"Las cajas tienen que anticipar el cobro de incentivos al empleo"
Defiende la estrategia de pactos con sindicatos y Junta, que tantos recelos provoca en el sector crítico y exige un compromiso similar contra el paro de las cajas de ahorros. Tras el éxito de la corriente mayoritaria en el congreso nacional de CCOO, Julio Ruiz prepara ya el congreso andaluz de junio, en el que se presentará de nuevo como candidato a la secretaría regional. El dirigente regional de CCOO está exultante con el saldo del VII Congreso nacional, en el que el candidato del sector oficial, José María Fidalgo fue elegido secretario general sin apenas problemas y en el que se habló, incluso, de un acercamiento a los críticos. "Fue un congreso muy sereno, muy tranquilo", afirma Julio Ruiz, quien destaca como "única incidencia" los pitos y palmas con los que fue recibido en Madrid el líder del sector crítico sevillano, Antonio Rodrigo Torrijos.
P. Aquí, las diferencias entre el sector crítico (39% en el último congreso regional) y el mayoritario parecen enquistadas ¿Es posible un acercamiento?
R. El factor que puede determinar que haya una mayor o menor integración es la lealtad a las decisiones orgánicas mayoritarias. A la minoría le ha faltado esto en los últimos cuatro años, y si su reflexión no va por ahí será difícil ir hacia la integración total. Nosotros somos muy dados al respeto a las minorías, pero a veces nos olvidamos que las decisiones mayoritarias deben tener, al menos, el mismo respeto. Esta es una asintonía que ha podido darse y tiene que corregirse. Por lo tanto, la primera condición para la integración en el sindicato es la servidumbre a la democracia y la segunda, la lealtad a las decisiones mayoritarias.
P. A Fidalgo no le presentaron candidatura alternativa ¿Le preocupa que aquí no pase lo mismo?
R.No me preocupa en absoluto y tampoco hay trabajo previo para alcanzar ese objetivo. Yo creo que en Andalucía la mayoría confederal tiene un respaldo muy importante en el sindicato, que en los últimos años ha dado un cambio extraordinario: ha ganado en afiliación, en imagen, creo que se le respeta mucho en todas las instituciones andaluzas. Y si hay un proyecto alternativo a este, pues que alguien pueda defenderlo no me parece una cuestión negativa.
P. Los críticos le culpan de abandonar la movilización social para seguir una estrategia de pactos con la patronal y la Junta...
R. Yo ya he contestado en varias asambleas a eso que utiliza la minoría de que "el sindicato debe girar a la izquierda". No sé muy bien qué quieren decir con esa expresión. ¿Un giro a la izquierda significa declarar la huelga indefinida, que no firmemos convenios colectivos, que renunciemos a incidir en el Gobierno de Andalucía? Si es eso, yo estoy radicalmente en contra.
P. Entonces, su propuesta es seguir dando prioridad a los pactos con los empresarios y la Administración...
R. Yo creo que la concertación social es un elemento primordial. Es un instrumento imprescindible para que esta región progrese; es una cultura de compromiso, no sólo con los intereses de cada uno, en el caso de Comisiones los de la clase trabajadora, sino también con la mejora del conjunto de Andalucía. Y eso no se hace desde la protesta, desde la algarabía, desde el grito. A veces, esto es necesario, pero creo que es mejor contribuir a inclinar la política económica hacia la mejora de las condiciones de los trabajadores. Queremos influir en el Gobierno andaluz, aunque, eso sí, ni pretendemos ser Gobierno, ni que se nos confunda con él.
P. En la campaña electoral, Manuel Chaves insistió en la necesidad de fomentar las vocaciones empresariales ¿Es eso compatible con los objetivos sindicales?
R. Yo creo que es bueno que haya muchos empresarios de verdad. Andalucía, históricamente ha tenido más gente ubicada en la cultura del rentismo que en la cultura empresarial, que es una cultura de riesgo, es capaz de afrontar negocios, de crear riqueza, valor añadido... Por eso insistir en esa necesidad me parece bien. Desde mi punto de vista el problema no es si hay más o menos empresarios, sino si juegan efectivamente ese papel. Pero creo que, desde una posición de un partido de izquierda como el PSOE, hay que hablar mucho más del reparto de las riquezas que se crean, como se distribuyen. El gran déficit en Andalucía y España es que hay una mala, injusta distribución de la renta que se crea. Crecemos por encima de la media europea y sin embargo somos incapaces de traducir ese crecimiento económico en más empresas, pero sobre todo en más empleo y en mejor empleo.
P. La lucha contra el paro es, otra vez, el primer reto del nuevo Gobierno andaluz ¿No habrá que pensar en algo más que el diálogo social?
R. Hay que insistir en la concertación, porque es una forma de comprometer a los empresarios con la creación de empleo. Pero la Administración también debe fortalecer otras políticas e incorporar otros instrumentos al alcance del Gobierno autonómico, como las cajas de ahorro. Las cajas, que manejan cantidades extraordinarias de recursos, están poco comprometidas con el tejido productivo. Y ahí el Gobierno andaluz debe hacer oír su voz para conseguir un mayor compromiso de las cajas.
P. ¿Qué propone?
R. Las cajas tienen que ser un instrumento válido para atenuar los excesos burocráticos, justificados o no, de la Administración. No puede ocurrir que cuando el empresario solicite la ayuda en la Consejería de Trabajo por haber creado un empleo, se lleve un año esperando al incentivo, incluso que se queden fuera porque se acaba el presupuesto. Esto debe corregirse de inmediato: en las próximas conversaciones que tengamos con Manuel Chaves, le pediremos que impulse un concierto con las cajas; ellas tienen que ser las que anticipen los incentivos y luego cobren a la Junta esos pagos.
P. Los accidente laborales no cesan y, sin embargo, apenas se perciben actuaciones concretas ni del Gobierno ni de los agentes sociales...
R. Nosotros consideramos que la principal causa de la siniestralidad laboral es la no aplicación de la ley de prevención de riesgos, que es una buena norma. Desde mi punto de vista, la primera responsabilidad es de los empresarios, porque es el responsable de la organización del trabajo; se ponen de uñas cuando los sindicatos tratamos de intervenir en ella. El día que, en este país, a un empresario que no aplique la ley se le condene por negligencia, empezará a haber menos accidentes. Y esto lo digo porque España es un caso muy llamativo: según las estadísticas europeas, hay tres veces más accidentes aquí que en el promedio de la Unión. Y en Gran Bretaña, hay un solo accidente por cada siete que ocurren aquí. Y da la casualidad de que es precisamente éste el país que más persigue, penalmente, la no aplicación de la ley de prevención de riesgos laborales.
P. La memoria de la Fiscalía de Cádiz, publicada el martes, alertaba de los excesos de algunas movilizaciones ¿Qué opina?
R. En Comisiones nos oponemos a cualquier manifestación de violencia, pero sí creo que hay situaciones que hay que analizar. No es que estemos de acuerdo con que se rompa el puente de Carranza, pero hay situaciones comprensibles por la angustia de la gente que puede perder su trabajo. Ahora bien, esto no tiene nada que ver con otras situaciones muy corporativas. Ya nos enfrentamos a la posición de los maquinistas por la huelga que hicieron en todo el país y nos enfrentaremos a todos los que defiendan a unos pocos en perjuicio de muchos.
"El día que se condene a un empresario por no aplicar la ley de prevención, habrá menos accidentes laborales"
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