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Reportaje:

Hablando del medio ambiente

El Global Environmental Monitor es un sistema de encuestas que se lleva a cabo, periódicamente y en distintos países del mundo, para analizar el grado de conciencia ambiental que existe en la sociedad. Los sondeos realizados en 1997 mostraban como un 79% de la población española consideraba la conservación del medio ambiente una cuestión a la que debería otorgarse una prioridad alta o muy alta. Este porcentaje creció, a finales del pasado año, hasta el 87 %, lo que sitúa a nuestro país por delante de Estados Unidos, Japón, el Reino Unido o Francia, y al mismo nivel, por ejemplo, que Finlandia. El avance de resultados de esta última muestra, realizada durante los dos últimos meses de 1999, acaba de ser publicado por la Fundación Entorno. En este caso se han incorporado datos de un sondeo cualitativo, para el que se organizaron reuniones de grupo y entrevistas en profundidad, y otro cuantitativo sobre una muestra de más de 2.000 individuos en todo el territorio nacional.

En general, advierten los autores del trabajo, "los ciudadanos manifiestan su preocupación por el deterioro del medio ambiente, pero aún se muestran más sensibilizados por las consecuencias que pudieran producirse en el futuro". Cuando a los encuestados se les preguntó cuál era el objetivo más importante para el país en la actualidad, colocaron en primer lugar la creación de empleo (41%), seguida de la erradicación de la pobreza (21%), la reducción del crimen y los conflictos (15%) y la conservación del medio ambiente (13%). Pero si se les pedía que situaran los objetivos a alcanzar dentro de diez años, el listado de prioridades sufría una llamativa modificación: las cuestiones ambientales se situaban en primer lugar (27 %), aventajando a la creación de empleo (23 %).

Preocupación de los jóvenes Esta opinión aún es más rotunda en el segmento de población comprendido entre los 18 y los 24 años, tramo en el que cerca del 40% de los encuestados colocaron la mejora del medio ambiente como primer objetivo social a conseguir. Por otro lado, la percepción de los ciudadanos sobre quienes son los principales responsables de la situación actual, y por tanto de su solución, ha variado poco en los últimos años, y se reparte principalmente entre el sector industrial y los hábitos de consumo.

De cualquier forma, las actividades industriales han conseguido mejorar ligeramente su reputación, ya que hace cuatro años el 91% de los entrevistados les atribuía la peor imagen ambiental y hoy este porcentaje se ha reducido al 88%.

En cuanto a problemas específicos, los que requieren de acciones correctoras más urgentes, son, en opinión de los españoles, la contaminación atmosférica (citada por casi un 60 % de los encuestados), la contaminación del agua (algo más de un 40 %) y la destrucción de la capa de ozono (rozando el 40 %). Aún siendo dos asuntos de especial incidencia en nuestro país, la deforestación (alrededor de un 20 %) y la contaminación acústica (menos de un 10 %), se colocan en las últimas posiciones. Es cierto que esta escala puede estar influida por la limitada información que los ciudadanos reciben sobre estas materias, asunto del que se quejan el 55 % de los participantes en el sondeo.

Dentro de las fuentes informativas sobre medio ambiente, los grupos ecologistas son los más fiables para un volumen de encuestados que supera el 40 %, seguidos de los centros de enseñanza. A gran distancia se sitúan los diferentes organismos de la administración, ya sea estatal, autonómica o local, que, en el mejor de los casos, son considerados creíbles por un 12% de los ciudadanos. La información a la que se otorga menos crédito es la procedente de la UE (menos de un 5%).

A la hora de colaborar en la solución de los problemas ambientales, los españoles se muestran dispuestos a modificar algunos de sus comportamientos personales, actitud que ha mejorado de forma notable en los últimos años. Si en abril de 1995 solo un 10 % de españoles estaba decidido a ahorrar agua, este porcentaje ha crecido hasta el 28% en diciembre de 1999. Y si de lo que se trata es de colaborar en los sistemas de reciclaje de desechos, la evolución ha sido, en el mismo periodo de tiempo, de un 23% a un 50%.

Si bien es cierto que cerca de un 40% de la población dice haber comprado productos ambientalmente correctos en los últimos tres meses, las etiquetas que los identifican son indescifrables para un elevado porcentaje de ciudadanos, exceptuando, quizá, las que se refieren al vidrio reciclable. Además, las motivaciones de los consumidores a la hora de adquirir productos ecológicos se sitúan más en la esfera del prestigio y la calidad, y no tanto por la mejora del medio ambiente que dichos productos proponen. La proliferación de marcas verdes ha hecho desconfiar a muchos ciudadanos, que ven en este fenómeno una mera estrategia comercial.

Comentarios y sugerencias a propósito de Crónica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es

Del ecologista al despreocupado

En función de las actitudes que los españoles muestran ante los problemas ambientales, los autores de este estudio sociológico los han repartido siguiendo la siguiente tipología:Ciudadanos verdes: Son los más concienciados y se muestran dispuestos a presionar a gobiernos e industrias para que ejecuten planes de mejora. A nivel mundial este colectivo representa, como media, el 20% de la población, aunque en España llega hasta el 27%.

Ciudadanos moderadamente verdes: Preocupados por estas cuestiones, aunque mantienen posiciones más positivas sobre Gobiernos e industrias. Representan el 19 % de la población mundial, y en España suman un 40%.

Localistas: Muy preocupados por los problemas locales y cómo afectan a su salud, pero sin sentirse implicados en su solución. Representan el 23% de la población mundial y el 9% de la española.

No comprometidos: Para este grupo el medio ambiente es una preocupación teórica. Desconfían de la tecnología y de la industria, aunque se sienten parte activa en la solución de algunos de los problemas. Constituyen un 11% de la población mundial, y un 9% de la española.

Preocupados por la supervivencia: Se preocupan por el aquí y ahora y defienden la supervivencia económica frente a cualquier otra. Suman el 15% de la población mundial y el 5% de la española.

Despreocupados: No consideran que el medio ambiente sea un problema real y se identifican con el modelo económico actual. Representan el 12 % de la población mundial y el 8 % de la española.

Por otro lado y según el nivel de ingresos, y en lo que se refiere a España, los individuos de grupos de renta muy elevada se reparten entre despreocupados y no comprometidos, mientras que las rentas más bajas se inclinan por la actitud localista o la despreocupada.

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