La rehabilitación de las viviendas de la nueva Rambla del Raval estará concluida en el 2001
La nueva Rambla del Raval, la que arranca en la calle de Sant Pau y morirá en la de Hospital, estará urbanizada el próximo junio. Y la rehabilitación de los edificios de viviendas de las calles de Sant Jeroni y Cadena, a ambos lados del nuevo paseo, podrá estar lista a finales de 2001. La operación del Plan Central del Raval es una de las más importantes de los programas de rehabilitación de Ciutat Vella, proyectos en los que cada vez se involucra más la iniciativa privada, hasta el punto de que las demandas de subvenciones sobrepasan las partidas reservadas a ese fin.
El año pasado, la inversión privada en rehabilitación de edificios de viviendas y locales en el distrito de Ciutat Vella fue de 4.700 millones de pesetas. La aportación pública, en forma de subvenciones, fue de 900 millones. La actividad rehabilitadora abarcó 5.500 viviendas, lo que representa una actuación en el 10% de los edificios residenciales del distrito y el 68% de las acciones de rehabilitación planificadas para el periodo 1999-2001 en el convenio suscrito entre el Ministerio de Fomento, la Generalitat y el Ayuntamiento por un importe de 1.555 millones de pesetas. "Estamos en un punto en el que la demanda de subvenciones por parte de los promotores y propietarios que quieren rehabilitar los edificios supera las previsiones presupuestarias por lo que nos vemos obligados a ir conteniendo la tramitación de los expedientes", explicó ayer la regidora del distrito, Katy Carreras-Moysi, al presentar el balance de la gestión en rehabilitación de 1999.
Impulsar el alquiler
Prácticamente la totalidad de la rehabilitación corresponde a edificios de comunidades de propierarios. "Ahora tenemos que impulsar el mismo esfuerzo en viviendas de alquiler", enfatizó la regidora. Para el director general de Acciones Concertadas de la Generalitat, Ramon Roger, será necesario "encontrar nuevas fórmulas de colaboración" para dar respuesta a las peticiones de subvenciones. Roger se mostró completamente convencido de la necesidad de que las administraciones hagan un esfuerzo especial en proyectos como el de Ciutat Vella.
La rehabilitación comprende no sólo la reforma de las fachadas sino elementos más importantes en la calidad de vida de los residentes, como el suministro de agua directa, en sustitución del agua de depósito, y la instalación de ascensores. "En cuatro años se han instalado 131 ascensores en edificios rehabilitados del distrito, lo que ha tenido un impacto sobre 1.826 viviendas", subrayaba ayer Carles Pasquina, uno de los responsables del programa de rehabilitación.
Ahora, los esfuerzos inversores se concentran en varias áreas de Ciutat Vella, como el Plan Central del Raval. Ya se ha puesto en marcha un plan director para la rehabilitación de los 39 edificios de viviendas situados a uno y otro lado de la nueva rambla, en las calles de Sant Jeroni y Cadena. Actualmente ya hay cinco edificios en fase de ejecución y otros cinco en los que se están empezando a tramitar los expedientes de subvenciones.
La oficina de rehabilitación ha realizado un chequeo previo de todos los edificios que deben ser rehabilitados, algunos de los cuales datan de la segunda década del siglo XVIII. Son de tipología bastante diversa. Hay algunos en la calle de Cadena que siguen la tipología del Eixample. En cambio, algunos de los bloques de Sant Jeroni deberán ser transformados en su totalidad porque se trata de viviendas que no reúnen los mínimos requisitos necesarios para ser consideradas habitables. La reforma también implicará la desaparición de las viviendas ilegales construidas en los terrados de los edificios.
Los gestores de las ayudas no están encontrando problemas en los edificios con comuidad de propietarios en régimen de propiedad vertical, el 60% de las viviendas de las calles de Cadena y Sant Jeroni. "En realidad son los primeros interesados en invertir para mejorar sus propiedades porque saben que con la nueva urbanización del paseo y del entorno, su valor se incrementará. El proceso es más complejo cuando se trata de edificios de propiedad horizontal, ya que la mayoría de los propietarios no tienen liquidez suficiente para afrontar las obras que se necesitan", explicaba ayer Carles Pasquina.
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