La Hacienda guipuzcoana afloró una deuda tributaria de 6.500 millones en 1999 y tiene pendiente de cobro 34.778

La Hacienda foral guipuzcoana afloró durante el año pasado una deuda tributaria de 6.501 millones de pesetas, una cantidad sensiblemente inferior a la de 1998, que ascendió a 8.469 millones de pesetas. Con esta nueva deuda, a 31 de diciembre pasado la deuda pendiente de cobro se eleva a 34.778 millones de pesetas correspondientes a 44.195 liquidaciones. Durante el último ejercicio, el fraude fiscal descubierto se elevó a 14.774 millones de pesetas, cuando esta cifra en 1998 fue de 16.740 millones de pesetas.El Departamento de Hacienda y Finanzas de la Diputación de Guipúzcoa achaca estos resultados a dos factores: "el crecimiento de la recaudación voluntaria y, por otro, a un mejor nivel de cumplimiento de las obligaciones tributarias". En sólo dos años la deuda aflorada se ha rebajado en casi el 50%, al pasar de los 12.270 millones de 1997 a los 6.501 millones del año pasado.

En el último ejercicio, la gestión del cobro deparó una reducción de la deuda de 3.267 millones de pesetas, de los cuales la mayoría corresponden a tributos concertados y en menor medida a impuestos locales y del Gobierno vasco (multas de tráfico y otras tasas). También se dieron de baja 11.076 liquidaciones por un montante total de 8.061 millones de pesetas.

De este modo, la deuda pendiente de cobro para la Diputación guipuzcoana asciende a 34.778 millones de pesetas, una cantidad 4.827 millones inferior a la que faltaba por liquidar un año antes, lo que supone un descenso del 12,2%. Durante 1999 se recibieron 1.696 solicitudes de aplazamientos de fraccionamiento en el pago de las deudas tributarias, por importe de 1.989 millones.

A la vista de estos resultados, el diputado foral de Hacienda, el peneuvista Antton Marquet, sostiene que en los últimos años viene observándose un desplazamiento progresivo del fraude fiscal de la fase de liquidación tributaria a la de recaudación. "Por eso hemos impulsado un cambio profundo de las oficinas tributarias que ha traído como consecuencia una organización recaudatoria más ágil, capaz de hacer frente a la cada vez mayor tecnificación del fraude fiscal".