_
_
_
_
Reportaje:

LA RETRIBUCIÓN DEL PROFESORADO Polémica en el Reino Unido por los incentivos a los profesores de los alumnos con mejores notas Los sindicatos acusan al Gobierno de enfrentar a los docentes por medio de la iniciativa

Isabel Ferrer

Los maestros británicos de primaria y secundaria pueden solicitar ya a sus directores los formularios donde defenderán su derecho a recibir una bonificación, cifrada en 2.000 libras más al año (unas 540.000 pesetas), por haber logrado que sus alumnos obtuvieran mejores notas que el resto de los inscritos en centros similares de todo el país. Criticado por la Unión Nacional de Docentes, pero aplaudido por otros sindicatos del ramo, el aumento ha desatado la polémica sobre la retribución del profesorado y ha dividido al sector en dos bandos: los profesionales que sostienen que la paga les enfrentará y destruirá el trabajo en equipo y los partidarios de subir como sea los sueldos del profesorado.

Más información
LA RETRIBUCIÓN DEL PROFESORADO Los sindicatos españoles reclaman un sistema para evaluar a los docentes y mejorar su sueldo
Protestas en Italia contra un test para jerarquizar los salarios

Previsto para el próximo septiembre, cuando será incluido en las distintas nóminas, el "aumento por excelencia docente" ha precisado de numerosos borradores ministeriales. El texto definitivo aprobado por el Ministerio de Educación asegura que los maestros deberán demostrar sólo que el alumnado "ha progresado tanto o más que el resto de los escolares británicos en circunstancias similares".Aunque las notas han dejado de mencionarse como tales para no irritar a los sindicatos, éstos temen que la búsqueda de la gratificación acabe enfrentando a los profesionales. El secretario general de la Unión Nacional de Docentes, Doug McAvoy, ha manifestado: "Serán juzgados en función de los resultados obtenidos por los niños. ¡Qué error! Un maestro no puede controlar los factores familiares o sociales que condicionan la educación y logros del menor".

Este sindicato considera poco razonable que el Gobierno anime a los profesores a evaluarse unos a otros cuando pidan la paga. Antes de embolsársela, cada solicitante deberá contar con el apoyo del director del centro, el visto bueno de un grupo de expertos independientes y la aprobación de sus propios colegas. Obtener esta última e insólita carta de recomendación, que pueden buscar varios maestros a la vez en un mismo centro, "acabará creando rencillas internas y destruyendo la labor de equipo con envidias y sospechas", ha dicho McAvoy.

Ocho millones a lo sumo

Un profesor británico de secundaria gana por término medio unas 24.000 libras anuales (6.480.000 pesetas). Con las 2.000 libras de la bonificación puede llegar a las 26.000, pero si su sueldo es más alto no podrá superar en ningún caso las 30.000 libras (8.100.000 pesetas) cuando se trate de un docente que decline aceptar responsabilidades administrativas. Las bonificaciones complementarias por tareas de administración dependen de cada centro, según las horas y el trabajo que deba cumplir. La prueba irrefutable de que merece la nueva paga, aunque no la única, seguirán siendo las buenas notas obtenidas por sus alumnos en los diversos exámenes nacionales que jalonan la enseñanza obligatoria en el Reino Unido.

Según el Gobierno, que ha destinado 1.000 millones de libras a financiar estos aumentos, las calificaciones son la prueba más visible de que el docente ha logrado transmitirle a los niños los conocimientos necesarios. Las notas de cada colegio serán cotejadas con otras similares del resto del país y el profesor podrá resaltar el progreso mostrado por sus alumnos. Cuando los resultados no sean tan buenos como se suponía, pero el maestro considere que sus pupilos han mejorado lo bastante como para recibir el dinero, será invitado a demostrarlo en otra solicitud dirigida al director.

Consideradas en su mayoría de sentido común, el resto de las exigencias oficiales no ha preocupado tanto a los sindicatos como el apartado económico. Educación pide a los profesores, por ejemplo, que demuestren que están al día en las materias que imparten. La preparación de las clases deberá reflejar las distintas necesidades y aptitudes del alumnado. Servirles de inspiración, fomentar el espíritu de grupo y animarles a que sean analíticos serán sus principales tareas. Tanto el desarrollo intelectual de profesores como su contribución a la mejora de la escuela serán tenidos también en cuenta al evaluarles.

A pesar de la influencia de Doug McAvoy y de las reticencias de la Asociación Nacional de Directores, ambos sindicatos tendrían problemas para unir a todos sus colegas contra el Gobierno. Peter Smith, de la Asociación de Profesores de Escuela y Universidad, ha calificado el aumento de "lo mejor que ha ocurrido en los últimos 50 años". Según él, las escuelas se abren para impartir clases e "ignorar el progreso de los alumnos sería absurdo. Los que hablan de retirar los planes oficiales parecen desconocer la realidad".

El resto de los sindicatos ha lamentado que Educación se empeñe en aplicar los controles de calidad a todos los centros públicos, pero prefieren dejar al arbitrio de cada profesor la decisión de pedir las bonificaciones. "No es de recibo negarles la oportunidad de ganar más dinero, pero que nadie olvide que la tramitación de cada solicitud supondrá una carga administrativa adicional para los centros docentes", según Nigel de Gruchy, secretario general de la Asociación Nacional de Directores de Escuela y Mujeres Maestras.

Un actor en el aula

Aumentos salariales aparte, la mejor receta para ser un buen profesor consiste en mantener la moral muy alta para así interpretar a la perfección su papel. David Puttnam, recién nombrado presidente del nuevo Consejo General de la Enseñanza y ganador de un oscar de Hollywood por su producción de la película La misión, ha animado a los docentes a perder la vergüenza y dejarse llevar por sus dotes de actuación en el aula.

"Algunos maestros consideran casi un desprecio hablar de ello, pero una buena clase es como una representación artística redonda", ha dicho. Para ayudarles a triunfar en el estrado, Puttnam no descarta pedir a actores profesionales que les den unas lecciones sobre cómo hacerse con uno de los públicos más difíciles: los alumnos.

En opinión del productor, el Servicio de Inspecciones de la Enseñanza sería uno de los principales culpables de la crisis de la docencia atravesada por el Reino Unido. "Es hora de demostrarle a los maestros que su trabajo es valioso", ha afirmado, mientras espera que los profesionales elijan a 25 de sus representantes para que el Consejo pueda empezar a trabajar.

Si la propuesta de Puttnam cuaja, sus actores convertidos en maestros por un día deberán tener en cuenta las virtudes del trabajo en equipo antes de acudir a las escuelas. Según datos de la Unión Nacional de Profesores, compartir el esfuerzo docente es uno de los valores más queridos de los profesionales. Tanto el sindicato como los 200 docentes de primaria sondeados por éste en enero pasado, prefieren de todos modos colaborar en las tareas educativas "para no enfrentar a unos profesores contra otros en busca de un premio en metálico", según Gethin Lewis, secretario de la Unión en Gales.

Un experimento en los Estados de Denver y Pensilvania

I. F Leicester

Sólo dos lugares, Denver y Pensilvania, han decidido probar de momento en Estados Unidos el efecto educativo de los aumentos de sueldo del profesorado asociados a la notas de sus alumnos. En ambos casos se trata de un experimento, hecho que no ha evitado las iras de los sindicatos del ramo. La Federación Americana de Maestros lamenta, por ejemplo, que se ofrezca más dinero -hasta 2.500 dólares al año (unas 430.000 pesetas)- a unos docentes que no pueden controlar factores ajenos a su trabajo como la extracción social del alumnado, los problemas familiares que atraviesan o el grado de violencia que les rodea.

En Pensilvania, la promesa de las autoridades educativas de elevar los ingresos de los mejores profesores ha sido rechazada ya por escrito por los casi 350 inscritos en las nóminas municipales de Harrisburg. De llevarse adelante el proyecto oficial, los docentes de dicha localidad han asegurado que donarán el dinero a la beneficencia. "A simple vista parece la panacea. Un buen profesor consigue que la clase saque mejores notas y es premiado por ello. En realidad se crean rencillas personales, el trabajo en equipo desaparece y los maestros compiten unos contra otros por la paga extra", según Darell Capwell, portavoz de la Federación Americana de Maestros. En Denver, la bonificación será de 1.500 dólares (300.000 pesetas) para los profesores que demuestren que ha mejorado el rendimiento de sus alumnos. En este caso, el ensayo tendrá una duración de cuatro años y sólo participa en el mismo un grupo reducido de docentes.

Ambos experimentos deben ser evaluados el próximo mes de julio por la Asociación Nacional para la Educación, que tiene previsto reunirse en Chicago. En espera de sus conclusiones, la Alianza para la Educación, grupo que representa a los investigadores universitarios, ha señalado que los ensayos de Denver y Pensilvania servirán para definir de qué forma serán aumentados en el futuro.

Una mala idea

En el Reino Unido, el sondeo más reciente sobre la nueva iniciativa del Gobierno de Blair, efectuado por el rotativo The Guardian en 501 escuelas estatales de primaria y secundaria, revela el grado de división del profesorado. Si bien todos reconocen que la profesión está mal pagada, un 72% sostiene que subirles el sueldo en virtud de las notas obtenidas por los alumnos es una mala idea.

Otro 51% cree que la nueva forma de pago podría enfrentar a los docentes dentro de un mismo centro, y se muestra contrario a estos ascensos salariales súbitos. Un 29% considera que se debería buscar una forma menos polémica de evitar que abandonen la profesión.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_