Aragón enseña a trabajar sin accidentes
El Gobierno aplica en toda España el plan aragonés que en 1999 redujo la siniestralidad un 1%
La estadística es tan tenaz como implacable. España es la indiscutible campeona de Europa en índice de siniestralidad laboral. Es más, casi triplica la media de la Unión Europea en accidentes mortales (13,9 por 100.000, frente al 5,51 por 100.000). Cada jornada mueren cinco trabajadores. Los índices no dejan de subir año tras año y lo que se sabe del año 2000 apunta a un empeoramiento, razón por la que se han disparado todas las alarmas, se ha despertado incluso la conciencia de los fiscales y se ha producido el pasado 21 de marzo un escrito de la Fiscalía General del Estado al efecto. Todos los actores sociales están de acuerdo: es preciso hacer algo. Y dirigieron su mirada a Aragón, la única comunidad española donde se ha conseguido bajar la estadística: si la media nacional de 1999 respecto a 1998 refleja un aumento del 7,9%, Aragón descendió un 1%. ¿Cuál era el secreto? Que Aragón tenía una receta, el plan 677, ahora rebautizado como "plan Aragón". Visto su resultado, la reacción fue sencilla: copiemos ese plan a nivel nacional.Cuando Juan Chozas, secretario de Empleo, escuchó las líneas maestras del método empleado, no pudo reprimir una exclamación: "¡Elemental!". La raíz del plan parece muy sencilla: después de haberse pasado un año entero examinando cada uno de los 20.000 partes de accidentes, habían llegado a la conclusión de que 677 empresas de Aragón (el 1,7% del total, con el 9,7% de los trabajadores en sus plantillas) eran las responsables del 32% de los accidentes. "Cuando tuvimos bien amarrado el dato nos dimos cuenta de que era la bomba", recuerda Carlos Heras, jefe del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de Aragón, uno de los padres de la idea. Así que se decidió actuar sobre esas empresas durante un año. "Algunos empresarios ni eran conscientes de que causaban ese problema. Les decíamos: mire, su competidor es más seguro que usted. Les demostrábamos que los líderes de cada sector eran los que menos accidentes tenían". La actuación permitió que la estadística de accidentes en ese grupo de empresas bajara un 25,5%. Su efecto sobre la cifra general fue un éxito: la tasa de incidencia en Aragón bajó un 1%.
Asunto politizado
"Estamos orgullosos de que nuestro plan se implante en toda España", dice José Luis Martínez, director general de Trabajo de Aragón, el otro padre de la idea, "pero la gente tiene que ser consciente de que, detrás de una idea tan elemental, hay mucho trabajo. Se visitó muchas veces cada empresa. Se introdujeron cambios objetivos en el 75% de los casos, a veces tan simples como poner alarmas o células fotoeléctricas, arreglar una escalera, contratar un técnico o un médico. Les hemos dado líneas de trabajo adaptadas a cada caso, extraídas de las multinacionales, que son las empresas más seguras". Aragón no necesitó aumentar las sanciones.
El plan de choque que se ha puesto en marcha a nivel nacional no es más que una copia del procedimiento aragonés: 30.000 empresas en el país (el 3% del total) son las responsables del 48% de los accidentes. Pero el asunto se ha politizado: los sindicatos piden la lista de esas empresas y la CEOE no quiere que se difunda, no quiere que se demonice a esos empresarios. El tema es casus belli.
Entre tanto, en Aragón siguen adelante. Al plan 677 le sucede el plan 2000, en el que se actuará sobre 1.163 empresas. Y al plan 2000 se le añade otro proyecto: "Objetivo cero accidentes", donde se trabaja con las empresas con pocos accidentes para que consigan no tener ninguno. Total, que Aragón está dos años por delante del resto de España. Su objetivo para este año es bajar un 5%, eso contando con una actividad económica en expansión; es decir, a más trabajadores, más posibilidad de accidentes.
Mientras tanto, en el resto de España la realidad sigue muy negra. "Ustedes los españoles son trabajadores sanos porque enferman poco, pero torpes porque mueren demasiados", dijo un responsable europeo a dirigentes sindicales. España se ha ganado a pulso su mala fama y nadie lo discute. Ni tan siquiera el propio director del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, Leodegario Fernández: "Puedo discutir cómo se hacen algunas encuestas, pero eso no nos debe servir de excusa: nuestros índices son malos. Nos falta una cultura de la prevención".
Joven y en precario
Fernández enseña sus estadísticas: el número de paralizaciones de obras ha subido un 246,2%, el número de infracciones recogidas un 127,4%, el importe de las sanciones propuestas un 183,5%, el número de actas de infracción un 114%, el número de accidentes investigados un 15,1%, el número de visitas a empresas un 30%. La Administración investiga, expedienta y sanciona, de acuerdo, para que las estadísticas bajen. Pero el efecto es contradictorio.
En el perfil del accidentado todos los actores parecen estar de acuerdo: "Es un hombre joven, con un contrato en precario y sin formación, que trabaja en una pequeña empresa", dice Ángel Cárcoba, de CC OO. "Cuanto más en precario, más propenso a los accidentes", dicta un informe de Dolors Hernández, de la ejecutiva de UGT. España tiene la tasa de temporalidad en el empleo más alta de la Unión Europea (un 32,9% frente al 12,8% de media europea, el 73,1% en los jóvenes).
Se redactaron leyes, se han elaborado encuestas, se han puesto en marcha campañas de formación, se han incrementado sanciones e inspecciones, se ha apelado a la sensibilidad de los jueces, pero no ha habido forma de que la tasa descienda. Los actores sociales están de acuerdo en el diagnóstico y en pasar a la acción. Pero cada día mueren cinco trabajadores y eso no hay quien lo pare. Por eso, cual penalti en el último minuto, apareció la idea luminosa: copiemos a Aragón. Elemental.
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