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El recuento oficial da una clara victoria a Fujimori y refuerza las sospechas de fraude

Cada minuto que pasa crece la sospecha de fraude. Los primeros datos oficiales significativos de las elecciones peruanas del domingo, difundidos 21 horas después del cierre de las urnas, sitúan al presidente Alberto Fujimori muy cerca de la mayoría absoluta, que significaría su reelección en primera vuelta. En su segundo avance de resultados, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) confirmaba esa primera tendencia y anunciaba, en la madrugada de hoy, que, con el 50% de los votos escrutados, Fujimori obtiene el 49,6% de los votos, mientras que el candidato opositor Alejandro Toledo se quedaría con el 40,6%.

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Un voto muy oculto

El domingo, poco después de cerrarse las urnas, miles de ciudadanos celebraron por unas horas el breve triunfo de Toledo, adelantado erróneamente por los sondeos a pie de urna de las principales empresas encuestadoras.Los diez puntos entre los dos principales candidatos contrastan con el recuento rápido ofrecido a partir de las siete de la tarde del domingo (hora peruana) por los encuestadores y por la organización Transparencia. Con los datos oficiales provisionales disponibles, hay grandes posibilidades de que los comicios queden sentenciados en una sola vuelta.

Santiago Pedraglio, columnista del diario Gestión y analista político, subraya a este diario los temores de fraude. "En un contexto de desconfianza como el que hemos tenido durante la campaña y tenemos todavía, en el que más de la mitad de la población desconfía de los organismos electorales, la demora de la ONPE en facilitar resultados oficiales abona la sospecha de que se está preparando un triunfo irregular de Fujimori en la primera vuelta". Es posible que los encuestadores se equivocaran en sus pronósticos en los sondeos a pie de urna, señala, pero su primera hipótesis "es que traten de llevar a Fujimori por encima del 50%, lentamente, a base de facilitar los datos con cuentagotas, y siempre y cuando lo permita el contexto interno e internacional".

José Portillo, jefe de la ONPE, quiso despejar las numerosas dudas y sospechas tras anunciar que Fujimori está muy cerca de la reelección. Y trató, sin éxito, de vencer el escepticismo reinante entre la prensa. "Hemos realizado nuestro trabajo profesionalmente. El recuento rápido no se realizó a solicitud de las agrupaciones políticas y los observadores internacionales. Los objetivos han sido la seguridad de la información y la transparencia", dijo. "Ustedes son mis ojos y mis oídos. La verdad nos hará libres", sentenció.

Portillo ha estado en el ojo del huracán en la recta final de la campaña electoral, a raíz de la denuncia del diario El Comercio de la supuesta falsificación de un millón de firmas para la candidatura de Fujimori. La ONPE desvió el tema a la Fiscalía, cuya investigación se demorará hasta después de las elecciones. "¿La ONPE? ¿Existe la ONPE?", pregunta no sin ironía una joven limeña. El jefe de la oficina electoral ha repetido durante toda la campaña que contaba con un excelente servicio informático, puesto en duda por los observadores de la OEA y por Transparencia, que aseguran que el sistema de recuento peruano es opaco y no permite ser revisado por los organismos de observación.

El jefe de la ONPE anunció después del cierre de los colegios electorales que a las 10 de la noche del domingo, hora local, facilitaría resultados con el 25% del escrutinio; luego habló del 30%. Ni lo uno ni lo otro. Se limitó a dar cifras sueltas de mesas dispersas. Convocó a los periodistas para las 10 de la mañana de ayer y el plantón se prolongó hasta la 1 de la tarde. Todo un ejemplo de eficacia para una organización que presume de contar con un sofisticado sistema electrónico-informático de recuento.

En la calle, varios cientos de seguidores de Toledo se manifestaron por el centro de Lima y llegaron hasta el palacio de Gobierno para protestar contra el presumible fraude. Fueron dispersados sin mayores incidencias. Los medios de comunicación oficialistas han criticado con dureza al candidato opositor, a quien acusan de grave irresponsabilidad por convocar a sus seguidores a manifestarse frente el palacio de Gobierno cuando todavía no había datos oficiales. "Toledo quizá se precipitó al proclamarse ganador prematuramente, pero no tenía otra opción cuando salió a la calle y condujo a su gente hasta la plaza de Armas. Evitó la violencia", dice Santiago Pedraglio.

ONPE: www.onpe.gob.pe

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