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Entrevista:

20 preguntas sobre el futuro de la Universidad española

El foro sobre el informe Universidad 2000 convocado por El País Digital la semana pasada permitió al director del documento, el profesor Josep Maria Bricall, responder directamente a la comunidad educativa. El encuentro -33 consultas en una hora, de las que se han seleccionado 20- fue un pequeño adelanto del debate sobre la Universidad española que el trabajo de Bricall (versión íntegra en www.crue.upm.es) está llamado a suscitar. Éstas son algunas de las cuestiones que Bricall contestó a los lectores en directo y a través de la red:Pregunta. ¿Cómo vamos a eliminar la endogamia en la Universidad española?

Respuesta. La endogamia viene de lejos y es anterior a la Ley de Reforma Universitaria. En el informe se habla de una doble instancia en los procesos de selección del profesorado. La primera de estas instancias se confía a personas externas a la institución que trata de cubrir la plaza.

P. ¿Cómo piensa que debería controlarse un nuevo sistema de profesores no funcionarios para que no se convierta simplemente en una forma de pagar menos y dar menos garantías laborales por el mismo trabajo?

R. En el informe se habla de la baja remuneración del profesorado universitario en España. No se trata, pues, de lo que usted apunta, sino de aumentar la flexibilidad para cubrir de forma eficaz las necesidades de la enseñanza y de la investigación en una Universidad diversificada.

P. ¿Por qué en su documento se ha dejado de lado una organización de la carrera docente del profesorado funcionario, limitado a titulares y catedráticos? ¿No piensa que sería lógico aumentar las escalas intermedias con el fin de incentivar a los interesados?

R. Creo que la carrera docente habla ya de dos figuras de enseñantes: el ayudante y el ayudante doctor. Después se determinan dos nuevas modalidades por vía contractual. Creo que con ello el informe flexibiliza notablemente el profesorado universitario.

P. ¿Qué piensa de la figura del profesor investigador sin obligaciones de docencia en la Universidad?

R. Esta figura permite, entre otras cosas, acoger investigadores en la Universidad sin que ello suponga forzosamente cubrir necesidades de enseñanza. Se trata, además, de enfatizar la actividad investigadora básica y aplicada de la Universidad.

P. En la selección del profesorado, ¿no considera que el factor docencia no será importante hasta que se recojan las opiniones de los clientes (alumnos) sobre el trabajo desempeñado por los profesores que optan a una plaza? ¿No le parece que si sólo se exige unos conocimientos de pedagogía, los candidatos estudiarán el tema para las oposiciones, sin dedicar ni un segundo ni un esfuerzo mínimo a mejorar el proceso de aprendizaje?

R. Posiblemente es cierto. Es un punto que podría ser objeto de debate.

P. ¿Cuál es el futuro de los profesores titulares y catedráticos de las escuelas universitarias y el de este tipo de centros dentro de la Universidad española?R. En el informe se parte de una carrera universitaria única para todas las instituciones de la enseñanza superior dividida en dos grupos: el de los titulares y catedráticos y el de los profesores contratados. Se considera que la especificidad de cada uno de ellos debe basarse en la función que realizan. Por lo que hace referencia a las escuelas universitarias, el informe prefiere hablar de diferentes tipos de estudio y enseñanza más que de diferentes tipos de centros.

P. ¿La Universidad española está en condiciones de asumir la formación continua y a distancia de los profesionales en ejercicio mediante las nuevas tecnologías? ¿O ésta es más bien una tarea que corresponde a los colegios profesionales y a las grandes corporaciones empresariales?

R. No toda la formación continua corresponde a la Universidad. Una parte de la misma corresponde, evidentemente, a los colegios profesionales y a las corporaciones de las que usted habla. No obstante, el informe habla de un tipo específico de formación cuya incardinación debe ser universitaria. La incorporación de las nuevas tecnologías en las universidades se hace lentamente, y esto es general en toda Europa. Algunas experiencias, tanto en EEUU como en otros países europeos, aportan lecciones que en parte se encuentran recogidas en la sección novena del informe.

P. ¿Qué posibilidades le quedan al conocimiento público y libre de ataduras -a la crítica libre, motor del cambio social- si es el sector privado el que decide qué se debe estudiar?

R. El informe indica que no es el sector privado el que decide qué se debe estudiar, sino los propios estudiantes, mediante un sistema adecuado de información y de asesoramiento.

P. ¿Hacer que mejore la educación y fomentar la investigación en nuestras universidades o gastar cada vez más dinero en becas para que podamos completar nuestra formación en el extranjero?

R. Creo que habrá que hacer las dos cosas. La formación en el extranjero debe apoyarse, pero la investigación debe también hacerse en las universidades. Se propone en el informe permeabilizarlas para que se pueda recuperar a quienes se han formado fuera. Las nuevas formas de profesorado que se proponen deberían cumplir en parte esta función.

P. ¿Por qué no se investiga más en las universidades para evitar que algunos estudiantes tengamos que buscarnos la vida en otros países?

R. En gran medida, se trata de proporcionar los recursos adecuados y que la sociedad pueda absorberlos. Creo que el problema de la investigación en España se encuentra en gran parte fuera de la propia Universidad, en la medida en que ni desde el punto de vista de la financiación, ni desde el punto de vista de la ejecución, la participación del sector productivo alcanza el porcentaje que corresponde a la media europea.

P. ¿Qué impresión saca usted de la reunión mantenida en Madrid con representantes de estudiantes de toda España?

R. En la reunión supongo que todos cometimos algunos errores. El texto distribuido se interpretó como un anticipo de lo que se estaba elaborando y representaba únicamente el debate que se había tenido antes de las vacaciones.

P. ¿Se nos ha preguntado a los estudiantes antes de elaborar este informe?

R. En la elaboración del informe se han escuchado opiniones, pero no han intervenido más que los redactores del texto, la comisión asesora y yo. Esto se hizo para que el texto tuviese una cierta coherencia y unas propuestas claras aunque discutibles. Precisamente porque son discutibles, la CRUE ha abierto un periodo de debate.

P. ¿Qué opina de la posible implantación de tasas progresivas en función del nivel de renta familiar?

R. El método es complejo y en la práctica no se ha seguido en los países examinados en el informe. De hecho, el sistema de dar más becas y de mantener o elevar las tasas es ya un sistema prácticamente progresivo si la Administración se compromete seriamente en financiar la Universidad.

P. ¿Se va a abandonar la idea de que subvencionar a los estudiantes inútiles forma parte del Estado de bienestar?

R. La idea de estudiante inútil debe ser definida. Se propone dar un tiempo prudencial, no necesariamente consecutivo, para obtener una determinada certificación o un cierto grado. Ello vale tanto para los que tienen beca como para los que no la tienen, desvinculándose la beca de alcanzar ciertos requerimientos académicos.

P. ¿Se ha abusado de los conceptos de autonomía universitaria y libertad de cátedra por parte de los mandarines de la Universidad?

R. El abuso es siempre un ejercicio no correcto de una capacidad de decisión. No se trata, pues, de limitar la capacidad de decisión, sino de encauzarla dentro de una estructura que corrija estos abusos.

P. Dentro del contexto del informe, ¿cómo se incardina el personal de administración y servicios?

R. Se insiste en la función importante que efectúa este personal. Insistir en la función significa mirar las necesidades que cubre más que los propios cuerpos. Se proponen fórmulas de una cierta homogeneidad en las diferentes instituciones y que permitan un aumento de la flexibilidad para su adaptación a estas necesidades.

P. ¿Cuáles serían, a su parecer, las diferencias entre su informe y el informe Dearing del Reino Unido?

R. El informe Dearing es el informe de los británicos para los británicos. En lo que se refiere a su contenido, se centra sobre todo en la financiación de la enseñanza superior en el momento de su extensión a prácticamente la totalidad de la población. El informe que aquí se ha elaborado trata de cubrir el conjunto de los problemas universitarios.

P. Las autonomías con lengua cooficial, ¿no cree que torpedearán el distrito único para, en el caso de Cataluña, mantener su política de ir imponiendo el monolingüismo en la Universidad?

R. Soy profesor de la Universidad de Barcelona y en ella conviven sin problemas las dos lenguas. Por lo que respecta a las autonomías, habrá que examinar qué es lo que hacen y cómo reaccionan. El informe prefiere la autonomía de las universidades en este tema, aunque considera que la Administración pública debe asegurar que nadie quede al margen de la enseñanza superior si tiene méritos suficientes. Por este motivo se propone estimular experiencias y ejemplos piloto.

P. Es evidente que no es lo mismo investigar en ciencias, por ejemplo, que en humanidades o en derecho. ¿Debería influir la metodología propia de cada sector en la financiación y en la valoración de la investigación del profesor universitario?

R. Sí, ciertamente, y sobre el particular el informe expresa su punto de vista. No obstante, creo que hay algunas exigencias de la forma moderna de investigar que son comunes tanto en ciencias como en humanidades o en derecho.

P. Al respecto de la autonomía universitaria, ¿qué opina sobre la suspensión del reglamento de usos lingüísticos en la Universidad Rovira i Virgili por parte de un tribunal de Tarragona?

R. He dicho anteriormente que la autonomía universitaria se concibe en el seno de una sociedad. Sobre la suspensión, he de decirle que desconozco la decisión del juez y el texto de la universidad. Dicho esto, creo que hay que ser respetuosos con la autonomía.

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