La Cámara de Cuentas rebaja en 2.743 millones el superávit de la Junta en 1998

El informe de la Cámara de Cuentas sobre los Presupuestos andaluces de 1998 confirmó la salud de las cuentas autonómicas, si bien rebajó algunas de las cifras que ha barajado la Junta. El estudio que el consejero mayor de la Cámara, Rafael Navas, entregó ayer al presidente del Parlamento andaluz, Javier Torres Vela, rebaja en 2.743 millones el resultado presupuestario y deja el superávit de la cuenta general en 12.393 millones. El informe constata una "mejora en la ejecución" de las partidas previstas.

El Presupuesto andaluz de 1998, condicionado por la contención de gasto público que marcó el Tratado de Maastricht para aquellos países que quisieran acceder a la zona euro, permitió a la Junta abandonar los números rojos de otros ejercicios. En marzo del año pasado, la consejera de Economía, Magdalena Álvarez, esgrimió un superávit de 17.600 millones para avalar "la buena gestión" del Gobierno andaluz. La cuenta general que el Ejecutivo autonómico suministró a la Cámara de Cuentas ya corregía esa cifra, y la dejaba en 15.136 millones. Ahora, los ajustes contables aprobados por la Cámara rebajan el saldo presupuestario positivo hasta los 12.393 millones. Los ajustes que introducen los auditores públicos (que dependen del Parlamento andaluz), hacen referencia fundamentalmente a la liquidación del 2% de la Participación en los Ingresos del Estado (cuya transferencia a las Administraciones autonómicas suele ser sistemáticamente retrasada por el Gobierno central), y a los recursos financieros captados por la Junta en los mercados de deuda pública.

Los técnicos de la Cámara consideran que no se puede registrar como ingreso los 14.339 millones de la liquidación de la Participación en los Ingresos del Estado de 1998, que no habían sido cobrados por la Junta pero sí los 13.145 millones correspondientes al ejercicio de 1997. En cuanto al pasivo financiero (endeudamiento) se reducen en 1.490 millones los recursos captados por el reembolso de pagarés a deudores que se hicieron para cubrir necesidades transitorias de Tesorería.

En todo caso, la Cámara subraya que, aún con estas correcciones, la Junta de Andalucía cumplió en 1998 el escenario de consolidación presupuestaria acordado con el Ministerio de Economía Financiera. El déficit no financiero (exceso de gastos corrientes y de capital sobre ingresos), según los ajustes de los auditores, fue de 24.115 millones, cuando el escenario previsto por el Gobierno central señalaba un techo de 35.000 millones.

Exceso de modificaciones

El consejero mayor no quiso detallar cuál será el contenido de su exposición ante la Comisión de Economía del Parlamento andaluz (la Cámara andaluza se formará en abril y la comparecencia podría tener lugar en mayo), pero sí mostró la disconformidad de la Cámara con el número de modificaciones presupuestarias que realizó la Junta en 1998. "En muchos casos, se trata de gastos corrientes de personal que pueden ser previstos con exactitud al elaborar los presupuestos", indicó Rafael Navas.

El informe certifica, respecto al ejercicio anterior, un incremento del 48% de las modificaciones presupuestarias en las Consejerías que, durante 1998, alcanzaron los 190.746 millones de pesetas (fundamentalmente en Obras Públicas y Salud). En los organismos autónomos, las modificaciones aún crecieron más (hasta el 279%), sobre todo por los cambios que se aprobaron en las cuentas del Servicio Andaluz de Salud.

Los auditores autonómicos estiman que el grado de ejecución de las partidas de gasto alcanzó el 92%, mientras que en los ingresos previstos (2,4 billones de pesetas) fue del 94%. La Cámara de Cuentas se remonta a ejercicios anteriores para confirmar "la mejora en la ejecución del presupuesto": en 1996, se ejecutó el 88,7% del gasto previsto y en 1997 el 91,2%.

La Consejería de Industria (con tan sólo el 57% del gasto ejecutado) y la Consejería de Obras Públicas (el 76%) fueron los departamentos que más trabajo dejaron para ejercicios posteriores. El informe de los auditores también reseña que mientras el bajo nivel de ejecución de las operaciones de capital (inversión), de las que tan sólo fueron realizadas el 55% de las previstas. La Cámara echó en falta, un año más, "una memoria demostrativa del grado de cumplimiento de los objetivos programados".