Grandes males y grandes remedios
En varias propuestas, convenientemente filtradas a la prensa, el Departamento de Justicia ha dejado entrever a qué sanciones aspira contra Microsoft. "Los hechos son graves; el remedio debe ser grave. No descartamos ninguno de los remedios posibles", dijo no hace mucho uno de los abogados que ha representado al Gobierno.En primer lugar quieren una prohibición de los contratos exclusivos que Microsoft llegó a convertir en habituales. Será ilegal obligar a las compañías a promocionar unos productos -los de Microsoft- en detrimento de otros sólo porque el sistema operativo de Gates es el dominante, y también será ilegal cobrar menos por cada copia de Windows a las sociedades "fieles".
La opción intermedia -todavía la más probable- es obligar a Microsoft a separar todos los componentes de Internet que ha incrustado en Windows, retirar del mercado las versiones actuales y comercializar de nuevo el sistema operativo sin aplicaciones para la Red. Gates ha mantenido a lo largo del proceso que tal medida es técnicamente imposible.
Puede haber sanciones más duras si Justicia opta por solicitar la disgregación de Microsoft en pequeñas compañías al estilo de las Baby Bells creadas para acabar con el monopolio de AT&T. Las hipotéticas Baby Bill, como ya se las conoce, competirían entre ellas en los diferentes sectores informáticos: sistemas operativos, programas, Internet, etcétera.
Castigos
Otra opción es la estrictamente sancionadora, es decir, multar a la compañía y supervisar su actuación a partir de ahora. Sin embargo, el Departamento de Justicia se inclina por soluciones drásticas que eviten un proceso de vigilancia eterna. La más radical es obligar a Microsoft a vender, ceder o subastar el sistema operativo Windows para que pase a formar parte del dominio público y nunca más pueda ser empleado como herramienta de presión. Eso pondría en las estanterías de las tiendas diferentes versiones de Windows creadas por compañías independientes, distintas, pero compatibles.
Finalmente, hay otros castigos que pondrían límites a Gates. La justicia puede prohibir la adquisición de nuevas tecnologías para evitar que Microsoft incorpore a sus productos aquéllo que no hayan inventado ellos mismos. Como sugiere la competencia, debería prohibirse a Gates la entrada en televisión, cable o telefonía móvil.
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