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CUMBRE DE LISBOA

Aznar cree que la UE ha emprendido un camino irreversible de reformas en busca del pleno empleo

El presidente del Gobierno español, José María Aznar, hizo ayer un balance doblemente positivo de la cumbre de Lisboa. Por un lado, ha visto confirmadas por la mayoría de los Quince las tesis liberales y reformistas que ha defendido junto al primer ministro británico, Tony Blair, y, por otra, ha visto reforzada su posición con el prestigio que siempre conceden las victorias electorales por mayoría absoluta. "Europa ha emprendido en Lisboa un camino irreversible de reformas económicas para alcanzar una mayor competitividad con el objetivo del pleno empleo", afirmó Aznar.

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La definición de un gran objetivo estratégico y el establecimiento de un calendario claro para la adopción de medidas para alcanzarlo estaba en la base de la propuesta española que la presidencia portuguesa hizo suyas y que el Consejo Europeo ha recogido en sus conclusiones finales. El objetivo era el pleno empleo y el calendario debía incluir un programa ambicioso de reformas económicas y de modernización de los sistemas de protección social. Aunque la aplicación concreta de esas medidas tendentes a liberalizar los sectores más dinámicos de la economía -telecomunicaciones, transportes, energía, servicios financieros- deberá pasar todavía la prueba de fuego de su conversión en directivas europeas con fuerza legal, la aprobación de estas orientaciones generales dota a la Unión Europea de un rumbo político claro dirigido a dar confianza a los mercados financieros internacionales en pleno nacimiento del euro."Teníamos que atacar las causas, y no los síntomas, de por qué Europa tenía dificultades de competitividad con otras regiones del mundo, concretamente con Estados Unidos", señaló Aznar, que recordó su participación junto a Blair, hace más de un año, en la convocatoria de esta cumbre, que se formalizó en la declaración de Chequers, residencia de verano del primer ministro británico. Blair, que se ha apoyado tanto en Aznar como en el primer ministro italiano Massimo D'Alema, para hacer avanzar sus tesis de la tercera vía, es también el gran beneficiado político de este Consejo Europeo en el que se ha constatado la atonía del eje franco-alemán, cuyas iniciativas estratégicas dominaron durante años en la construcción europea.

El presidente del Gobierno español no quiso que quedase en el olvido la contribución española al acuerdo de libre comercio firmado en Lisboa entre la UE y México, primero que suscribe Europa con un país americano y que quiere ser el punto de referencia para incrementar la presencia europea en América Latina. "España ha trabajado intensamente, denodadamente, en la consecución del acuerdo", señaló Aznar, que tiene especial interés en preparar el camino para la próxima cumbre Europa-América Latina, que se celebrará en Madrid en el primer semestre de 2002, coincidiendo con la presidencia española de la UE. Aznar considera que las relaciones privilegiadas de España con América Latina, que se sostienen en una creciente presencia económica, dan a la posición española en Europa un peso específico que le permite aspirar a un protagonismo similar o superior al de otros países con mayor riqueza o tradición europea. El siguiente objetivo es avanzar en las negociaciones con Mercosur, que agrupa a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, e incorporar a Chile en esta estrategia para consolidar la presencia europea en esos mercados emergentes.

El detalle humano de la conferencia de prensa de Lisboa fue el homenaje que Aznar rindió a su ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, que asistía a su última cumbre tras ocho años como comisario europeo y cuatro como ministro. Le agradeció públicamente su contribución a la construcción europea y se mostró orgulloso de la felicitación que el Consejo Europeo, en la persona del primer ministro portugués, António Guterres, le había trasladado en la última sesión de la cumbre.

La 'cumbre alternativa' pide un esfuerzo por la Europa social

Convocada por un amplio abanico de grupos sociales, partidos de izquierda, sindicatos, asociaciones de estudiantes, ecologistas y colectivos de gay y lesbianas, la cumbre alternativa "por una Europa social" reclamó ayer en los jardines Vasco de Gama, en Lisboa, un pleno empleo, "pero con derechos y sin precariedad", un mejor aprovechamiento y un acceso más fácil a las redes de telecomunicaciones y medidas concretas contra la discriminación sexual, el racismo y la xenofobia. En suma, la contra-cumbre expresó su profundo rechazo al camino de reformas neoliberales que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE adoptaron ayer en la capital portuguesa.En los jardines del barrio de Belem, a escasos 500 metros de la reunión oficial de la UE, la cumbre alternativa organizó, al aire libre, diversos debates sobre empleo, sociedad de la información, discriminación sexual o educación, donde los representantes de más de 50 grupos sociales rechazaron el camino ultraliberal emprendido por los líderes europeos.

Fátima Messias, de la coordinadora de trabajadores de Lisboa, explicó a este periódico que los sindicatos "queremos políticas diferentes para alcanzar el pleno empleo, pero con derechos y sin precariedad, la jornada de 35 horas, algo que no ha llegado a Portugal, y la erradicación de los contratos basura". José Guilherme, de una asociación de estudiantes, reclamó un decidido apoyo de los Gobiernos "para que los recién licenciados puedan acceder con facilidad a su primer puesto de trabajo".

Sérgio Vitorino, del grupo sobre la homosexualidad del PSR (Partido Socialista Revolucionario), explicó que aún se producen tres flagrantes tipos de discriminación: "El de las mujeres, el que existe en función de la orientación sexual y el de los deficientes; si además conectamos esta discriminación con el mundo del trabajo, los resultados son nefastos".

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