"Yo siempre dije que las canciones deben ser honradas"
Mercedes Sosa ha descubierto una nueva dimensión para expresar la fuerza de sus emociones y la fuerza, también, de sus convicciones. Tras una grave enfermedad, ha redescubierto la espiritualidad. La cantante de Gracias a la vida y de temas más políticamente comprometidos que fueron himnos libertarios entre los jóvenes de ideas progresistas, ha grabado ahora la Misa criolla, de Ariel Ramírez. Política y religión encuentran una senda de comunicación en esta mujer, para quien la solidaridad con las causas de los derechos humanos es una preocupación y una labor primordial. Mañana, en Badalona, actuará en un concierto a favor de los desaparecidos en las dictaduras latinoamericanas y en defensa de los derechos humanos. En junio volverá para actuar en Vigo (día 16), Santiago (17), Bilbao (18), Barcelona (22), Las Palmas (23), Tenerife (24), Murcia (29) y Madrid (30).
Su nuevo trabajo discográfico, la Misa criolla, de Ariel Ramírez, es una obra musical creada en 1964 con estructura clásica y elementos de la música popular latinoamericana. Y no es una elección gratuita. Esta mujer argentina de 64 años, verdadera voz y grito de la canción protesta en los duros años setenta, durante de las dictaduras latinoamericanas, que sufrió el exilio y se ha mantenido siempre fiel a sus ideas en la defensa de los débiles, vive ahora una etapa en la que la espiritualidad juega un papel importantísimo.
En la grabación de esta misa su voz sigue sonando con profundidad, firmeza y dulzura. En el diálogo se expresa con voz clara y confidencial. Atrás ha quedado una tormenta emocional que la llevó al borde de la muerte. Quienes sepan de la trayectoria de esta mujer, de su integridad moral, no se soprenderán demasiado al saber que su angustia ante los padecimientos de los desprotegidos la llevaron a una honda crisis.
Pregunta. Este disco proyecta una dimensión mística, trascendente y, ante todo, ética, que es el terreno musical donde usted siempre ha actuado con mayor convicción.
Respuesta. Yo siempre dije que las canciones deben ser honradas. En las tiendas están los discos directamente comerciales, dirigidos a entontecer a la gente; y está lo comercial que es honrado. Hay que pensar dónde se quiere estar.
P. ¿Por qué decidió grabar esta Misa criolla precisamente ahora?
R. Estuve muy grave. Pasé cinco meses en cama, con vómitos, sin poder caminar, perdí 32 kilos. No sabían lo que tenía, pensaron que era cáncer, incluso empecé con una quimioterapia que me puso peor. Después se descubrió que todo era una depresión encubierta. Yo nunca me había alejado de Dios, aunque fui una mujer de izquierdas. Empecé a rezar porque me sentía muy grave. Al final fue el canto de un pájaro extraño fuera de mi ventana lo que me sacó. Fue quizá el mensaje más fuerte de mi vida. Es hermoso retornar a lo espiritual. Es un tema que siempre me ha preocupado. Yo ya en la Carta de la Tierra, que elaboramos con Gorbachov, Rockefeller y Stroheim, en Brasil, había logrado cambiar en el punto 9: respetar la espiritualidad y las creencias religiosas de distintas etnias. Creo que la Carta de la Tierra va más allá que la de los derechos humanos.
P. Usted siempre defendió un espíritu elevado de lucha. ¿Cuáles de las ideas que defendió en los años setenta siguen siendo vigentes y cuáles considera ahora que fueron equivocaciones?
R. Yo mantengo muchas de las ideas que sostenía entonces. Entre otras cosas, sigo luchando por las niñas adolescentes. Cada 20 minutos muere una mujer antes, durante y después del parto o del aborto. Soy una defensora de las mujeres y embajadora de Unicef. Más que honor es una responsabilidad muy grande, tengo que visitar a presidentes para hablar de estas cosas. Sigue en pie mi forma de ver el mundo, mi mirada compasiva sobre la humanidad, me angustian las guerras, la de los Balcanes o las étnicas en África, que en realidad son por hambre. Pero creo que los seres humanos han perdido la oportunidad de salir adelante sin guerras. . Uno de los golpes más fuertes, y creo que por eso también caí enferma, fue por lo que sucedió con las guerrillas en Latinoamérica, uno de los movimientos en los que confié. Las armas nos alejaron de llegar a un buen puerto. El fracaso de la guerrilla ha sido muy difícil de digerir. La violencia sólo sirvió para la desunión de nuestros pueblos. Son los casos de Brasil, Chile, Argentina y Uruguay. Y no sólo los militares, ahora veo que muchos civiles también colaboraron con dinero para armas o para crear desabastecimiento. Creo en Dios porque es quien me da consuelo.
P. ¿Y qué opina ahora del Che Guevara?
R. El Che es uno de los anarquistas románticos más importantes que tuvo la historia. No era marxista, pienso que fue un anarquista que tomó las armas.
P. Durante muchos años fue usted una primera figura de la canción protesta. Pero nunca quiso ejercer un cargo político. Parece que ha preferido actuar ahora como una "política no gubernamental", si se puede decir así.
R. Nunca tuve poder, ni estuve cerca de la gente con poder, aun de los partidos de izquierda. Siempre he sido una cantante con un pensamiento progresista, afiliada a un partido. Pero, en general, creo que las mujeres no llegan nunca a tener un poder auténtico dentro de los partidos políticos. No les dan paso para la máxima responsabilidad. Fueron a la guerrilla, las mataron, las destrozaron a ellas y a sus hijos. Y, a la hora final, no estuvieron en el poder, ni en Cuba, ni con los sandinistas...
P. ¿Usted no ha perdido la esperanza?
R. Uno habla de la vida, de la muerte, de la espiritualidad, pero ¿qué pasa con los niños en América Latina? ¿Por qué 84 millones de niños viven en la calle? Esa injusticia tiene que terminar en un continente con tantas riquezas. Y pensar que uno ve en América Latina hacerse rica a gente tan mediocre. Tan mediocre. ¿Por qué el pueblo tiene que seguir sufriendo siempre? Estos nuevos ricos que creen que tomando champán van a conocer un mundo mejor, en vez de leer, de pensar, de decir en qué puedo ayudar. Es importante tener esperanza, pero también hay que tener desconfianza con alguna gente. No entregarse totalmente.
Babelia
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