_
_
_
_

La fuerte subida de precios en EEUU causa el desplome generalizado de las bolsas

Javier Moreno

Los valores ligados a Internet habían subido demasiado, demasiado deprisa y más allá de cualquier expectativa razonable, según los analistas de Nueva York, así que el terremoto que ayer sacudió a Wall Street sorprendió a pocos, aunque dejó lamiéndose las heridas a muchos. Un mal dato (un repunte de la inflación mayor de lo esperado, el 0,7%) desató el pánico y en medio del vértigo, el índice Nasdaq, de nuevas tecnologías, cedió un 9,67%, el segundo mayor desplome de su historia. En cinco días, ha perdido un 25,6%, y abre un periodo de extrema incertidumbre. Tanto el Nasdaq como el Dow Jones registraron la mayor caída de su historia en puntos. La fuerte pérdida arrastró a las bolsas latinoamericanas.

Más información
El Nuevo Mercado pierde 950.000 millones en sólo cinco días

Cuando al final de una sesión que rozó el caos en más de una ocasión, inversores e intermediarios bursátiles se aflojaron la corbata e hicieron recuento de las pérdidas sufridas en la batalla, ya nadie se acordaba de la razón que había desatado el pánico por la mañana. La subida de los precios es ciertamente preocupante (un 0,7% en marzo, lo que deja la inflación en el 3,7% anual), ya que indica que el impresionante crecimiento económico de que ha disfrutado hasta ahora Estados Unidos sin apenas tensiones inflacionistas, envidia de Europa, comienza a mostrar los primeros signos de recalentamiento. Tras el dato de ayer, se espera que la Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) se muestre un poco más agresiva y suba los tipos de interés medio punto a la primera ocasión, en lugar del cuarto de punto con el que todo el mundo contaba. La próxima reunión de la Reserva está prevista para el 16 de mayo.

Muchos inversores han comprado sus acciones a crédito, por lo que una subida de tipos aumentaría la cuota que tendrían que pagar y reduciría la rentabilidad de sus títulos. Ante esa posibilidad, muchos prefieren vender ahora para cancelar sus créditos antes de la subida de tipos. Ello afecta a los valores tecnológicos, pero también a los valores tradicionales, convertidos en refugio.

El Dow Jones, que agrupa a las empresas tradicionales, y que en jornadas anteriores había funcionado como refugio para el dinero que huía del Nasdaq, se vio también arrastrado ayer hasta retroceder un 5,66%, 617,78 puntos, al cierre. El Dow Jones acumula una caída superior al 10,30% en lo que va de año.De esta forma, la crisis de los valores tecnológicos se ha extendido ya a la Bolsa de Nueva York y amenaza con abrir un periodo de consecuencias todavía impredecibles.

Descontrol financiero

Cada día de esta semana negra en Wall Street, en la que se han volatilizado dos billones de dólares (346 billones de pesetas, casi tres veces y media el valor de todo lo producido por un país como España en un año), los inversores han tenido una excusa diferente para tratar de explicar el desastre. Cuando no han sido las malas expectativas de Microsoft ha sido la inflación, lo que sugiere un mercado extremadamente débil, dispuesto siempre a derrumbarse a poco que le den pie. "El dato de inflación ha actuado hoy de detonante de la fuerte caída", explica Leonard Santow, director de la firma de Wall Street Griggs & Santow, "pero es que el mercado se encontraba en una posición más que vulnerable".

Esta vulnerabilidad, que ayer cristalizó en una especie de mini viernes negro, proviene del vértigo acumulado en los últimos meses. Durante ese tiempo, la salida a Bolsa de multitud de empresas de Internet, sin beneficios a la vista, muchas de ellas sin siquiera un sólido plan financiero, ha calentado el mercado con el atractivo señuelo de gigantescas ganancias en su cotización. Día a día, miles de inversores, espoleados por las facilidades que Internet ofrece para comprar y vender acciones sin pasar por las casas de valores tradicionales, han enterrado sus ahorros en casi cualquier cosa que llevase detrás la etiqueta .com, promesa de riquezas sin cuento, llevando las cotizaciones hasta niveles irracionales.

Pero esta semana parece haber puesto fin al sueño del pequeño inversor o del ama de casa de hacerse ricos de la noche al día desde la cocina de su casa. Desde el 10 de marzo, cuando el Nasdaq alcanzó su máximo, este índice ha perdido un 35,6%, sembrando el desconcierto y el pánico en muchos aficionados a negociar en Bolsa por su cuenta y riesgo, y extendiendo la inestabilidad y las pérdidas a todo el mercado, no sólo en el de nuevas tecnologías. El mercado electrónico llegó a caer el 11,17% apenas unos minutos antes del cierre, pero las compras de última hora forzaron un ligero repunte del mercado hasta finalizar con un retroceso del 9,67%, la segunda mayor caída de su historia en porcentaje. En puntos, el Nasdaq perdió ayer 355,49 hasta 3.321,29, registrando en puntos, la mayor caída desde su puesta en marcha en 1971. En lo que va de año, el Nasdaq pierde un 18,40%.

"El mercado está muy afectado por la atención de los inversores hacia las nuevas tecnologías", reconocía Georges Ungeux, vicepresidente ejecutivo de la Bolsa de Nueva York, el jueves por la noche, pocas horas antes de la jornada negra que muchos analistas venían prediciendo desde hace semanas, pero que todos confiaban que no llegase nunca. Por su cargo y por política de la casa, Ungeux evita cuidadosamente cualquier crítica al Nasdaq, el mercado rival, pero para nadie es un secreto en Wall Street que el desenfreno de las empresas de Internet y la nueva pasión que han despertado entre los estadounidenses se encuentra en el centro de lo que amenaza convertirse en una gran crisis financiera.

Batacazo generalizado

El seísmo de ayer no hizo distingos. En medio de las sacudidas, de mayor amplitud a medida que avanzaba el día, empresas de Internet que ya venían entonando el canto del cisne en las últimas semanas sufrieron pérdidas espectaculares, pero lo mismo le sucedió a los gigantes del sector, firmas como Microsoft o Cisco Systems, el mayor proveedor de la infraestructura por la que circula la información en Internet. Todas ellas, con sólidos beneficios e inmejorables perspectivas, pero atacadas por el nerviosismo que ayer atenazó al capitalismo estadounidense. Los valores de Cisco se dejaron al cierre un 6,75%, mientras que los de Microsoft retrocedieron el 6,07%.

Curiosamente, en ningún momento del día se vieron intentos de vender acciones a cualquier precio, según los operadores consultados. Lo que sucedió se puede describir más bien como "una huelga de compradores". Es decir, nadie, desde el pequeño inversor hasta los gigantescos fondos de pensiones, estaba dispuesto a comprar nada, ni valores tecnológicos ni tradicionales.

La caída de Nueva York arrastró a las principales Bolsas latinoamericanas. El índice Merval de Buenos Aires perdió un 6,03%; el Bovespa de São Paulo, un 4,55%; y la Bolsa de Santiago de Chile se dejó el 1,80%.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_