"El pacto fiscal entre las administraciones central y vasca es un remiendo a corto plazo"
Ignacio Zubiri, donostiarra de 43 años, impacta por su vitalidad pese a llevar siempre encendido un cigarrillo. Recibe en un pequeño despacho de la facultad de Ciencias Económicas de la UPV, en Sarriko (Vizcaya), donde el amontonamiento de los papeles hacen dificultoso encontrar algo entre ellos.Desde su atalaya como catedrático de Hacienda Pública ha sido un observador privilegiado del conflicto fiscal que ha enfrentado al País Vasco y a la Unión Europea. Sus tesis las ha plasmado en un libro, El sistema de Concierto Económico en el contexto de la Unión Europea.
Pregunta. ¿Sería necesario un ajuste legislativo para encajar el Concierto en Europa?
Respuesta. La legislación interna española necesita hacer algún ajuste, pero no sustancial. La normativa europea, por su parte, depende de la interpretación. Si partimos de la idea de que Europa está formada por países y que cualquier diferencia fiscal dentro de un país es ayuda de estado, obviamente sería necesario un cambio de legislación para que tengan encaje situaciones como las del País Vasco. Pero esta concepción no está nada clara, se basa en la idea de que el sistema fiscal vasco es una particularidad del español, y no es así. En España no hay un sistema fiscal que se aplique en toda España. En realidad hay cinco sistemas, más el canario.
P. ¿Si no se cambia la legislación estamos abocados a un conflicto permanente?
R. Está claro. El hecho de que se retirara la cuestión prejudicial [consulta del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ante el Tribunal de la UE sobre el acomodo de las llamadas vacaciones fiscales ante las normas europeas de competencia] es una solución a corto plazo. De seguir adelante la sentencia, hubiera sido contraria al Concierto. La sensación es que cualquiera que recurra contra el sistema fiscal vasco en Europa tiene todos los numeritos de ganar. Es un problema político fundamentado en que la UE tiene establecida una estructura de funcionamiento que quiere evitar que se extienda la capacidad fiscal a las regiones. Pero no es lo mismo una diferencia fiscal que busca deliberadamente distorsionar a un modelo de descentralización. Si hoy Europa entiende que este tipo de medidas son ayudas de Estado, habría que realizar una modificación general de los tratados para todas la regiones de Europa que acepte las diferencias fiscales regionales emanadas de la organización de los Estados miembros.
P. El pacto fiscal entre las administraciones central y vasca que fue firmado el pasado mes de enero no deja de ser un parche.
R. Digamos que da tiempo. El pacto fiscal de entrada no elimina todos los problemas. En principio retira los recursos del Estado ante los tribunales, con los cuales se suprime la cuestión prejudicial, que hubiera llegado a mal puerto. Sin embargo, quedan los recursos de las comunidades autónomas y de las organizaciones sindicales y patronales. De todos modos, el principal problema desaparece. El precio que paga el País Vasco es la renuncia a unas medidas que hubiera tenido que adoptar, como la reducción de los incentivos fiscales que no estaban cuestionados. El País Vasco ha autolimitado su capacidad normativa a cambio de lograr más tiempo. Probablemente es una solución razonable a corto plazo, pero no es definitiva. El Concierto se debe negociar en 2001. No está claro que Euskadi vaya a seguir aceptando estas limitaciones en su capacidad normativa. Es un remiendo a corto plazo, probablemente necesario. No es una solución definitiva y en el momento en que se vaya a negociar el Concierto surgirá otra vez.
P. ¿Euskadi siempre estará en una posición débil en Europa?
R. Quien representa al País Vasco es el Gobierno central. Quizá habría que encontrar mecanismos para que el País Vasco y el resto de las comunidades autónomas pudieran participar en las decisiones que les afectan. Eso sí, por vía del Estado. Es inviable imaginar que Euskadi va a tener una representación directa en la situación actual de la UE. Siempre tendrá que negociar a través del Gobierno.
P. ¿Se puede llevar este tema a la negociación del nuevo Concierto, el próximo año?
R. Se puede incorporar al Concierto algún mecanismo que permita una presencia mayor del País Vasco en las cuestiones que le afecten, pero con un límite: la representación es siempre del Estado. Lo más que se puede aspirar es a estar al lado.
P. ¿Hay margen para ampliar las capacidades normativas del Concierto?
R. En la renegociación del Concierto hay aspectos técnicos a mejorar: los puntos de conexión (quién tributa y por cuánto) o las retenciones, pero... ¿qué más se puede concertar? El margen de maniobra es mínimo. En el caso del sistema fiscal general está concertado el 98% de los ingresos fiscales. Lo único no concertado son las cotizaciones a la Seguridad Social y no son un impuestos general, sino afecto a un fin específico.
P. ¿Y en las capacidades normativas?
R. La capacidad normativa en los impuestos directos es total. En los indirectos no se tiene ninguna capacidad, ni en IVA ni en los especiales. En el caso del IVA, sería cuestionable que fuera compatible con las normas de la UE. Además, obligaría a un cambio total en el sistema de gestión del impuesto. El IVA se recauda en origen, aunque lo pagan los consumidores. Tener la competencia normativa en el IVA supondría un cambio total del sistema de gestión, consistente en establecer unas fronteras fiscales en España para limpiar de impuestos el producto al salir y entrar en Euskadi. Dentro de la UE se ha arreglado esto con una sistema que no es posible aplicar en Euskadi. Cuando había fronteras físicas se devolvía el impuesto y se ponía el del otro país. Al quitarlas, se inventó la transacción intracomunitaria en destino, que replica virtualmente a las fronteras y da lugar a un fraude considerable. Técnicamente sería casi imposible la transferencia.
P. ¿Se puede generalizar en España el sistema fiscal vasco?
R. No. En primer lugar vaciaría de competencias al Estado. Además, las otras comunidades autónomas no lo quieren. Si quisieran recaudar más, lo pueden hacer desde hace diez años estableciendo recargos en el IRPF y nadie lo ha hecho. En realidad, las comunidades autónomas no quieren capacidad normativa; lo que quieren es más dinero. El Concierto es una excusa. El sistema de financiación autonómica actual y el anterior eran eficientes. La demanda de más corresponsabilidad es una excusa para quedarse con más dinero de los impuestos que pagan sus residentes. Esta situación liga con que las comunidades no están de acuerdo con el sistema de redistribución. Generalizar el sistema foral es imposible.
P. ¿Es posible que los tres territorios vascos tengan normas fiscales diferentes?
R. Es posible, pero no creo que llegue este punto. Si una Diputación, Álava, cambiara su normativa, las otras intentarían seguir su pauta. No habrá una guerra. En todo caso, hay quien dice que el Parlamento podría intervenir y unificar, aunque se produciría un quiebra total del modelo vasco, de la Ley de Territorios Históricos.
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