Respeto, más que tolerancia

El concepto de tolerancia entre culturas y religiones no es suficiente. Antes, es necesario el respeto. Ésta es una de las conclusiones centrales a las que llegaron los ricos debates en el II Encuentro o triálogo entre culturas y religiones del Mediterráneo. Organizado en Córdoba por José María Martín Patino, de la Fundación Encuentro, y Peter Galliner, en este foro se dieron cita representantes del mundo religioso y laico de las tres culturas mediterráneas -la cristiana, la musulmana y la judía-, y varias personas vinculadas con medios de comunicación, entre ellas Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo Prisa.La reciente visita de Juan PabloII a Oriente Próximo sobrevoló la reunión, sin llegar, sin embargo, a olvidar que el Vaticano estuvo de parte de Croacia en la explosión de la antigua Yugoslavia, ni que en Jerusalén el encuentro interreligioso con el Papa resultó parcialmente fallido.

El profesor suizo Ernst Ludwig Erhrlich marcó la pauta al pedir respeto, antes que tolerancia, entre las tres culturas. Pero probablemente ello requiere antes conocimiento. Y fueron varios los asistentes que, como Mohamed Arkhoun, pusieron de relieve que "la secularización puede estar produciendo un analfabetismo en materia religiosa", que no ayuda a integrar al otro, por lo que sería necesario crear instituciones que sirvan para fomentar este conocimiento mutuo.

Un 3,6% de la población actual en la gran Europa es musulmana. Para el jeque palestino Rajai Abdo, lo peor es la vejación de los musulmanes, que se sienten despreciados por los occidentales. En tales condiciones, como se preguntó Basam Tibi, de la Universidad de Gotinga, ¿pueden los musulmanes en Europa llegar a sentirse europeos?

Probablemente, la Unión Europea (UE) tiene que aprender al respecto de un país como EE UU. La baronesa Shirley Williams, del Partido Demócrata Liberal británico, ve una oportunidad en la Carta de Derechos Humanos que está elaborando la UE, para avanzar "de una sociedad que tolera a una minoría a una ciudadanía común", aunque, para otros, esta ciudadanía integradora debe empezar antes en los propios Estados de la Unión. En todo caso, Williams critica a la UE porque la gente de otras razas distintas que la blanca está prácticamente ausente de los niveles de cierta responsabilidad en sus instituciones.

Política y teología

En estos tres días de reunión pudieron apreciarse dos dimensiones en los discursos: la del poder, político, social o económico; y la de la teología. Casarlas resulta a menudo difícil. Incluso, para algunos, en los debates de la primera debe evitarse entrar en los temas teológicos, más aún cuando, como afirmara Arkhoun, "el islam es teológicamente protestante y políticamente católico", o cuando una diferencia importante es que la mayor parte de los llamados cristianos o no cree o no practica, mientras ocurre lo contrario entre los musulmanes.

En todo caso, si, como alertara hace tiempo Simón Peres, el mayor enfrentamiento no se da entre las religiones, sino dentro de las religiones o de las tradiciones, el problema se complica. El temor al llamado fundamentalismo, mezcla de radicalidad y fines políticos que se da en las tres religiones, crece. Así, para Daniel Vernet, de Le Monde, la democratización y la modernización en Marruecos puede alentar el fundamentalismo islámico. En contraste, el profesor Shlomo Avineri reconoció al "islamismo moderado" como "la única alternativa al extremismo". Claro que, como con el fundamentalismo no hay definición de islamismo moderado, salvo que sea aquel que se practica en regímenes amigos de Occidente. ¿Lo es el islamismo turco? Sea lo que sea, para Soli Ozel, no está creciendo. Lo que aumenta es el voto contra el sistema. Pero quizás en todo este triálogo falte lo que puso de relieve lord Weidenfeld: una mayor simetría.