_
_
_
_
_

CiU derrota las enmiendas de la izquierda a los presupuestos catalanes gracias a los votos del PP

Fue un rodillo. Rápido y al grano. En unas cuatro horas de debate, el Gobierno de Jordi Pujol consiguió derrotar las enmiendas de totalidad a los presupuestos de la Generalitat para 2000 con los votos del PP, que recibió el agradecimiento expreso del consejero de Economía, Artur Mas. Las tres enmiendas de la izquierda (IC-V, PSC y ERC) fueron derrotadas por 68 votos a 66, sin abstenciones, unas cifras que empiezan a ser un clásico del parlamentarismo autonómico catalán. Pasqual Maragall, portavoz de PSC-Ciudadanos por el Cambio, criticaba el apoyo "gratis" del PP catalán a sus ex socios.

El debate de las enmiendas fue desvaído y mecánico. Los votos de CiU sumados a los de los populares desactivaron las iniciativas de la izquierda, presentadas por Rafael Ribó, presidente de Iniciativa per Catalunya-Verds; Pasqual Maragall, portavoz del PSC-Ciudadanos por el Cambio, y Josep Huguet, portavoz de Esquerra Republicana.El consejero de Economía de la Generalitat, Artur Mas, resumió así la posición de CiU al aceptar, y agradecer, el respaldo parlamentario de los populares: "No tenemos ningún motivo para dejar de colaborar con el PP, que en estos últimos cuatro años ha apoyado los presupuestos y se ha hecho corresponsable de nuestra política presupuestaria".

Mas aprovechó para pedir a la oposición su cooperación con vistas a la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica que entrará en vigor el año 2002. "Hasta que Cataluña no disponga de un sistema de financiación más justo y estable en el tiempo no podremos dar respuesta a las aspiraciones y los retos de la sociedad catalana", señaló Mas, antes de pedir a los grupos de la Cámara "su compromiso y colaboración para conseguir un sistema de financiación que dé respuesta a las necesidades actuales".

El consejero no profundizó más en esta petición de diálogo, e incluso dejó sin leer una parte de su discurso, cuyo texto había sido distribuido previamente a los periodistas, en el que se establecían, de forma genérica, los objetivos del Gobierno de CiU en esta negociación. En este texto, Mas ya había evitado incluir las principales reivindicaciones de su partido, como la creación de una agencia tributaria propia que gestione todos los impuestos en Cataluña y transfiera una parte al Estado, y que son rechazadas frontalmente por el Gobierno Aznar.

Por su parte, el diputado popular Josep Maria Fabregat expresó el apoyo de su grupo a los presupuestos de la Generalitat alegando que el Ejecutivo catalán ha aceptado varias de sus propuestas, pero reclamó a CiU mayor rigor en la gestión y el control del gasto. Al anunciar su voto contrario a las tres enmiendas a la totalidad de PSC, ERC e IC-V, Fabregat argumentó que estos tres grupos "suman 67 de los 135 diputados de la Cámara y ni en solitario ni conjuntamente son una alternativa real en Cataluña".

En las intervenciones de la oposición, Rafael Ribó, representante de IC-V, calificó de "insostenible" el presupuesto presentado por el Gobierno catalán y denunció que si éste depende del PP es por el "fracaso" de la coalición nacionalista al intentar ser decisiva tras las elecciones del pasado 12 de marzo. Ribó afirmó que los presupuestos -que se aprueban con retraso por las elecciones autonómicas del pasado octubre- son "estrechos" y advirtió de que la Generalitat puede acabar en "quiebra", si el panorama no cambia y se entra en una recesión económica.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Pasqual Maragall, portavoz del PSC-Ciudadanos por el Cambio, presentó una alternativa de presupuestos que fue descalificado por Mas, quien la consideró "de imposible aplicación". Maragall criticó una situación política "en la que unos [CiU] actúan por supervivencia y otros [PP] sonríen y los apoyan por deporte". El jefe de la oposición en el Parlament reprochó a los representantes del PP que voten "gratis" los presupuestos de Pujol para el año 2000 y les propuso sumarse, junto a los partidos de izquierda, a lo que llamó "una propuesta catalana", un gran acuerdo de partidos para plantear al Gobierno central de forma conjunta una mejora del autogobierno.

Inacción

Además, Maragall criticó la inacción de la Generalitat sobre sectores como la sanidad, la alimentación o el ocio, "sobre los que tienen plenas competencias" y que disparan la inflación de la comunidad por encima de la media española. También denunció la escasez de inversiones públicas en estos presupuestos y un menor impulso en la creación de empleo comparado con otras autonomías como Madrid, Andalucía o Valencia.

"Las inversiones son pocas, los gastos corrientes descontrolados y el endeudamiento descomunal", resumió Maragall, quien también denunció "mala gestión" en la Generalitat porque los gastos de funcionamiento por habitante son superiores a las de otras autonomías con similares competencias.

El representante de Esquerra Republicana, Josep Huguet, afirmó que estos presupuestos consolidan "una Cataluña de peajes" ironizando al comparar la situación de CiU respecto al PP con la abundancia de autopistas privadas fomentadas por el Ejecutivo de la Generalitat. El portavoz de ERC acusó de "frentismo" a CiU al refugiarse en el apoyo del PP sin estudiar otras mayorías que les permitan aprobar los presupuestos. ERC tiene los mismos diputados, 12, que el PP catalán.

Los tres representantes de la izquierda coincidieron en reprochar al Gobierno nacionalista la pérdida de poder empresarial de Cataluña. Maragall lo concretó reclamando acciones que "eviten que se marchen, a menudo a Madrid, empresas medianas y grandes".

La cuestionada deuda de la Generalitat

El endeudamiento de la Generalitat de Cataluña se ha convertido en el gran reproche de la izquierda al Gobierno nacionalista catalán. El portavoz socialista, Pasqual Maragall, cuestionó ayer duramente el endeudamiento de la Generalitat, "que a finales del año 2000 superará los 2,2 billones de pesetas, es decir un volumen similar al del Presupuesto que se nos propone aprobar". El PSC mantiene, por ejemplo, que la sanidad catalana tiene un déficit total acumulado de 436.000 millones de pesetas.El consejero de Economía de la Generalitat, Artur Mas, defendió en el debate que el endeudamiento total de la Generalitat es de 1,3 billones, sin contar los organismos autónomos dependientes de la Administración y eludió dar la cifra consolidada del total.

Las fuerzas políticas de izquierda acusan al Ejecutivo de Pujol de desviar deuda hacia los entes autónomos dependientes de la Administración autonómica para cumplir con los compromisos de déficit fijados por la UE. "Se ha situado un 45% del nuevo endeudamiento (33.536 millones) en empresas públicas que no consolidan. Continúa, pues, el proceso de centrifugación de la deuda que venimos denunciando año tras año", dijo Maragall.

Artur Mas prevé que, con los presupuestos que se están discutiendo para el año 2000, en términos netos, el endeudamiento aumente en 20.562 millones, "lo que no es nada en términos históricos". En cambio, Pasqual Maragall considera que el aumento de endeudamiento será de unos 74.000 millones.

Mas descartó que sean ciertas las acusaciones de los partidos de izquierda, según los cuales se está produciendo un "ahogo" financiero de la Generalitat, y presumió en el debate de haber reducido en un 1% el peso de la deuda sobre el PIB catalán (hasta un 7,6% en el año 2000) y también de soportar un menor coste por los intereses de la deuda que el del Gobierno central (5,5% frente a 6,1%).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_