Microsoft y el Gobierno de EE UU se acercan a un pacto El acuerdo extrajudicial evitaría la sentencia por monopolio
El Gobierno de EE UU y la compañía Microsoft se disponen a cerrar un acuerdo que ponga fin a la demanda por monopolio contra la compañía de Bill Gates. Importantes diarios de EEUU adelantaron ayer que el anuncio del acuerdo puede estar próximo. El Gobierno habría renunciado a exigir la disgregación de Microsoft, a cambio de que la empresa acepte restricciones severas a su comportamiento.
La clave puede estar en la apertura del "código fuente" de Windows, algo que Bill Gates parece dispuesto a aceptar si con eso termina el proceso, que comenzó con una demanda por intento de dominio del mercado de navegadores de Internet. Esa decisión permitiría a otras compañías realizar sus propias versiones del mismo sistema operativo, y a cambio Microsoft podría incorporar a su versión los componentes que desee. Las fuentes citadas por los diarios The Washington Post y The Wall Street Journal aseguran que hay otra concesión de Microsoft: pedir a todos los fabricantes de ordenadores el mismo precio por cada copia instalada de Windows. Hasta ahora Microsoft imponía precios dispares a cada fabricante, lo que había derivado en una política de favoritismos. Es posible que también Microsoft se vea obligada a comercializar su paquete de aplicaciones Office 2000 para otros sistemas operativos, especialmente el cada vez más popular Linux.
Las acciones de Microsoft se dispararon ayer un 6% en Wall Street ante las noticias sobre la cercanía de un pacto, difundidas en vísperas de que el juez del caso, Thomas Penfield Jackson, dicte sus conclusiones finales previas a la sentencia. La certeza de que el magistrado está a punto de pronunciarse es lo que parece haber precipitado el posible acuerdo. Se da por descartado que el juez, en sus conclusiones, acusará incuestionablemente de monopolio a Microsoft, sentando con ello la base para una dura condena, si no se produce antes el acuerdo extrajudicial.
Las conversaciones de mediación, que se desarrollan en Chicago bajo la supervisión del juez Richard Posner, han estado al borde de la ruptura en varias ocasiones desde su comienzo el año pasado. De hecho, la información sobre un posible pacto se ha conocido al comprobarse que el juez Jackson llamó el martes a su despacho de Washington a los representantes del Gobierno de EEUU y de Microsoft en las conversaciones, lo que se interpreta como una última oportunidad para que lleguen a un acuerdo si no desean que sea él quien se pronuncie.
Por parte del Departamento de Justicia, una portavoz condenó la filtración de ayer y la atribuyó a "una maniobra de relaciones públicas". Mark Murray, portavoz de Microsoft, recordó que las conversaciones son "confidenciales" y que no habrá comentarios hasta su conclusión.
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