La policía israelí pide que se procese a un ministro por acoso sexual
La policía israelí recomendó ayer procesar al ministro de Transportes, Isaac Mordejai, bajo sospecha de agresión sexual a tres mujeres que trabajaron para él, lo que puede significar el fin de su vida política, que inició en 1996 tras una larga y brillante carrera militar. La recomendación fue entregada ayer mismo por la policía a la Fiscalía General del Estado y al asesor jurídico del Gobierno, Eliakim Rubinstein, un cargo equivalente al de procurador general. Rubinstein es quien dice la última palabra a la hora de decidir el procesamiento de gobernantes u otros políticos.
Mordejai, que se declaró "inocente y libre de toda culpa", dijo, no obstante, que si la Fiscalía General y el asesor jurídico del Gobierno resolvieran procesarlo, dimitirá del Gobierno y pedirá que se levante su inmunidad parlamentaria, "a fin de permitir una decisión rápida" en el juicio. Se trata de una denuncia que hizo hace cinco semanas una joven secretaria de su gabinete ministerial, que permanece en el anonimato, y de otras dos por presuntos actos indecentes con agresión que se produjeron en 1996 y en 1992, cuando Mordejai era ministro de Defensa y comandante de la zona norte del Ejército israelí, respectivamente. En las elecciones generales de hace casi un año, Mordejai encabezó el recién formado Partido del Centro, del que posiblemente también tendrá que dimitir. En el último interrogatorio de hace una semana, Mordejai se negó a responder a las preguntas de los policías sobre los casos de 1992 y 1996.Además, la policía israelí recomendó procesar a la jefa de gabinete de Mordejai en el Ministerio de Transporte, Mijal Kala, y al chófer, Meir Ojaión, bajo sospecha de que interfirieron en la investigación por haber tratado de convencer a la última denunciante de que no presentara una demanda.
El ministro de Transporte, de 56 años, fue titular de Defensa en el Gobierno del ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, ex líder de la formación política de derechas Likud, a quien la policía, asimismo, recomendó recientemente procesar por presunta corrupción y robo de regalos que recibió cuando se desempeñaba en ese cargo, y que, en consecuencia, pertenecen al Estado.
La policía investiga a otros políticos, entre ellos el caso de los fondos de financiación de la campaña electoral del actual primer ministro, el laborista Ehud Barak, que venció a Netanyahu en los comicios de mayo del año pasado.
Cerrado el 'caso Weizman'
Además, la policía decidió recientemente cerrar -por falta de pruebas suficientes y por haber prescrito parte de los supuestos delitos- el expediente del presidente israelí, Ezer Weizman, a quien investigó porque no declaró alrededor de medio millón de dólares (85 millones de pesetas) que recibió de un amigo francés millonario de origen judio, Edouard Seroussi, a quien, al parecer, ayudó en sus negocios en Israel.
Mordejai -casado en segundas nupcias con Coji, una abogada de 28 años con la que tiene un hijo- expresó su "esperanza en que la Fiscalía General y el asesor jurídico del Gobierno se convenzan de la verdad y pongan fin al caso". La última denunciante declaró en el interrogatorio que, un viernes de finales de febrero, Mordejai la llamó a su despacho, donde intentó abrazarla y besarla por la fuerza, tras lo cual introdujo la mano debajo de su blusa y la tocó sin su consentimiento.
Durante la investigación, varias mujeres presentaron denuncias contra Mordejai por agresión sexual, aunque en la mayoría de los casos los cargos han prescrito. Éste no es el caso de otras dos denuncias, por las que la policía decidió recomendar el procesamiento del ministro. En esos dos casos las denunciantes declararon que Mordejai las agredió sexualmente mientras a una le ofrecía trabajo en el Ministerio de Defensa que encabezaba en 1996, y a la otra, un buen puesto en la comandancia del Ejército.
Sobre el escándalo sexual en el que está envuelto Mordejai, la diputada Zahava Galón, del frente pacifista de izquierda Mérets, dijo que su partido "tiene la fuerza moral de afrontar lo que le espera [en caso de que se llegue a los tribunales] porque está segura de que su causa es justa".
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