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Reportaje:

Ser madre requiere tranquilidad

Paqui Aranda Muñoz, de 26 años, natural de Coria del Río (Sevilla) y madre de Cristian, 9 años, no podía imaginarse que los hijos gemelos que espera -a los que llamará Aarón y Manuel Miguel; éste último llevará el mismo nombre que su padre- iban a nacer en una habitación de colores.Ella, que vino al mundo en la casa materna, arropada por el cariño de abuelas y tías, y que tuvo a su hijo en una sala de hospital, blanca y desangelada, disfruta ahora de una habitación individual, con paredes pintadas de rosa, con un suelo azulón, con cuarto de baño para ella sola, con luces indirectas y tenues que le recuerdan la iluminación de su casa...

Paqui no se lo cree, y, cuando llegó a primera hora de la mañana de ayer al Área de Dilatación y Urgencias del hospital Maternal Virgen del Rocío, "se le pusieron los ojos a cuadros", comenta Maika, la jefa del área de Obstetricia, que va de un lado a otro atendiendo a las embarazadas que llegan, a los padres que preguntan en qué habitación -de las 11 individuales que han habilitado-, está su mujer, para pasar junto a ellas, "en la intimidad más absoluta", dice Maika, en las horas previas al parto.

A pesar de ser el primer día, en las nuevas instalaciones del Área de Dilatación se respira un ambiente tranquilo. Según José Menchaca, arquitecto y director del proyecto de reforma, "este era el objetivo: crear un espacio relajado de vida". "Los colores que hemos empleado", explica, "no los hemos elegido al azar; pintamos aquéllos que creemos que provocan sensaciones positivas y proyectan dinamismo". "Cada color tiene un significado concreto", añade Menchaca. "Así, el color melocotón baja el ritmo cardiaco y tiene efectos tranquilizantes. En cambio, los estímulos que genera el azul Oslo (muy parecido al añil) son de cercanía a lo doméstico", concluye.

Paqui espera el momento de dar a luz; se le ve muy tranquila. Su habitación, la número 8, está pintada, precisamente, de melocotón. Aunque su color favorito es el malva, "y, si me apuras, el que de verdad me gusta es el negro", precisa. Como la música, que para ella está clara: "la del gitaneo y el bacalao es lo mío".

Lo que no se explica Paqui es cómo han podido elegir para los suelos y pasillos "ese azul tan fuerte... que casi marea." Opinión que en absoluto comparten Irene, de 18 años, e Isaac (21) que, como primerizos que son, han llegado asustados a Urgencias con su futuro hijo Brayan en el vientre de Irene. Pero, "al ver esta sala de espera tan bonita" (pintada de un color crema suave) "se nos está pasando el miedo", comentan sonriendo.

La reforma del Área de Dilatación y Urgencias del hospital Maternal del Virgen del Rocío ha costado casi 100 millones de pesetas. "Las nuevas instalaciones son una puerta al futuro", dice su gerente Joseba Barroeta. El primer hospital europeo por el número de partos que atiende -el año pasado dieron a luz en él 6.768 mujeres- hace una apuesta por la atención integral de la mujer gestante. "Eso significa que ellas son las únicas protagonistas del acto de dar a luz", recalca Barroeta. El confort, la calidad asistencial, la humanización del proceso y las tecnologías más avanzadas serán los cuatro pilares en los que a partir de ahora se apoye este Servicio de Obstetricia.

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Las luces indirectas, el mobiliario discreto, la decoración... Esto, sumado a la posibilidad de que los familiares estén en todo momento cerca de las embarazadas hacen que, de alguna forma, mujeres como Paqui recuerden casi, casi, su nacimiento. Y es que la historia siempre se repite.

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