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Caneiro publica en castellano una novela premiada en gallego

Xosé Carlos Caneiro (Verín, Ourense, 1963) es un poco el patito feo de la literatura gallega. Un escritor multigalardonado (15 premios en los últimos nueve años) y multieditado (cuatro novelas, un par de libros de relatos, otro de poemarios, ensayo, teatro...) pero muy poco leído, según él mismo no se cansa de repetir, y traducido ahora por primera vez al castellano. Tampoco es Caneiro un frecuentador de los círculos literarios, y trabaja más el esfuerzo de escribir que la imagen de escritor. Pero las razones de su relativo apartamiento de la escena residen más bien en su falta de concesiones al lector. "El arte es la conquista de la dificultad. Yo escribo para que me relean", asegura.Un xogo de apócrifos, una obra de estructura compleja, de frases en las que prima el ritmo y de párrafos pulidos con esmero, ganó en 1996 el premio de narrativa Torrente Ballester y en 1997 el de la Crítica española para narrativa en gallego. Ahora se acaba de editar en castellano la novela Un juego de apócrifos (Espasa), traducida por Xavier Rodríguez Baixeras.

Es una obra conformada por 35 relatos de un escritor-conductor de autobuses, que el autor del relato número 36, Silesio Braun, va reescribiendo en un centro psiquiátrico a beneficio de su cuidadora. "Es un intento de fragmentar la condición humana en muchos trozos, en pedazos de espejo, que parten de una concepción lúdica del lenguaje y de la capacidad seductora de la invención, y sobre todo es un homenaje a la literatura que amé y amo", dice su autor.

"Universal como Bill Gates"

La palabra literatura está constantemente en boca de Xosé Carlos Caneiro, un licenciado en Geografía e Historia que trabaja como coordinador de un centro de educación de adultos de Verín, y que dedica al menos seis horas cada día (o más bien, cada noche) a leer o escribir.

De hecho, Un juego de apócrifos es la cuarta novela de una pentalogía (con O infortunio da soidade, Tal vez melancolía, Os séculos da lúa y una quinta por editar que pretende ser el epílogo de las anteriores), construida en diez años, en competencia con la escritura de relatos, traducciones dramáticas de Sam Shepard o Darío Fo, artículos en prensa... "Soy un vicioso, un fanático, elegí ese camino (miento: ese camino me eligió a mí) y a veces me arrepiento. Espero que no sea tarde para convertirme en futbolista o presentador de un programa de José Luis Moreno", afirma el escritor.

Y como todo fanático, Caneiro es intransigente. "En los últimos años, vivimos bajo una dictadura estética del simplismo, de la escritura expositiva, informativa, plana, vacía, magnetofónica. Creo que la literatura puede ser entendida por los lectores como una aventura en la que pueden encontrar placer, dolor, lunas, lágrimas, secretos... La literatura puede vencer en la batalla que mantiene con el sucedáneo literario y con las novelitas de usar y tirar. Yo quiero escribir, permanecer, quiero ser tan universal, escribiendo en gallego, como Bill Gates".

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