Baile de hombres
Lleno en la preciosa sala que este año ha comenzado a ser sede de las Jornadas Flamencas de Fuenlabrada. Con su buen cupo de japoneses, por descontado, porque al baile no faltan.El baile estaba representado por Domingo Ortega, un bailaor jerezano que ha hecho su carrera en Madrid. Y que lidera un nutrido grupo de profesionales; entre ellos, el notable guitarrista José Luis Montón.
Domingo Ortega es bailaor con experiencia, que en el escenario se le nota. Ha montado un espectáculo con baile exclusivamente masculino, auxiliado por otros tres bailaores. Baile que ahora es el que impera en el flamenco, con mucha técnica de pies, guitarras paradas frecuentemente y zapateados interminables.
XVI Jornadas Flamencas Cante: Marina Heredia, Chano Lobato
Toque: Emilio Maya, El Mami. Baile: Domingo Ortega, con Tequila de Jerez, José Jiménez y Manuel Malena (cante); José Luis Montón y Juan Serrano (guitarras); Mónica Fuentefría y David Moreira (violines); Adrián Sánchez, Alejandro Sanz y Julián Martín (baile). Sala municipal del teatro Nuria Espert. Fuenlabrada, 18 de marzo.
A quien le guste esto -y parece que le gusta al público en general, porque lo celebra con entusiasmo-, el espectáculo de Ortega le encantará. Personalmente creo que, salvo momentos concretos en que el bailaor demuestra sensibilidad y delicadeza en ciertas transiciones, en algunos recursos originales peca de convencional, de complacencia en cosas que hemos visto muchas veces.
Ortega es un bailaor a quien se le puede pedir mucho más; por ejemplo, no fragmentar su baile con pausas y paseítos que le restan coherencia.
Calidez y seriedad
Marina Heredia sigue haciéndose presente en muchos acontecimientos flamencos. Señal inequívoca de que la cantaora granadina gusta. Voz cálida, buen conocimiento del cante, seriedad interpretativa. Quizá excesiva, pues, cantando con notable corrección formal, se queda un tanto fría; pienso que deberá arriesgar más, romperse en los momentos de mayor emoción del cante si quiere a su vez emocionar.
Y olvidarse de esa mala costumbre, frecuente en muchos cantaores actuales, de comenzar a levantarse de la silla antes de terminar los cantes, que la audiencia percibe así bruscamente interrumpidos, como degollados de mala manera.
Lo mejor de la noche lo puso, una vez más, Chano Lobato. Estará mejor o peor de voz, le veremos cansado porque los años son los que son y no perdonan, pero su vergüenza torera le lleva a ser un profesional como el mejor.
Y esta noche cantó con fuerza, con sabiduría, con genialidad a ráfagas. Sus soleares, sus alegrías, nos pusieron la miel en los labios. Como siempre.
Chano Lobato vive momentos muy especiales para él. Ayer le entregaban solemnemente en la Diputación de Cádiz el nombramiento de hijo predilecto de la provincia y estaba lógicamente emocionado. En todas partes le agasajan, nunca antes había recibido tantos honores.
El éxito, el gran éxito, le llegó tarde, y él vive como en una nube. Pero, por otra parte, la realidad tiene a veces un rostro sombrío. Chano tiene ahora a su esposa, Rosario, malita, y él siente una gran pena que no puede ocultar. El cante le ayuda a seguir.
Babelia
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