Las trampas del sistema de cómputo oficial peruano
Cada día que pasa desde las elecciones del domingo aparecen nuevos indicios sobre un presunto fraude. El organismo encargado del cómputo de los votos de los 14,5 millones de electores peruanos es uno de los más cuestionados. El lunes fueron sorprendidos militantes del partido de Gobierno en una cabina pública de Internet entrando en una página web desde la cual, aparentemente, accedían al sistema central de la Oficina Nacional de Registros Electorales (ONPE). Se les encontró con una gran cantidad de material electoral.
A ello se suma un examen técnico al que fue sometido el sistema informático de ONPE, que asegura que puede ser intervenido por terceros. Según el diario peruano El Comercio, existen una serie de debilidades que permitirían que los datos sean derivados desde las oficinas de la ONPE en provincias a un centro de cómputo fantasma donde "podrían ser alterados y luego enviados desde allí a la ONPE".
Entretanto, un agitado José Portillo, jefe de la ONPE, el organismo más cuestionado a escala nacional e internacional, insiste en tapar el sol con un dedo. Para Portillo nadie puede adulterar los resultados de la votación por Internet.
"Algo siniestro"
Por su parte, el jefe de observadores de la OEA, Eduardo Stein, dio a conocer una serie de irregularidades registradas entre el 8 y el 10 de abril. "Algo siniestro ha ocurrido el domingo", dijo. En primer lugar, confirmó que el sistema de cómputo de ONPE no pasó la prueba de simulación realizada la víspera y que se repitió dos veces durante la mañana del mismo 9 de abril. "Al final, funcionarios de la ONPE arrancaron las máquinas sin que el problema haya sido solucionado", dijo Stein.
Asimismo, se refirió al retraso en la entrega de actas y manifestó su extrañeza de que la ONPE, al medio día (hora local) haya dado resultados al 40%, cuando a la misión le constaba que los centros de cómputo permanecieron cerrados desde las dos de la madrugada del 10 hasta bien entrada la mañana del lunes. "Nunca se nos dio una explicación coherente".
De otro lado, dijo que la ONPE había hecho caso omiso a una serie de recomendaciones de los técnicos de la misión de observadores, pese a que fueron solicitados por ellos. Por ejemplo, se sugirió que el traslado de datos desde las diferentes zonas del país debía ser encriptado (codificado con claves que no permiten ser manipuladas) para que la información no pueda ser invadida ni manipulada. Sin embargo, no se hizo y "nunca hubo una explicación clara del porqué", dijo Stein.
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