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Encuentran en un cubo de basura casi todos los 'oscars' robados Detenidos dos sospechosos del robo 12 horas después del hallazgo

Los ÁngelesENVIADA ESPECIALEl final no podía ser más peliculero: un chatarrero encontró el domingo por la noche, en un contenedor de basura del barrio coreano de Los Ángeles, 52 de los 55 oscars desaparecidos el viernes en un muelle de la ciudad. El autor del hallazgo avisó a la televisión antes que a la policía. Doce horas después, la policía anunció la detención de dos sospechosos del robo.

La farándula californiana se despertó ayer con dos bombazos: los oscars vuelven a casa y Madonna será madre por segunda vez. La maternal girl, como llamaban ayer a la diva del pop, tampoco se casará esta vez. "¡Madre soltera y de dos hombres diferentes! Ella sabrá", afirmó indignada una locutora de televisión. Willie Fulgear, un hombre negro de 61 años, fue el otro protagonista del día. Fulgear encontró escondidas entre cartones las estatuillas doradas. No avisó ni a la policía ni al departamento de arte del FBI, sino al canal de televisión CBS, que ayer difundía orgulloso su dulce exclusiva. La investigación se precipitó y, 12 horas después de la aparición, la policía anunció: "Hemos detenido a los ladrones".El chatarrero buscaba entre cartones cuando dio una patada a una pequeña caja blanca que le molestaba. El golpe fue duro. La caja no estaba vacía. En su interior, envuelta en plástico, se encontraba una reluciente estatuilla. Fulgear -"¡quién no reconoce un Oscar!"- miró detrás del contenedor y se encontró 51 figurillas más. "Tengo más que cualquier estrella", dijo más tarde el héroe a la policía.

Fulgear, un hombre alto y fuerte que vive de la venta de chatarra y basura reciclada, cargó las cajas hasta su vieja camioneta y se fue a ver a su hijo mayor, de 22 años. Junto a él llamó a la televisión y luego a la policía. "Tengo los oscars", aseguró a los reporteros de la cadena CBS. Los ocho millones y medio de recompensa, que se supone serán para él, los repartirá con su primogénito. "Necesita una casa", declaró.

Doce horas después de la aparición de los trofeos, los agentes californianos anunciaban la detención de los ladrones. Los detenidos son dos empleados de la empresa de mensajería Road Way, encargada de transportar desde Chicago hasta Los Ángeles las estatuillas.

Por error

La aparición de las figurillas macizas (bañadas en oro de 24 quilates, de 33 centímetros de alto y casi cuatro kilos de peso cada una) deja en el aire la teoría que ha mantenido estos días la policía de Los Ángeles: que los ladrones se llevaron los oscars por error y no sabían muy bien qué hacer con ellos. Empaquetados en 10 cajas y almacenados en el gigantesco muelle de Bell -el mismo lugar de donde desapareció la valija de Correos con 4.000 de las 5.600 papeletas de voto unos días antes-, se especuló con la posibilidad de que los ladrones confundieran las pesadas cajas con ordenadores o piezas de repuestos de coche.

Los oscars, divididos en 23 categorías, siempre se envían desde la fábrica R. S. Owen, de Chicago, por un servicio de mensajería de tierra, y el número de estatuillas siempre es aproximado, ya que nunca se sabe, hasta la noche de la entrega de los galardones, cuántos se destinarán a los premios.

"No entregaremos a la Academia las piezas; esto es un robo, una investigación criminal, y no se trataba sólo de recuperarlas. Los oscars son la prueba del caso; esto no es un juego", afirmaba ayer el capitán de la policía David Powers, poco antes de la captura de los ladrones.

La Academia no podía asegurar ayer si contará con los trofeos robados. Algo que no preocupa a los directivos de la ceremonia, ya que la empresa fabricante de los oscars tiene listos 23 trofeos más, que, sumados a los 20 que sobraron de la gala del año pasado, completarían el lote de este año. Mientras tanto, 52 de los 55 robados aguardarán en los almacenes de la policía de Los Ángeles.

Desde la portada de El País Digital (www.elpais.es), tras los titulares del día, se puede acceder a los enlaces de los especiales sobre los oscars y Pedro Almodóvar.

Héroe por un día

Willie Fulgear no parecía muy cómodo ayer delante de las cámaras de televisión. Alto, grande y con una gorra de béisbol blanca ocultando su cara, Fulgear fue héroe por un día. El viejo chatarrero no quiso ir primero a la policía, con la que más tarde se tuvo que enfrentar en la reconstrucción de los hechos.El basurero donde Fulgear encontró las figurillas de los oscars, cercano al centro de la ciudad y acordonado desde la noche del domingo como si fuera el lugar de un terrible crimen, era rastreado ayer por una docena de agentes de policía.

Los exagerados coches policiales norteamericanos -con tantas luces que parecen juguetes navideños- mantenían a los curiosos alejados. Los oscars, en el suelo y entre sucios plásticos, parecían burlones caballeros.

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