La UE pretende acentuar y hacer más eficaz su presencia en los Balcanes

Javier Solana y Chris Patten asistirán mañana en Pristina a la asunción del general español Juan Ortuño en el mando de la fuerza multinacional de interposición para Kosovo (Kfor). Tanto el Alto Representante de la Unión Europea (UE) como el comisario de Relaciones Exteriores tienen intención de realizar a partir de ahora viajes regulares a los Balcanes con el fin de hacer más coherente y eficaz la actuación de las múltiples instituciones involucradas en la reconstrucción de la zona y potenciar la visibilidad de la UE.

Dentro de la venganza que se vive en Kosovo, el sábado fue asesinado a tiros en el mercado de Pec (noroeste de Pristina) un gitano y una docena de casas fueron incendiadas. La minoría serbia y gitana de la provincia serbia es objeto de revanchas de los mayoritarios albaneses desde el despliegue de la misión internacional de la ONU y la Kfor.Solana y Patten asistirán mañana a la toma de posesión del comandante del Eurocuerpo, el teniente general español Juan Ortuño, al mando del cuartel general de la fuerza multinacional para Kosovo, en un acto que se celebrará en Pristina. De esta forma, se oficializará el relevo del hasta ahora comandante de la Kfor, el general alemán Klaus Reinhardt. La transferencia de la autoridad tendrá lugar hoy.

La visita de Solana y Patten es la primera que realizan de forma conjunta a la zona desde que el Consejo Europeo decidió el pasado mes en Lisboa tener una mayor coordinación en la política comunitaria en los Balcanes. "El prestigio futuro de la UE se juega en los Balcanes", ha manifestado el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi. Sin embargo, los esfuerzos comunitarios se han visto hasta ahora dañados por la maquinaria burocrática y la lentitud en la toma de decisiones.

No es fácil coordinar un trabajo donde participan los Estados miembros; la Comisión; el Banco Europeo de Inversiones; el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, y el coordinador del Pacto de Estabilidad, Bodo Hombach. Y en cuya coordinación hay que contar obviamente con el responsable de la misión de la ONU en Kosovo (Unmik), Bernard Kouchner, que siempre se lamenta de la falta de fondos.

Tanto la Comisión como el Consejo consideran muy satisfactorios los resultados de la conferencia internacional de donantes que se celebró el mes pasado en Bruselas, que garantiza la concesión de más de 1.800 millones de euros durante los próximos 12 meses para proyectos rápidos de infraestructura, más de lo previsto inicialmente. El 60% será costeado por la UE. La Comisión aportará 530 millones, "que saldrán del actual presupuesto y del ejercicio siguiente", aseguró Patten, para lo cual Bruselas se verá obligada a recortar capítulos de ayuda exterior al oponerse Francia y otros países a rebajas en el gasto agrícola.

El pacto de estabilidad pretende la democratización, el desarrollo económico y la seguridad de los países involucrados (Albania, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Macedonia, Rumania y Bulgaria), así como Montenegro y Kosovo, como partes integrantes de la República Federal Yugoslava. Y, sobre todo, fomentar la integración regional de esas naciones, el establecimiento de acuerdos de asociación con la UE y a la larga su incorporación a la Europa comunitaria.

Patten defendió esta semana en el Parlamento Europeo la tesis de Prodi de destinar 5.500 millones de euros en los próximos siete años para la reconstrucción de los Balcanes occidentales, de los cuales 2.300 serían para Serbia, que quedarían congelados hasta que se produjera el relevo de Slobodan Milosevic. A Kosovo irían 1.100 y el resto para los demás países de la zona incluido Montenegro, que forma parte de la República Federal Yugoslava, pero al que los Quince están firmemente resueltos a apoyar, mucho más ante la apuesta de democratización del primer ministro Milo Djukanovic.