Los ministros de la UE buscan la forma de defender la diversidad cultural
Los ministros de Cultura de la Unión Europea (UE) y algunos intelectuales invitados por la presidencia portuguesa iniciaron ayer en Lisboa una serie de debates para "defender e impulsar la diversidad cultural en Europa", en una nueva etapa marcada por "el impacto de la globalización, el desarrollo de las nuevas tecnologías y la futura ampliación europea", según explicó el titular portugués, Manuel Maria Carrilho. Por parte española participó el secretario de de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés.El ministro destacó la necesidad de una seria reflexión sobre el asunto, dada "la existencia de diversos factores que pueden afectar a los principios de la diversidad cultural subyacentes a las actuales políticas culturales y audiovisuales en Europa". Entre esos factores, Carrilho subrayó "la evolución de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que, asociada a la evolución de la economía en algunos sectores culturales o del entretenimiento, puede provocar transformaciones importantes en algunas áreas y condiciones de la producción y la oferta, por un lado, y del consumo y acceso a los contenidos culturales, por otro".
A pesar de ello, el ministro portugués destacó el "consenso unánime" de todos los Estados miembros sobre la defensa del mencionado principio, donde todavía existen algunas diferencias de interpretación sobre algunas disposiciones del Tratado de la UE, especialmente sobre cuestiones relacionadas con la competencia. La presidencia portuguesa de la UE ha planteado esta serie de debates, que culminarán hoy, con el objetivo de "promover el concepto de la diversidad cultural en Europa" y de "coordinar y verificar que las actuales políticas culturales y audiovisuales de los Estados miembros están suficientemente preparadas para salvaguardar la diversidad cultural europea en el nuevo contexto internacional".
Identidades
Carrilho afirmó que "actualmente nos encontramos ante la paradoja de enfrentarnos a una economía cada vez más abierta y a una cultura cada vez más cerrada; por tanto, es necesario alimentar y renovar el principio de la diversidad cultural europea y defender el mosaico de identidades que corren el riesgo de convertirse en identidades de resistencia y no de afirmación y proyecto".
Un manifiesto elaborado por el citado ministro y el intelectual Dominique Wolton, afincado en Francia, explica que la construcción de la Europa de la cultura debe superar algunas transformaciones que han marcado el último siglo: un modelo de sociedad abierta donde los flujos de toda especie han modificado de forma considerable las identidades culturales; el impulso de las industrias culturales y audiovisuales ha propiciado la creación de una cultura mundial que muchas veces se sobrepone a las culturas nacionales, y la democratización de la cultura de élite que, no obstante, "siente la competencia de una emergente cultura media de masas, asociada a la modernización y elevación de los niveles de vida".
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