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La televisión, controlada por el Gobierno, ignora las movilizaciones

Mientras la mayor movilización popular de la última década se extendía como un reguero de pólvora a lo largo y ancho de Perú, la amordazada televisión peruana miraba hacia otra parte. Las manifestaciones espontáneas en las principales ciudades del país fueron descaradamente silenciadas por los canales de televisión abierta. El régimen pudo evitar así que la protesta contra el fraude adquiriera dimensiones mastodónticas, ya que la mayoría del pueblo peruano desconocía que miles de sus compatriotas habían tomado la calle.Éste era el panorama de la programación televisiva el lunes a las 7 de la tarde (hora de Perú), momento álgido de las manifestaciones en Lima y otras ciudades del país: el Canal 2 emitía la telenovela Sueño de juventud; el Canal 4, la telenovela María Mercedes; el Canal 5, Me llaman Lolita; el Canal 7 (el único propiedad del Estado), un telediario que daba la versión oficial; el Canal 8, de cable, era el único que transmitía en directo las manifestaciones; el Canal 9, la telenovela Yo amo a Pepita Gallego; el Canal 10, de cable, el programa Mesa Política, en el que participan los más connotados comentaristas del régimen; el Canal 11, Mi bella genio, una serie estadounidense de hace varias décadas; y el Canal 13, los dibujos animados de Los Picapiedra.

En resumen, de nueve canales de televisión, sólo uno (de cable) dio cobertura en directo a la crisis política más grave de la etapa Fujimori desde el autogolpe de 1992. Y este único canal televisivo sólo llega a 300.000 hogares peruanos. Perú tiene siete canales de televisión de señal abierta, que llegan en conjunto a más de dos millones de hogares. Cuatro de ellos, el Canal 2, el Canal 5, el Canal 9 y el Canal 13, tienen control administrativo por orden judicial, en contra de la voluntad de los socios mayoritarios, que fueron desplazados o despojados de la propiedad.

Persecución

"La televisión abierta había dado siempre un magnífico servicio de información", dice Genaro Delgado Parker, el principal empresario peruano de televisión a quien, por orden judicial, se le confiscó en junio de 1999 el Canal Red Global, el 13, y la emisora de radio 1160, por sus críticas al Gobierno, bajo el pretexto de un conflicto societario. La justicia peruana inició una persecución contra Delgado, quien se exilió a Miami.

Seis meses después, Delgado regresó el domingo a su país, donde la juez Sara Mejía levantó la orden de captura. El caso del empresario de televisión llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), que el pasado 10 de marzo solicitó al Estado peruano la adopción de medidas cautelares para reponer a Delgado Parker la administración de Canal 13 y Radio 1160. "He vuelto a Lima para reclamar que me devuelvan mi canal", dice Delgado Parker, que recuerda que la cadena televisiva confiscada no emite en la actualidad informativos, aunque transmitió en directo, como las otras cadenas, el mitin de cierre de campaña de Fujimori.

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