Un padre separado mata a sus dos hijas de cuatro años en Girona y se suicida El hombre, antes del doble crimen, llamó a la mujer para decir que iba a vengarse en las niñas
Los niños han vuelto a ser el blanco de la violencia de sus padres. Lorenzo Carmona, de 34 años, encargado de mantenimiento de un edificio de apartamentos de Platja d'Aro (Girona) descargó mortalmente este domingo su escopeta de caza contra sus dos hijas mellizas de cuatro años. Luego se suicidó. Fue el propio Carmona, separado de su mujer desde hacía unos 10 días, quien unas horas antes amenazó por teléfono a su esposa con matar a las criaturas. La mujer, que había sufrido frecuentes peleas con el hombre, intentó evitar la tragedia, pero llegó tarde.
Después de esta llamada, Rosa Jurado acudió rápidamente al apartamento, pero Carmona había cambiado la cerradura y no pudieron abrirla ni su vecino ni el conserje del edificio. Jurado, de 29 años, acudió entonces a denunciar el hecho a la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Sant Feliu de Guíxols (la mujer, según Efe, había denunciado con anterioridad a Carmona por malos tratos). Cuando los agentes forzaron la puerta y entraron en la vivienda encontraron a las tres víctimas, a última hora de noche, tendidas junto a un charco de sangre.El escenario del crimen es un imponente rascacielos de 20 plantas, en primera línea de mar, llamado Sun Tower. En esta época del año el edificio de apartamentos, en su mayoría de alquiler, se encuentra prácticamente desierto. Los escasos moradores no salían ayer de su asombro y no se explicaban los oscuros motivos que pudieron conducir a un final tan trágico. El agresor no tiene antecedentes de un posible desequilibrio psíquico. "Parecía un hombre tranquilo, una bellísima persona", recordaban algunos. "Ella no le dio motivos para una salvajada como ésa: era una mujer que iba de casa al trabajo y del trabajo a casa", apuntaban otros, ahuyentando el móvil de los celos.
Consternación vecinal
La posesión de la escopeta se explica por la enorme afición a la caza de Lorenzo Carmona. Casi todos los miembros de la pequeña colonia de trabajadores invernales del núcleo turístico de Platja d'Aro conocían a Carmona y todos coincidían en la consternación e incredulidad ante su crimen.
Hacía unas dos semanas que el marido había comprado un utilitario de segunda mano a su mujer, que ésta utilizaba para llevar a las niñas a la escuela. Este domingo, el hombre tuvo a a su cargo a las gemelas, Cristina y Lorena, todo el día. Al parecer, la pareja había tenido desavenencias de manera habitual durante los últimos meses y había llegado a separarse unas dos o tres veces, aunque después volvía a convivir. Esta última separación se prolongaba ya unos 10 días. La mujer vivía en otra casa y se había llevado con ella a las niñas, aunque la separación se había hecho en unos términos suficientemente amistosos como para que éstas acudieran a menudo a visitar a su padre, como sucedió el pasado domingo.
El matrimonio era originario del mismo pueblo de Jaén, Pozo Alcón, y según contaban ayer los vecinos, se conocieron trabajando en el sector hotelero de Platja d'Aro. Después de algunos años de convivencia, la pareja acabó casándose. Él había trabajado como cocinero y ella hacía sólo unos pocos días que había encontrado un nuevo empleo como asistenta en un hotel. El matrimonio había comentado a sus amistades que habían tenido muchas dificultades para tener descendencia, y la llegada de las dos niñas les había colmado de alegría.
Una vez conocida la tragedia, los familiares del matrimonio acudieron inmediatamente a Platja d'Aro a prestar declaración ante la policía autonómica y el juez instructor para arrojar luz sobre las presuntas desavenencias de la pareja.
Una vecina apuntó ayer que el origen de las peleas del matrimonio podría estar relacionado con una riña entre las familias de ambos, residentes en la localidad natal de la pareja. La mujer añadió que el parricida le comentó, en diversas ocasiones y con lágrimas en los ojos, que su familia y la de su mujer serían las culpables de la ruptura del matrimonio.
La esposa del parricida esperó la llegada de sus familiares junto al alcalde de Platja d'Aro, Joan Giraut, quien calificó los hechos de "dramáticos". El director de la escuela Els Estanys, donde acudían las pequeñas, se mostró también desolado y rehusó comentar la situación personal de la pareja.
El Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 3 de Sant Feliu de Guíxols decretó el domingo el secreto de sumario sobre el caso. La declaración de la mujer ante el juzgado puede contribuir a aclarar el dramático suceso.
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