Imposible origen
Hoy es la noche de santa Fótima la samaritana -patrona de las mujeres que acarreaban agua o iban con el cántaro a la fuente-, Alejandra, Eufemia, Teodosia, san Arquipio, Cuberto... y arden las fallas. No, la noche de san José -del hebreo Yosephyah, "Dios añade"- fue ayer; los valencianos seguimos el sistema judío y la víspera es la fiesta, qui no fa la vespra no fa la festa. Y, al anochecer del 18, la nit de sant Josep, quemaban las hogueras primaverales y, en los pueblos catalanes, celebraban la crema del pi, plantado ante cada casa, como aquí se colgaba un ninot de tir, al que se prendía fuego; nuestra gente, tan pendiente de las evoluciones del Sol, tenía por mágico este día que cristianizaba el fin del año lunar pagano, un mojón destacado en la rueda del tiempo: Per l'espòs de Maria, tan llarga la nit com el dia.Ello facilitaba el abandono de la iluminación no natural en los talleres: Per sant Josep, si Déu vol, el sastre apaga el cresol. Ocurría lo mismo en otros oficios, como el de fuster; en los obradores, desde san Miguel, se utilizaban candiles de aceite. Pendían de artefactos de madera llamados en valenciano parot, estai -palo con tres pies clavado a una viga-, permòdol -modillón- o pagés -en Mallorca, brazo de madera giratorio para enganchar luces de aceite-; en estos objetos y en el patronazgo de san José sobre los carpinteros se quiso ver el origen de las fallas. Sin embargo el padre putativo -de ahí, P.P. viene Pepe- el abogado de ese gremio fue san Lucas y las hogueras de marzo son anteriores al cristianismo. El tronco del árbol dio origen al ninot, los estais se incorporarían a la falla, como la estoreta velleta, como un trasto viejo y emblemático del invierno, al que se trataba de conjurar con el fuego nuevo que haría retornar la vida, verdadero generador de las fallas.
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