"Las estrellas del pop latino abren las puertas a artistas más genuinos"
Michael Greene es, desde 1988, el presidente de NARAS, la entidad organizadora de los premios Grammy. Un profesional del mundo de la música que, guiado por su olfato y por una pasión hacia los ritmos latinos, se ha propuesto celebrar este año los Grammy Latinos, el próximo 13 de septiembre. Pregunta. Los premios Grammy han celebrado su 42ª edición. ¿Desde cuándo y cómo se han sumado las categorías de música latina a estos premios norteamericanos?
Respuesta. La organización empezó en 1957 como una manera de organizar a la comunidad creativa y técnica del mundo de la música y destacar la excelencia. Como sabemos, no siempre la calidad y la popularidad o la venta de discos van de la mano. De ser una entidad bastante conservadora, con 2.500 miembros, pasó a tener una expansión tremenda, y ahora somos 14.000 miembros con premios en 98 categorías. Las categorías relacionadas con lo latino empezaron a finales de los ochenta y mucha gente se pregunta ahora por qué creamos la Academia Latina antes que ninguna otra. La respuesta más simple es que soy un enamorado de lo latino. El hecho de que esté yo aquí hoy es que finalmente tenemos la estructura preparada para sacar adelante estos premios.
P. En España tenemos dos premios musicales, uno de las entidades que representan a los artistas y otro de la industria. ¿Piensa que eso crea confusión en el público? ¿Hasta qué punto es contraproducente?
R. En Estados Unidos hay muchos premios. Creo que el público se siente confundido porque ellos no saben cuál es un premio de la industria y cuál guarda detrás otros intereses. Los que no se sienten confundidos son los artistas. Cuando un artista muere, o simplemente hace su biografía, el peso de haber ganado un Grammy es de los mayores. Y eso es lo que importa. Nosotros apoyamos los Premios de la Música, organizados por la SGAE, aplaudimos su proceso. Siempre se puede separar el interés de la industria del interés cultural.
P. Pero ambos suelen coincidir en premiar a los mismos artistas.
R. Sí, a veces coinciden, y no sé si eso dice mucho del buen gusto del consumidor o si los directivos de la entidad escuchan demasiado la radio. Probablemente sea una combinación de ambos.
P. ¿Como piensan hacer que los Grammy Latinos lleguen a un público amplio, poco acostumbrado a este tipo de artistas?
R. En la gran gala popular que son los Grammy nos interesa mantener un equilibrio de contenidos y por eso este año pusimos, por ejemplo, actuaciones de artistas de jazz cubano o la de Sting con Cheb Mami, junto a las de Britney Spears y Backstreet Boys. Creo que ése será nuestro mayor desafío en los Grammy Latinos. Vamos a hacer algo que no se ha hecho antes y las grandes cadenas nacionales de televisión en EE UU, como la CBS, están tan entusiasmadas como petrificadas del susto ante la perspectiva de tener un espectáculo de esas dimensiones con gente hablando español, spanglish, yendo y volviendo del inglés. Queremos tener figuras conocidas del gran público norteamericano, pero también algunas más minoritarias, de folclor, del jazz, quizá algún hispano celta o cosas que allá no se han visto antes en la televisión. Éste es nuestro reto, es una apuesta muy fuerte, y créeme que estoy muerto de miedo.
P. ¿Cree que el norteamericano medio teme una especie de invasión de los hispanos?
R. Los estadounidenses hispanohablantes son la comunidad étnica de mayor expansión. Pero su integración es algo que se está construyendo desde dentro y que tiene un proceso. Lo que los grandes iconos del pop latino, como Luis Miguel, Enrique Iglesias o Marc Anthony, han hecho es abrir la puerta para los otros artistas latinos más "genuinos". Son lo que llamamos crossover artists. Si hoy le preguntas a un joven norteamericano cuál es la diferencia entre Britney Spears y Christina Aguilera no te dirá que la segunda es de origen hispano, sino que una está más delgada que la otra.
P. ¿Y qué opina de los ocho grammys a Santana?
R. Creo que Santana no tiene nada que ver con la música latina. Carlos llegó en un año bastante malo musicalmente y eso fue una ventaja, sólo que, además, había hecho un gran disco, con Everlast, Rob Thomas y la producción de Clive Davis. Fue el disco oportuno en el momento correcto.
Babelia
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