Putin lanza en Londres una ofensiva para que Rusia recupere su liderazgo
El primer ministro británico, Tony Blair, defendió ayer la polémica visita oficial del presidente electo ruso, Vladímir Putin, a una capital occidental advirtiendo de que el aislamiento de Rusia no es la forma de resolver los abusos denunciados por la población chechena y las organizaciones de derechos humanos. "Comparto la misma inquietud, pero pienso que la mejor vía para obtener resultados es comprometiéndonos con Rusia, no aislándola", dijo Blair. Ayer se supo también que los próximos 4 y 5 de junio Putin se reunirá con Bill Clinton en Moscú.
Este primer contacto londinense, que se produce un mes después de la visita de Blair a San Petersburgo, se formalizará en una cumbre anual bilateral que ambos jefes de Gobierno acordaron celebrar ayer para resolver posibles dificultades. Blair se erige así en el principal eslabón en las relaciones de Rusia con la Unión Europea y EEUU, papel que en el pasado adoptó la conservadora Margaret Thatcher. El presidente ruso, por su parte, respondió a la protesta internacional contra la actuación en la guerra de Chechenia señalando que se trata de una campaña "contra el terrorismo internacional", en la que dijo, en una clara crítica a los gobiernos occidentales, "Rusia está sola". Putin prometió ayer que una comisión independiente no gubernamental investigará los abusos perpetrados en la contienda.
La promesa no llegó a satisfacer las demandas del medio centenar de manifestantes que protestaron ayer frente a la residencia oficial del primer ministro. Amnistía Internacional exige medidas para asegurar que los fuerzas rusas respetarán la legislación internacional, además del libre acceso a Chechenia de observadores internacionales para investigar las denuncias.
La jornada de Putin en Londres concluyó con una audiencia ante la reina Isabel II. Antes se reunió con miembros de la Confederación de la Industria Británica, a los que pidió inversiones en "la nueva Rusia". "El factor más importante para nosotros es la integración de Rusia en la economía mundial. Debemos restaurar la confianza de los inversores extranjeros y reducir la carga fiscal de la política rusa". Putin aceptó la complejidad de los problemas, pero se mostró comprometido con modernizar la economía rusa. Su plan de acción dio pie a Blair a señalar que el nuevo presidente "habla nuestra lengua de reforma".
Agradecimiento a Blair
Aún es pronto para saber si el hecho de que Vladímir Putin eligiese Londres como destino de su primer viaje a Occidente tiene más alcance que el de agradecer al primer ministro británico, Tony Blair, el espaldarazo que supuso la visita que éste le hizo en San Petersburgo el pasado marzo, en plena campaña electoral. Pero ya está claro que, cuando menos, el presidente ruso quiere incluir a Blair en la lista de sus interlocutores privilegiados en Europa, junto al alemán Gerhard Schröder y el francés Jacques Chirac.
Borís Yeltsin impulsó una troika con el presidente francés y el canciller germano (por entonces, Helmut Kohl), que incluía cumbres periódicas y a veces "sin corbata", en las que se esbozaba una respuesta al mundo unipolar impuesto por la hegemonía única de Estados Unidos. Es probable que Putin intente heredar aquella amistad y fortalecer en general los lazos con la Unión Europea (que tiene en Berlín y París dos sólidos pilares), pero, aparentemente, es con Blair con quien está desarrollando una relación personal más estrecha, que, de momento, se ha traducido en la decisión de celebrar cumbres anuales. [El Gobierno de EEUU confirmó ayer que Putin recibirá en Moscú al presidente de EEUU, Bill Clinton, con el que se reunirá los días 4 y 5 de junio, informa Reuters.]
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