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Tribuna
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A pan y agua

Miquel Alberola

Cuando Alejandro Font de Mora subió al estrado para solicitar a Eduardo Zaplana con su cabecita de Madelman y su voz enharinada una explicación sobre las políticas de empleo, a gran parte de los diputados del Grupo Socialista les pareció un asunto microscópico, comparado con la designación de Javier Paniagua como miembro de la gestora del PSOE y la consiguiente dimisión de Diego Macià. Por eso, mientras Zaplana subía con sus zapatos de borla y explicaba la grandeza del milagro, en los bancos socialistas se intensificaron los corros, los braceos y las llamadas de móvil.Ante esta panorámica, hasta José Emilio Cervera se permitió bajar del árbol y asistir a la comparecencia tumbado en el banco azul, con la convicción de que desde los escombros nadie le iba a morder, puesto que las mandíbulas se iban a emplear en otros menesteres. Luego salió Antonio Moreno tratando de recomponer su entereza del día anterior para peguntar por el quebranto del Ivex, pero desde los bancos populares se lo recordaron enseguida: "¡Te van a poner a pan y agua!".

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Moreno ya había puesto a disposición el cargo de portavoz, por lo que Zaplana no necesitó ni salir al borde del área para arriesgar en su proverbial regate corto. Le bastó con vestirse de Cañizares y desviar balones muy debilitados con lucimiento atlético. El agujero insondable del Ivex se perdía una vez más entre las ensanchadas grietas del principal partido de la oposición, entre las cuales pasaban con holgura "Julio Iglesias, El Soro y otros amiguetes de correrías del caso Naseiro".

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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