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El debate político sobre la siempre discutida ley del Vascuence se ha acentuado en el último año La población euskaldun, el 18,3%, se concentra en la zona norte y la comarca de Pamplona

VIENE DE LA PÁGINA 1 Siempre discutida desde ambos lados, han sido las circunstancias políticas de los últimos meses las que han puesto a la ley del Euskera en el disparadero. Fue aprobada en el Parlamento navarro el 2 de diciembre de 1986, con el apoyo de los socialistas y los entonces grupos Popular, Moderado y mixto. UPN se abstuvo y EA votó en contra. HB no asistió a la votación. La ley dividió Navarra en tres zonas con derechos lingüísticos muy distintos. La oficialidad del euskera se ha limitado desde entonces a la zona norte, mientras se creaba una zona mixta alrededor de Pamplona y en el área pirenaica, y el resto de Navarra se consideraba zona no vascófona.

Sobre ese mapa, la ley reguló el uso del euskera en las administraciones públicas y en la enseñanza, considerándolo requisito preceptivo en muchas plazas de la oferta de empleo del área vascófona, donde el 57,6% de los habitantes son bilingües (27.500 personas) e incluso un 2,3% son todavía monolingües euskaldunes. En la zona mixta, con más de 250.000 habitantes, se decidió valorar el conocimiento del vascuence como mérito. En ese área hay apenas un 5,4% de población bilingüe (12.200 personas), si bien existe un 13% de bilingües pasivos, según datos de la II Encuesta Sociolingüística de Euskal Herria, presentada en abril de 1999.

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Desde el primer momento, los vascoparlantes se consideraron discriminados porque la plena oficialidad del euskera quedó circunscrita a la zona norte, según lo establecido en el artículo 9 del Amejoramiento del Fuero, mientras sus derechos en la zona mixta quedaban ambiguamente sujetos al criterio de los municipios. En la zona sur, la no vascófona, donde el 93,2% de la población es castellanoparlante, los derechos de los euskaldunes han sido prácticamente inexistentes y en la actualidad el Gobierno sigue sin ofrecer en la red educativa el modelo D, el que más ha crecido en el resto del territorio en la última década. Por eso la principal demanda de los sectores vascoparlantes es extender el modelo D a toda Navarra.

En el otro bando, la queja más frecuente es que el conocimiento del euskera como requisito o como mérito en el sector público está sobrevalorado y provoca discriminación a quienes sólo conocen el castellano, extremo rotundamente negado por los primeros. Fuentes del sindicato UGT señalan, por ejemplo, que el euskera se ha convertido en un "coladero" de acceso discriminatorio a la función pública, que sirve para optar con ventaja a puestos de la zona vascófona, que después se abandonan acogiéndose a los concursos internos de traslados hacia Pamplona o la zona mixta, en general. "La zona vascófona es, de hecho, una puerta por la que se extiende el agravio comparativo a toda Navarra", subraya un responsable de función pública del sindicato.

Hasta aquí, la radiografía de una realidad que nunca ha provocado tensiones en la negociación anual de las condiciones de trabajo que los sindicatos de la Administración foral mantienen con el Gobierno foral y cuyo último acuerdo acaba de firmarse.

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Crecimiento en los jóvenes

Es cierto que existe la sensación social de que es mejor estudiar euskera si se desea acceder a un puesto de trabajo público en la zona mixta, donde habita más del 50% de los navarros, pero también lo es que el 61,7% de los niños de 3 años matriculados en Navarra cursarán los modelos D (31%) y A (euskera como asignatura), y que las nuevas generaciones, entre los 2 y los 19 años, tienen un nivel de manejo diario del vascuence bastante superior a la media de sus mayores. Por ejemplo, en el tramo de 10 a 14 años, son bilingües el 18,5% de los jóvenes, según los datos de la monografía Estadística de población de Navarra 1996, del Instituto de Estadística de Navarra. Y todo ello presupone una demanda al alza en el uso del euskera, demanda que está provocando una fuerte polémica en la Universidad Pública de Navarra.

Ante la necesidad de regular la oferta de estudios en la institución universitaria, el equipo rectoral ha decidido no duplicar carreras en euskera y limitar la oferta a las asignaturas voluntarias de libre elección. En este centro de 9.512 alumnos, uno de cada tres tiene ya un dominio bueno o medio del vascuence, pero está obligado a cursar estudios en castellano, excepto en Magisterio, donde el euskera está presente en las asignaturas troncales. La falta de respuesta a esa demanda está generando contestación de una parte del alumnado, pero también de departamentos y personal administrativo que propugnan la troncalidad del euskera en los planes de estudios.

En el lado contrario se sitúan quienes, como la plataforma Oinarriak, abogan por garantizar en la ley el "contacto con el euskera" de todos los alumnos de Navarra desde su más tierna infancia y por "impartir necesariamente" en el sistema público la lengua oficial no elegida por los padres. Según el profesor universitario y ex concejal socialista de Pamplona Joaquín Pascal, con ello se pretende imponer "obligatoriamente" el euskera vulnerando derechos básicos.

Juan José Larraza, portavoz de ELA, asegura que en la Administración los discriminados siguen siendo los vascoparlantes y que en el sector educativo "la demanda de la sociedad ha superado las previsiones de la derecha, y eso les ha puesto nerviosos".

El euskera, la lengua materna del 8,3% de los navarros (55,4% en la zona vascófona) seguirá dando que hablar y que legislar.

Diversidad en la función pública

Pese a la dificultad de ofrecer una radiografía de los puestos de trabajo públicos afectados por la euskaldunización, dada la complejidad de los sectores afectados (educativo, sanitario y administrativo, fundamentalmente), existen algunos datos oficiales que acercan a un diagnóstico como el que el PSN ha exigido conocer antes de acometer cambio legislativo alguno.En el Departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Navarra hay ahora mismo trabajando 5.547 docentes, de los cuales 4.314 (77,7%) ocupan plazas de castellano, mientras 1.233 lo hacen en euskera (22,3%). En el área no docente trabajan otras 1.108 personas, de las que sólo 147 (13,2%) manejan el euskera en su puesto de trabajo.

En el terreno sanitario, la plantilla orgánica del Servicio Navarro de Salud reserva el 50% de las plazas de médicos, pediatras y ATS de la zona vascófona a aspirantes con conocimiento de la lengua vasca, porcentaje que se eleva al 100% en el caso de las plazas de atención al público de la misma zona. En el resto de Navarra las plazas sanitarias no exigen en ningún caso conocimientos de lengua vasca. En general, el conocimiento del euskera puntúa en la zona mixta con un 10% del baremo total de la oferta de empleo o concurso de traslados.

En total, hay 17.297 empleados públicos al servicio de las administraciones de Navarra, pero no hay datos unificados de cuántos han requerido la lengua vasca para llegar a sus puestos. Este año, 404 personas estudian o perfeccionan el idioma en el euskaltegi de la Dirección General de Política Lingüística. Otros 360 aproximadamente cursan los intensivos de un mes de duración ofrecidos a lo largo del año y 170 más se apuntan a los cursos de verano.

Desde 1995, 350 empleados públicos han pedido subvención para estudiar euskera en instituciones ajenas a la propia Administración y 30 docentes se apuntan anualmente al instituto de reciclaje del Gobierno, mientras otros 120 cursan los estudios vespertinos ofertados por la Administración foral.

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