muchos secuestrados que eran retenidos en areas que no están bajo control ruso están siendo puestos en libertad".

Más información
La complicada 'operación limpieza'

"Casi todas las unidades armadas siguen mis órdenes", asegura en la entrevista Masjádov, según el cual si la lucha continúa en algunos puntos se debe sobre todo a que las difíciles comunicaciones rompen la precaria cadena de mando. El presidente checheno, un moderado sin control real sobre los principales señores de la guerra como Shamil Basáyev, lleva semanas ofreciendo la rama de olivo a Rusia, que tan pronto le considera un interlocutor válido como un "bandido" más con el que sólo cabe negociar la rendición incondicional. Entre tanto, la guerra continúa. Las tropas rusas controlan los principales nucleos de población y las tierras llanas del norte y el centro de la república caucásica, pero los rebeldes que resisten en las zonas montañosas del sur han sobrevivido al invierno con parte de su capacidad de lucha. Algún jefe militar ruso reconoce que la "operación antiterrorista" marcha con tres meses de retraso.

Una delegación de la troika de la Unión Europea, presidida por el embajador portugués en Moscú, iniciaba el jueves mientras tanto un viaje a la zona de conflicto que -como las anteriores de representantes de la OSCE, la ONU y el Consejo de Europa- le permitirá ver la misma película y casi con los mismos protagonistas: civiles de Grozni malviviendo entre montones de escombros, refugiados más allá de toda esperanza, funcionarios prorrusos que recuerdan que aquella era una tierra sin ley, civiles que denuncian atrocidades y bombardeos indiscriminados, y militares que niegan los crimenes de guerra y la existencia misma de los campos de filtración.

Objetivo triple

El objetivo del periplo es triple: facilitar la presencia en la región de las organizaciones humanitarias internacionales, estudiar la situación de los derechos humanos y evaluar los daños a la infraestructura civil. También el jueves se inició una nueva visita a la república caucásica de una delegación del Comité de Prevención de la Tortura del Consejo de Europa, cuyo informe anterior fue una de las causas de que el máximo foro que vigila por el respeto de los derechos humanos en el continente abriese expediente de expulsión a Rusia.

Pese a todo, ni la Unión Europea ni Estados Unidos quieren ganarse la inquina de una Rusia que estrena presidente, con el que habrá que entenderse al menos durante cuatro años y que llegó al Kremlin aupado por la conducción implacable del conflicto del Cáucaso. Éste será una de las claves de dos próximas citas en Moscú: cumbre de la Unión Europea y Rusia (a finales de mayo), y reunión entre Bill Clinton y Vladímir Putin (a comienzos de junio).

Habrá que ver cómo se traducen en el campo de batalla las declaraciones de Masjádov. Lo que está claro es que, si hubo una oportunidad real de paz, fue poco después de que comenzase la guerra. Allá por octubre del año pasado, se hablaba de la "frontera natural" del río Terek y de crear al norte de éste una "franja de seguridad" contra incursiones terroristas. Incluso cuando la fuerza de intervención cruzó a a la otra orilla del río, el ministro de Exteriores, Ígor Ivanov, declaraba a EL PAIS (21 de octubre) que no estaba previsto un asalto masivo a Grozni, reducida luego a un paisaje lunar.

El propio Ivanov lleva tiempo hablando de que Moscú negocia con Masjádov y de que pronto habrá resultados (¿se refería tal vez al anuncio de alto el fuego unilateral?); aunque otro Ivanov, Serguéi, secretario del Consejo de Seguridad Nacional, afirma que lo único que se puede discutir con los chechenos es la rendición incondicional.

Además, Masjádov es sólo en teoría el jefe del banco rebelde. Los señores de la guerra, como Shamil Basáyev, no reconocen otra autoridad que la suya y, conscientes de lo que les espera si son capturados, parecen dispuestos a combatir hasta la muerte.

La guerrilla sabe que, salvo cataclismo político en Moscú, no puede ganar, pero también que puede impedir que la victoria enemiga sea completa. Hay más de 90.000 efectivos federales en Chechenia, frente a unos pocos miles de rebeldes. Sin embargo, los federales ni siquiera tienen control absoluto de las tierras llanas, sobre todo al caer la noche o cuando hay niebla.

Los independentistas son capaces de tender emboscadas, incluso en Grozni. Algunas han puesto en ridículo al mando ruso, al precio de decenas de vidas. Lo que iba a ser un paseo militar, ha causado ya más de 2.000 muertos entre los militares, tres veces más según los comités de madres de soldados.

Los principales jefes rebeldes siguen libres. Las piezas cobradas por los rusos son de caza menor, como Salmán Radúyev. Una de las condiciones que Moscú pone Masjádov es, precisamente, la entrega de los principales señores de la guerra, empezando por Basáyev, que perdió un pie al pisar una mina.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_