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El Gobierno de Bolivia atribuye el estallido de la crisis social al narcotráfico

El Gobierno boliviano atribuyó ayer a una "conspiración del narcotráfico" el colapso de la ciudad de Cochabamba, en el centro del país, después de que unos 20.000 agricultores y campesinos tomaran virtualmente la ciudad. Los campesinos, procedentes de pueblos aledaños a la ciudad y de la región tropical del Chapare, se reunieron en la plaza de armas para comenzar una vigilia hasta la llegada de la comisión gubernamental negociadora.El ministro de Información, Ronald MacLean, acusó en declaraciones en La Paz a la Coordinadora de Defensa del Agua de no contribuir a la pacificación y afirmó que la revuelta popular es una conspiración del narcotráfico. Las declaraciones de MacLean aumentaron el enojo de los pobladores, que exigen ahora públicas disculpas. "Estamos compartiendo nuestra comida con los campesinos", dijo un representante de un asilo de ancianos que repartía modestas raciones de pasta entre un grupo de manifestantes. A pesar del desabastecimiento de alimentos, los vecinos mostraron su solidaridad compartiendo lo poco que queda tras una semana de huelga general en protesta por el aumento del 20% en el precio del agua.

Los bloqueos en calles, avenidas y los numerosos puentes sobre el río Rocha, que circunda el casco viejo de esta habitualmente tranquila ciudad del valle boliviano, fueron reforzados mientras que la Plaza de Armas ha quedado cercada por los manifestantes. De momento, se ha firmado un acuerdo con el Gobierno para reformar la Ley de Aguas, aunque el bloqueo campesino se mantiene hasta que el nuevo texto sea aprobado en el Parlamento.

Nuevas leyes

Tanto la Coordinadora, como otras organizaciones que se han unido a la protesta (Confederación de Campesinos, Federación de Transportistas o Juntas Vecinales) han anunciado que mantendrán los bloqueos mientras no se atiendan sus peticiones: aprobación de una Ley de Aguas, la revisión de la Ley de Tierras y la ejecución de un programa de desarrollo integral en el área rural. Parte de ellas se incluyen en el acuerdo firmado anoche, pero no todas.

Mientras tanto, en La Paz se enterró ayer al capitán Omar Téllez, que encontró una trágica muerte en la localidad de Achacachi a manos de enardecidos campesinos. Al sepelio asistió el presidente de Bolivia, Hugo Bánzer, que lamentó la reacción campesina: "Nuestros soldados llegaron para [imponer] la paz y encontraron la guerra". En la capital también se registraron protestas estudiantiles, a pesar del estado sitio decretado por el estado.

El Gobierno boliviano envió tropas del Ejército al altiplano para tener controladas las carreteras que, entre el lunes y domingo pasados, se mantuvieron con bloqueos campesinos.

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