Polémica subasta en Madrid de manuscritos de Blas de Otero
Un particular adquirió ayer por 10 millones de pesetas, más las correspondientes comisiones e impuestos, una serie de manuscritos del archivo personal de Blas de Otero, en una subasta celebrada en la sala madrileña Durán, en la que se produjeron protestas de varios asistentes por la propiedad de dichos documentos. Otro particular adquirió por 25 millones de pesetas, más comisiones e impuestos, la segunda edición madrileña (1695) de la primera parte del Quijote de Miguel Cervantes, durante la misma subasta. La identidad de ambos compradores no fue dada a conocer.La compra del archivo personal del poeta Blas de Otero (Bilbao, 1916-1979) y de su antigua esposa, la cubana Yolanda Pina, de la que ayer se conoció que el Tribunal Supremo había reconocido su divorcio realizado en Cuba, fue realizada por teléfono. Cuando falleció Blas de Otero sin haber realizado testamento, se produjo un pleito entre la que fue su esposa, Yolanda Pina, de la que se divorció en Cuba tres años después de contraer matrimonio, pero el divorcio no era válido en España, donde el fallecido había contraído matrimonio canónico, por no existir entonces ley de divorcio. La sentencia, que agotó la vía judicial en España, dio la razón a la esposa, teniendo en cuenta que entonces no existía divorcio en España, pero ahora el Tribunal Supremo ha reconocido la validez del divorcio efectuado en Cuba.
Protestas
Al advertir el subastador que ayer se había conocido que el Tribunal Supremo había dado una sentencia que reconoce la de divorcio de Cuba, una persona entre el público elevó la voz para decir que eso no era cierto, puesto que el archivo que se subastaba no era de su esposa como heredera, sino de su divorciada, y la hermana del poeta fallecido tenía su derecho de propiedad intelectual. Sin embargo, otro sector del público se mostró en contra de esa postura. Al final, el subastador invitó a los asistentes a abandonar la sala.
Entre el público de la subasta se encontraba Sabina Cruz, la que fue última compañera de Blas de Otero, que dijo a los periodistas que la hermana del poeta tenía su derecho de propiedad intelectual, por lo que el adquirente no puede publicar los textos inéditos de que está formado el archivo sin la autorización de la propia hermana. Sin embargo, amigas de Yolanda Pina señalaron que lo que tiene validez es otra sentencia del Tribunal Supremo, en la que se reconoce que Yolanda Pina es la heredera.
La puja por la segunda edición de la primera parte del Quijote fue realizada también por teléfono. El Estado no ejerció el derecho de tanteo sobre esta importante pieza. Esta segunda edición madrileña del Quijote fue impresa en la imprenta de Juan de la Cuesta, el mismo taller donde vio la luz la primera. Se trata de un ejemplar muy difícil de encontrar en el comercio privado.
Babelia
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