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El proyecto del 'nuevo Prado' incorpora "la fuerza de la lógica" de la arquitectura

Rafael Moneo y la dirección del museo rechazan la reproducción con telones del proyecto

El proyecto de ampliación del Museo del Prado, del arquitecto Rafael Moneo, se expone desde ayer con maquetas y planos en el vestíbulo de la entrada por la puerta baja de Goya. "El proyecto da una respuesta que se puede explicar con la fuerza de la lógica de la arquitectura, más allá de las opiniones estéticas", afirmó ayer Moneo al defender los últimos cambios, que afectan a los dos ejes históricos del museo: el ábside del edificio Villanueva y el claustro de los Jerónimos. El arquitecto y la dirección del museo no son partidarios de la reproducción en tela del edificio.

El montaje de El nuevo Prado contiene las maquetas del estado actual y del proyecto de Rafael Moneo que amplía el museo hacia el claustro de la iglesia de los Jerónimos, en la parte posterior del edificio Villanueva, sede central que se queda únicamente como salas de exposiciones. En planos y fotografías se puede seguir la evolución histórica del edificio y los últimos cambios introducidos en la propuesta de Moneo, cuyo proyecto ha sido aprobado por unanimidad por el jurado del concurso.En los paneles se explican las necesidades previas al concurso, desde el plan museográfico de 1997, los elementos del proyecto, en el área de enlace entre los Jerónimos y el Prado y el nuevo edificio en torno al claustro, y las ventajas de la ampliación para el público, las obras de arte y el estudio de la historia del arte. El próximo mes la muestra se ampliará en dos salas con más planos, vídeos y animación.

El presidente en funciones del patronato, Rodrigo Uría; el director del museo, Fernando Checa, y el arquitecto Rafael Moneo presentaron ayer la exposición y respondieron a las críticas suscitadas en los medios y en los vecinos de los Jerónimos. Por la duración de la sesión del Congreso, no pudieron acudir el ministro Mariano Rajoy y el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés. En la puerta de Goya protestaron ayer una docena de personas con cuatro pancartas de "Salvad el claustro de los Jerónimos" y recogida de firmas de la asociación que defiende también la permanencia del Museo del Ejército, junto a una grotesta pintura sobre Saturno devorando a sus hijos.

Claustro y ábside

El claustro y el ábside del edificio Villanueva concentraron las explicaciones, al ser dos de los elementos polémicos de la ampliación. Fernando Checa hizo un recorrido histórico para situar la extensión hacia los Jerónimos y con el actual Museo del Ejército -con estudios ya adelantados sobre la colocación de las pinturas en el Salón de Reinos- en los restos del palacio del Buen Retiro del siglo XVII, que a su vez tenía la iglesia del siglo XV. "El proyecto incorpora unos restos muy degradados del siglo XIX y principios del XX".

Rafael Moneo dijo que no conocía otro proyecto con tanta transparencia como el del Prado, "construido a golpe de plebiscito", cuyos avatares se han seguido por la opinión pública. Comentó en extenso los dos ejes del nuevo Prado, situados en el ábside del edificio Villanueva y el claustro. Por indicación del Ayuntamiento de Madrid, que pedía una separación entre Villanueva y la nueva construcción, se ha modificado la cuña acristalada -criticada por falta de seguridad, limpieza y el empleo del cristal- hasta ser sustituida por un parterre con un diseño que recordará los del vecino jardín Botánico.

Con la nueva solución se forma un patio de 22 por 11 metros para potenciar la visión de la obra de Villanueva, que se separa cinco metros a lo largo de la espalda del edificio. La zona del claustro se expone ya en su última versión, aunque la fachada puede sufrir alteraciones en su composición formal. El presidente en funciones del patronato, Rodrigo Uría, presentó la ampliación como "necesaria a todas luces para que el museo no muera". Destacó la lección de "flexibilidad, humildad y paciencia" de Moneo ante las sugerencias de los patronos y las sucesivas modificaciones del proyecto.

Frente a las críticas, Rodrigo Uría distinguió entre la opinión ciudadana y la vecinal, que en su opinión no coinciden, al afirmar que el Prado es una de las cinco cosas más importantes de España y que pertenece a "todos los ciudadanos del mundo". En la rueda de prensa, permitió dos intervenciones de personas no periodistas que defendieron el entorno y la historia de una iglesia que celebró sesiones de "las Cortes de Castilla y fue incendiada por las tropas napoleónicas".

Uría y Moneo rechazaron la oferta de la Confederación de Empresarios Independientes de Madrid (CEIM) para levantar una reproducción en tela a escala real sobre el mismo claustro. "No nos parece oportuno montar ese tinglado", afirmó Uría, al comentar que un proyecto pintado en una tela no puede dar la misma sensación de un edificio construido. Moneo considera "inoportuna" la experiencia, ya que tiene que ajustar varios aspectos del proyecto y en concreto de la fachada. Frente a los planos, decía que el mayor problema era su construcción, que tenía que hacerse "a la suiza, con primor".

El próximo lunes, la sección de arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes, que preside el patrono Fernando Chueca, se pronunciará sobre el proyecto, lo que no hizo hace un año cuando fue explicado por el propio Moneo. Uría se refirió a la oposición de Chueca. "Las personas que critican son los arquitectos perdedores del concurso". Ayer, la junta del COAM defendió la libertad del arquitecto y la "gran capacidad" en el oficio, y deploró "las actitudes sectarias, incompetentes e indocumentadas" que se han producido.

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