Una pieza clave en el equipo de gobierno de Rita Barberá
El responsable municipal de Urbanismo, Miguel Domínguez, es una pieza clave en el equipo de gobierno de Rita Barberá. El edil, que mantiene un trato fluido con los principales empresarios de la construcción que desarrollan sus actividades en Valencia, ha visto cómo algunas de sus decisiones le han situado en el centro de la polémica. En los últimos meses Miguel Domínguez ha tenido que afrontar un buen número de conflictos provocados por las actuaciones urbanísticas decididas en su departamento. La polémica sobre la reestructuración del barrio de El Cabanyal-Canyamelar -en el que se ha previsto la apertura de una amplia avenida para conectar Blasco Ibáñez con el mar- mantiene actualmente movilizados a los vecinos en torno a una plataforma cívica, que han ido sumando la solidaridad de vecinos de otros barrios, urbanistas y expertos para defender la actual trama urbana del tradicional barrio de pescadores. En otro de los barrios emblemáticos de Valencia, el del Ensanche, Miguel Domínguez ha tenido que echar el freno y retrasar una reforma del planeamiento que preveía los sobreáticos. La polémica, en este caso, obligó a intervenir a la propia Rita Barberá.El departamento de Urbanismo también mantiene paralizada la resolución del conflictivo solar de Jesuitas, donde los propietarios de una parte del terreno insisten en construir un hotel adyacente a la nueva área ajardinada que linda con el Jardín Botánico frente a una potente plataforma cívica que ha frenado la edificación de un área catalogada como protegida. En el barrio de Russafa la concesión de una licencia de edificación que implicaba la destrucción de un refugio y la pérdida de una posible zona ajardinada provocó también la creación de otra plataforma cívica en favor de un urbanismo más humano.
La configuración de las fachadas este y oeste de Valencia -la avenida de las Cortes Valencianas y los alrededores de la Ciudad de las Ciencias- no se han visto tampoco exentas de una voracidad urbanística cuestionada por expertos. A los frentes abiertos por Domínguez hay que añadir también los planes de rehabilitación del centro histórico de Valencia y el prometido Parque Central de Valencia, que se han quedado aparentemente relegados a un segundo plano frente a proyectos faraónicos como el Balcón al Mar o el parque de Cabecera, donde están involucradas el resto de Administraciones.
Domínguez ha sido también el impulsor de un reciente convenio con el Arzobispado de Valencia, fuertemente cuestionado por la oposición, por el que se permutaba el solar arqueológico de L'Almoina por un buen número de solares para la edificación de nuevos templos. En conjunto, un urbanismo que ha moldeado una nueva ciudad.
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