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Mercamadrid hizo un contrato privado a uno de sus directivos para un trabajo concluido 25 días antes

El gerente de Mercamadrid, José Ramón Gómez de Barreda, contrató como arquitecto privado el 26 de mayo de 1999 a su subordinado Carlos Mancho Cebrián, director técnico de la sociedad mixta, para que realizara un proyecto básico de construcción del nuevo edificio administrativo. El contrato le daba dos meses para entregar ese trabajo, pero Mancho lo tenía acabado 25 días antes de ser contratado. El PSOE, que ya ha denunciado la incompatibilidad de otorgar un contrato privado a un empleado público, investiga si este directivo cobró como privado un trabajo que realizó como empleado.

El 5 de mayo de 1999, el arquitecto Carlos Mancho Cebrián, presentaba al gerente de Mercamadrid, José Ramón Gomez de Barreda, los 32 folios de su proyecto básico de construcción para área de formación, zona comercial, aparcamiento, y edificio administrativo. Este profesional fue contratado como privado por el gerente, aunque pertenecía al cuadro directivo de Mercamadrid pues era el arquitecto de la empresa. Cesó en su empleo público en febrero pasado, aunque continúa como asesor de la sociedad mixta, que preside el alcalde.Cuando este arquitecto oficial de Mercamadrid fue contratado por 40 millones como profesional privado por Gómez de Barreda el 26 de mayo de 1999 para realizar el proyecto básico de ejecución, hacía 25 días que lo tenía últimado y entregado oficialmente a su cliente y jefe. Y apenas 14 días después de firmar el contrato, ya visaba tal proyecto en el colegio oficial de arquitectos de Madrid.

Fue elegido a dedo por Gómez de Barreda. Igual que fueron seleccionados antes los dos arquitectos que hicieron en julio de 1997 el estudio de detalle de esa parcela, Victorino Agueda Goyeneche y Rafael Suárez Almazor. El primero afirma que les puso en contacto con el gerente el propio Mancho Cebrián. "Somos amigos del Parque de las Avenidas. Y él nos recomendó". Agueda no detalla cuánto cobraron: "Un poquito".

La información que les suministró el gerente a los consejeros en febrero de 1999 no hacía pensar que que el arquitecto de Mercamadrid, Mancho Cebrián, iba a ser contratado como arquitecto privado. Todo lo contrario. "El director general alude a que se va a comenzar a elaborar el proyecto de la zona comercial, habiéndose encargado la autoría de dicho proyecto al arquitecto de Mercamadrid".

El 16 de septiembre de 1999, la comisión ejecutiva de Mercamadrid aprobaba el proyecto básico, redactado "por el arquitecto Carlos Mancho Cebrián". En esa referencia no se precisaba que Mancho cobraba como privado aunque seguía como director técnico de Mercamadrid.

La sociedad mixta no usó ni los servicios de sus técnicos ni los de Mercasa, sociedad pública accionista de Mercamadrid, para elaborar el proyecto. Mercasa había advertido en una comisión ejecutiva de 1998 que sus servicios técnicos podrían hacer ese tipo de trabajos.

Los consejeros acordaron por unanimidad que comunicarían "al departamento técnico de Mercasa, previamente a la contratación de cualquier consultoría o servicio técnico externo, así como la oferta de cualquier proyecto técnico que se decida llevar a cabo por la sociedad para la realización tanto de estudios de detalle como de ejecución y de redacción de proyectos de ejecución de obras que vaya a asumir directamente Mercamadrid".

Un portavoz de Mercasa no pudo responder ayer si se les consultó para tales labores encargadas a arquitectos privados y si su presidente, Miguel Ramírez, conocía que uno de los contratados era un empleado de Mercamadrid. Este portavoz alegó que Ramirez estaba de viaje. Gómez de Barreda, declinó responder ayer a este periódico.

Alarma del PSOE

Tras estos hechos, el PSOE se muestra alarmado. "De la lectura de los documentos que vamos teniendo se deduce que la actuación del gerente no es transparente. Y sobre esto le vamos a preguntar en el proximo consejo. No entendemos que el 16 de febrero de 1998 se acuerde que sea Mercasa la encargada de hacer estudios y luego se le encargue a otro arquitecto y que encima sea de la casa. Y que, además, se haga sin ninguna explicación a los consejeros", afirma el edil socialista Rafael Merino. "Se está actuando con una falta de transparencia preocupante que nos hace sospechar que haya otros intereses que no sean los municipales. Nos sorprende que el proyecto esté hecho el 5 de mayo de 1999, y sin embargo se le contrate para hacer el proyecto el 26 de mayo. No concuerda. Es difícil valorar esto. Parece que en algunos cuadros técnicos de la empresa nombrados por el PP hay mucho compadreo", añade Merino. "Sobre lo que está ocurriendo deberá informar el presidente de esta empresa a la mayoría del accionariado que son todos los madrileños al ser el Ayuntamiento el socio mayoritario", concluye este concejal.

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