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La derrota del 12-M frustró el plan de Maragall de presidir el grupo de senadores

Entre las muchas ilusiones de los socialistas liquidadas por la derrota electoral del 12 de marzo destaca el proyecto de convertir a la izquierda catalana en la principal representación de Cataluña en el Senado. Era un objetivo de gran importancia política porque perseguía difundir a toda España una concepción del catalanismo distinta de la proyectada por el pujolismo. Hasta tal punto era importante este proyecto que el aspirante socialista a la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall, planeaba presidir el grupo parlamentario de la Entesa Catalana de Progrés en el Senado. Esto era factible porque Maragall podía haber sido elegido senador en representación del Parlament.

El objetivo de Maragall era crear un grupo parlamentario en el Senado con 15 senadores. Los 12 elegidos en las candidaturas de la Entesa y los 3 que corresponden a la izquierda de los 6 designados por el Parlament. Si de las elecciones legislativas hubiera surgido un escenario de mayoría relativa, ya fuera del PP o del PSOE, la Entesa habría podido tener un notable protagonismo político como tercer grupo del Senado y como principal representación de Cataluña, porque la formada por CiU hubiera sido sólo de siete senadores.Para este supuesto, Maragall había planeado adquirir la condición de senador en representación del Parlament. Desde la presidencia del grupo parlamentario progresista catalán en el Senado hubiera podido defender tanto la evolución federalista del Estado autonómico como una concepción de la participación de Cataluña en la política española distinta de la llevada a cabo por CiU. Hubiera podido poner en práctica por lo menos una parte de la alternativa al victimismo y el mercantilismo que los socialistas tanto han criticado a los nacionalistas de Jordi Pujol.

Este proyecto se frustró porque la Entesa Catalana de Progrés, la coalición para las elecciones al Senado formada por el PSC, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa-Verds (IC-V), consiguió sólo 8 de los 12 senadores a los que aspiraba. Los otros 8 los obtuvo CiU. Hubo un empate. También se ha frustrado porque, además, la amplia mayoría absoluta del PP ha convertido en poco menos que una quimera la reforma federalista del Senado.

Así las cosas, Maragall tuvo que abandonar estos planes. Habían sido comunicados a muy pocas personas y, según fuentes socialistas, nunca alcanzaron la categoría de proyecto formalmente adoptado. Es como suele trabajar Maragall.

Tercer grupo del Senado

Todo esto ha quedado para mejor ocasión. El Parlament eligió el miércoles de entre sus miembros a los seis senadores que le representarán en el Senado. La disolución de las Cortes obligó a repetir la elección. Resultaron escogidos los mismos que lo habían sido ya después de las elecciones autonómicas, que en el caso del grupo PSC-Ciutadans pel Canvi son Lluís Armet y Ramon Espasa.

A pesar de todo ello, el PSC estima muy positivos los resultados conseguidos por la coalición progresista en las elecciones al Senado. En particular, considera altamente satisfactorio el grado de fidelidad mostrado por los electores de los tres partidos a las candidaturas presentadas en las provincias de Tarragona, Lleida y Girona, en las que figuraban candidatos de las tres fuerzas aliadas.

La fidelidad osciló entre el 80% en Tarragona y el 92% en Girona. Se deshizo así la creencia de que las rivalidades entre los tres partidos que formaron la Entesa procedían de diferencias insalvables entre los sectores sociales que representan. El electorado nacionalista de ERC no ha castigado esta alianza. Los socialistas reconocen que si la Entesa no obtuvo los 12 escaños de senador que pretendía fue por el fuerte retroceso electoral sufrido por el PSC en las provincias de Lleida y Girona, no por falta de los votos de ERC e IC-Verds.

Pese al empate con CiU en número de escaños, el grupo parlamentario de la Entesa será el tercero del Senado porque sus integrantes fueron elegidos por mayor número de votos. La diferencia entre los sufragios de los senadores más votados de la Entesa y los de CiU asciende a 297.000 votos.

Jose Maria Tejederas Chacon

La limitación de mandatos entra en el debate del PSC

Las agrupaciones socialistas han comenzado el debate de las ponencias para el IX Congreso del PSC, convocado para el 16 de junio. Entre las enmiendas que han sido presentadas en esta fase inicial se cuentan las que proponen la limitación de mandatos en la estructura orgánica del partido, incluida la primera secretaría, a dos periodos consecutivos. El PSC celebra sus congresos cada tres años, lo que reduciría los mandatos a un máximo de seis años consecutivos. La limitación de mandatos para los cargos orgánicos ha sido defendida como un mecanismo adecuado para evitar el burocratismo y facilitar la renovación. Medios próximos al primer secretario, Narcís Serra, explicaron meses atrás que la limitación de mandatos en los cargos internos del PSC era uno de sus proyectos para este congreso. Sin embargo, no consiguió que esta propuesta fuera incluida en las ponencias remitidas a las agrupaciones como base para el debate congresual.

Serra lleva sólo cuatro años al frente del PSC, pero el 14 de marzo anunció que no optará a la reelección. Entonces inició una fase de consultas con los principales dirigentes para ofrecer una candidatura que logre el consenso de todas las familias y sensibilidades del partido en el congreso del mes de junio. Lo que ha trascendido, de forma indirecta, es que esta candidatura podría estar formada por el actual secretario de organización, José Montilla, para el cargo de primer secretario, y por Pasqual Maragall para la presidencia del partido. Esta apuesta tiene el inconveniente, sin embargo, de que la presidencia del PSC carece de funciones políticas y dejaría al candidato a la presidencia de la Generalitat en manos del aparato del partido.

La forma en que se están llevando a cabo las consultas ha sido criticada en privado por dirigentes territoriales del PSC, informa Efe. Estos dirigentes explicaron que han sido convocados a reuniones en la sede central de la calle de Nicaragua y tacharon de "inadmisible presión" los argumentos con los que se les instó a transmitir la idea de que Maragall y Montilla deben ser los futuros líderes máximos del PSC.

Lo que estos dirigentes critican es que se presente como renovación un proceso cuyo protagonista sea el actual secretario de organización.

La fase actual del debate congresual es la de presentación de enmiendas, pero su discusión efectiva en todas las agrupaciones no se llevará a cabo hasta dentro de cinco semanas. Será entonces cuando la dirección del partido habrá remitido a las agrupaciones el conjunto de las enmiendas presentadas por los afiliados.

También ha sido presentada ya una enmienda que propone que el 50% de los cargos de dirección y representación sean ocupados por mujeres. La ponencia de estatutos habla de "representación mínima", pero no precisa qué proporción se entiende como tal.

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