"Vamos a capturar a todos los criminales de guerra en los Balcanes"
El nuevo secretario general de la OTAN está decidido a capturar hasta el último de los supuestos criminales de guerra de los Balcanes, incluido Slobodan Milosevic. Seis meses después de estrenar su mandato, el antiguo ministro de Defensa de Tony Blair tiene en sus manos el reto de completar la misión de paz iniciada tras el fin de la guerra en Kosovo y de concertar unas buenas relaciones con Rusia. "Hay una buena base para una relación duradera", afirma.El laborista británico George Robertson, economista de 53 años, designado lord por la reina IsabelII el pasado agosto, acaba de cumplir medio año en la secretaría general de la OTAN como sucesor de Javier Solana, con el que mantiene estrechas relaciones a través de regulares desayunos de trabajo. Ministro de Defensa en el primer Gabinete de Tony Blair, este escocés de fuerte acento tiene la difícil tarea de completar la misión militar aliada en los Balcanes, afrontar los retos de la recién estrenada política europea de defensa, la nueva ampliación de la OTAN y revitalizar las relaciones con la Rusia de Vladímir Putin. En su balance sobre las operaciones de la Alianza en Kosovo dice "no estar del todo satisfecho" y adelanta que los días de libertad de los criminales de guerra están contados. "La red se estrecha y al final todos caerán", dice.Pregunta. Usted presentó un balance de Kosovo un tanto complaciente y eufórico. Pero Milosevic sigue ahí y los enfrentamientos no cesan. ¿Está aún lejana la paz?
Respuesta. No hubo euforia de mi parte. A nuestro pesar, el año pasado nos vimos obligados a realizar una intervención militar. Tuvimos éxito al frenar la limpieza étnica y el regreso de los refugiados. Durante los pasados doce meses la vida ha mejorado notablemente. Hace sólo un año los serbios mataban, violaban, saqueaban, aterrorizaban a la población y expulsaban a millares de personas. Eso se ha acabado. Desgraciadamente hay todavía choques étnicos. Pero incluso en Europa Occidental se registran tensiones raciales. El índice de violencia ha descendido de 50 a 3 crímenes por semana. Sin embargo, no estoy satisfecho, aunque dado el nivel de violencia heredada sabíamos que no era posible construir Suiza allí en sólo nueve meses. Hay que hacer mucho más, pero se han puesto los cimientos.
P. ¿Hay fecha límite para la retirada de la fuerza multinacional de Kosovo (Kfor)? ¿Cinco años serían suficientes?
R. Estaremos hasta que la tarea haya sido completada. Es nuestro deber. Hace cinco años se dijo que necesitaríamos mantener entre 60.000 y 70.000 soldados durante una generación en Bosnia, pero ahora hay sólo 20.000. Allí también quedan cosas por hacer, pero los avances son mayores de lo que los pesimistas auguraban.
P. ¿La captura del número dos de Radovan Karadzic la semana pasada hace más próxima la del líder serbobosnio?
R. Vamos paso a paso. Ésta es la sexta detención de un acusado de crímenes de guerra desde que asumí el cargo hace seis meses. Ha habido otras antes. Día a día, mes a mes, van siendo cercados y la red se va cerrando para los peces gordos. Están escondidos, huyen, no están quietos. Requieren protección, no sólo frente a la OTAN, también frente a antiguos amigos. Al final, todos caerán. La vida ha dejado de ser cómoda para Karadzic. Debería entregarse al tribunal de La Haya porque, si no, puede terminar asesinado, como les ha sucedido a dos de sus amigos. Tal vez el tribunal de La Haya sea mejor para él que la implacable justicia de los Balcanes.
P. El próximo lunes el general español Juan Ortuño, actual jefe del Eurocuerpo, asume el mando de la Kfor por un periodo de seis meses. Por primera vez un representante de una organización ajena a la OTAN dirige una misión de tal envergadura. ¿Qué opina?
R. He apoyado desde el principio la participación del Eurocuerpo. Será bueno para la Alianza y su participación constituirá una prueba para el propio Eurocuerpo.
P. Usted ha estimado suficiente el actual nivel de presencia de la Kfor (40.000 soldados), pero sostiene que los aliados deben contribuir mucho más. ¿De qué modo?
R. Tan pronto como el general Ortuño releve al general Klaus Reinhardt , ambos determinarán cuál es el nivel de unidades necesario. Confío en que los países participantes suministren las tropas adecuadas. Ahora, la rotación es de unos 1.200. Espero que irán más bajo el mando del general Ortuño. Pero, además, se necesita policía civil. Está prevista la llegada de un contingente de la Guardia Civil. También hay que enviar jueces y fiscales hasta que se normalice la situación. Éstas son las carencias clave actualmente.
P. ¿Hay alguna posibilidad de resolver el conflicto sin forzar la caída de Milosevic?
R. No, la crisis seguirá. Además, Serbia continuará aislada mientras esté en el poder un acusado de crímenes de guerra. Hay gente válida entre la población a la que Milosevic ha robado el futuro. Pero es hora de que reclamen su futuro, el orgullo nacional serbio.
P. ¿Apoya sin reservas, entonces, la detención de Milosevic?
R. Sin duda. Hay una orden de captura contra él al estimar el fiscal que hay pruebas suficientes. Tiene que comparecer ante el tribunal y tendrá que hacerlo.
P. Pero si llega el caso, ¿los soldados de la fuerza multinacional detendrán a Milosevic? En el pasado actuaron con más prudencia con dirigentes serbobosnios.
R. Naturalmente que sí, pero no creo que se exponga. Podría ser también detenido por su Ejército. En general, esta gente se halla muy bien protegida. Las fuerzas de la OTAN deben ser prudentes.
P. Rusia repite una y otra vez que los países de la OTAN incumplen la resolución 1.244 de la ONU de mantener Kosovo dentro de territorio serbio. ¿Es exagerado?
R. Sí. Estamos actuando conforme a la resolución 1.244, protegemos a las minorías en Kosovo. Reconocemos las obligaciones de esa resolución, pero algunas no pueden ser satisfechas en estos momentos. Por ejemplo, el retorno de las fuerzas militares yugoslavas. Si se hubiera hecho demasiado pronto, habría supuesto una provocación y un estímulo para más violencia. Se hará en el debido momento. Espero que Ivanov vaya a Kosovo y observe que la situación es mucho mejor que antes. Que vea la reconstrucción de casas, escuelas, el desarme...
P. No espera, pues, que los rusos se retiren de la provincia serbia.
R. Espero que no (...) Parte de mi misión al frente de la OTAN es tranquilizar a Rusia, que estamos cumpliendo correctamente nuestra tarea y que su participación en la Kfor continúa siendo muy valiosa. En fin, sería contraproducente si se marchan.
P. ¿Ve en el nuevo presidente ruso más voluntad para reactivar la cooperación con la OTAN?
R. Bueno, ha comenzado a hacerlo ya. Durante el encuentro que mantuvimos en Moscú me dijo que se trataba de una decisión personal suya, que es consciente de que era controvertida pero que era lo correcto. Estuve de acuerdo. Es cierto que hay algunos altos militares que discrepan, pero encontré al presidente [Vladímir] Putin resuelto a realizar su política paso a paso. Es muy claro y franco. No quiere el aislamiento de Rusia, dice que forma parte del mundo moderno. Es un duro negociador, pero creo que seremos capaces de entendernos y que hay buena base para una relación duradera entre dos socios estratégicos con enormes consecuencias para el mundo.
P. ¿La OTAN debería haber desempeñado un mayor papel en la crisis de Chechenia?
R. La OTAN discrepa firmemente con la actuación de Rusia en Chechenia.
P. Pero, además de discrepar, ¿se podría hacer algo más?
R. No he oído a nadie que sugiera que deberíamos intervenir militarmente. Hemos manifestado nuestra profunda preocupación por las tácticas militares rusas, que parecen carecer todavía de estrategia política.
P. ¿Fija límites para la futura ampliación de la OTAN? ¿Apoyaría un hipotético ingreso de Rusia en la Alianza?
R. Bueno, eso último no está en nuestra agenda. Putin hizo una interesante sugerencia al respecto en televisión, pero el tema no está en nuestra agenda por el momento. La realidad es que en estos momentos hay nueve países aspirantes a ingresar y trabajamos en ello para tomar una decisión en el año 2002.
P. ¿Es factible la nueva política europea de defensa con los niveles de presupuesto militar?
R. Ante todo, esa política no es sólo factible sino también necesaria. Cierto que existen casos de presupuestos bajos; en algunos, demasiado bajos. Pero hay una prioridad: reestructurar los Ejércitos de muchos de los países de la OTAN. Tenemos dos millones de soldados en Europa, pero hubo que luchar muchísimo para reunir 40.000 unidades y destinarlas a Kosovo. Eso es un escándalo y no es compatible con los objetivos militares marcados en Helsinki.
P. Usted acaba de regresar de EEUU, donde hay reservas sobre los planes europeos de defensa. ¿Ha percibido fuertes prejuicios?
R. En algunos ámbitos, sí. Hay inquietud, especialmente en el Congreso, de que los europeos no logren más capacidad simplemente creando órganos militares propios. Habrá que demostrarles lo contrario. Hay también quienes creen que la nueva política de defensa es un método para distanciarse de EEUU. Intenté transmitir que eso no es deseable por ningún líder europeo ni factible dado nuestro retraso en términos de capacidad. Una ESDI que logre una mejor capacidad militar contribuirá a reforzar la OTAN. Lo contrario, simplemente el establecimiento de instituciones sin nada detrás, puede debilitar la Alianza.
P. ¿La puesta en marcha de una fuerza europea de despliegue rápido creará problemas dentro de la OTAN?
R. En absoluto. No lo creo.
P. ¿Ha percibido en sus encuentros en Washington que exista una determinación de desarrollar el plan de defensa antimisiles que tantos recelos suscita en Europa, así como en Rusia y China?
R. El presidente ha dicho públicamente, y me lo comunicó a mí personalmente, que aún no ha tomado una decisión y que no se hará hasta en tanto no hayan sido evaluadas la eficacia, la amenaza y la seguridad global de Estados Unidos, así como la opinión.
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