Los rumanos de Fuencarral se resisten a dejar la venta de revistas

El director general de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, Tomás Vera, reconoció ayer que la inserción laboral de las 42 familias gitanas rumanas albergadas desde hace ocho meses en los campamentos de San Roque y Valdelatas, en Fuencarral, está resultando dífícil. Estos inmigrantes viven de la venta de revistas de calle, que a veces simultanean con la mendicidad y, según aseguró ayer Vera en la Asamblea de Madrid, "a menudo se resisten a dejar esta ocupación por otros trabajos más reglados".El director general asegura que han salido ofertas de trabajos no cualificados para estos inmigrantes y que, en varias ocasiones, ellos han preferido seguir vendiendo las revistas. La finalidad social de algunas de estas publicaciones, que nacieron como alternativa a la mendicidad, ha quedado en entredicho tras varias denuncias de ex vendedores que han destapado su afán lucrativo.

"Con los periódicos de calle sacan más dinero del que obtendrían con un trabajo poco cualificado", aseguran representantes de Cruz Roja, que, con la Comisión Católica de Migraciones, desarrolla un programa social con estos gitanos rumanos.

Vera se pregunta si estas familias se resisten a dejar la venta de las revistas porque es una ocupación que se adapta a su modo de vida, más libre y sin horarios, o si tienen alguna obligación con estas publicaciones porque, supuestamente, pudieran haberles facilitado su llegada a España. PSOE e IU reclaman a la Comunidad que investigue el asunto.

Las 42 familias permanecerán en los campamentos hasta junio.