Sanidad permite que un fármaco para la próstata cueste nueve veces más si se usa contra la calvicie
En el mercado farmacéutico español hay un mismo medicamento, comercializado en dos presentaciones diferentes por el mismo laboratorio, que, según para lo que se use, cuesta hasta nueve veces más. Ambas presentaciones contienen el mismo principio activo, la finasterida, que los urólogos vienen recetando desde hace años para el adenoma (tumor) de próstata. Hace un par de años que el laboratorio fabricante, la multinacional norteamericana Merck, Sharp & Dohme (MSD), comprobó que el mismo medicamento da buenos resultados contra la calvicie, concretamente para la llamada alopecia androgenética, así que lo puso a la venta bajo otro nombre distinto y muchísimo más caro, con el consentimiento del Ministerio de Sanidad, que además, para evitar que los pacientes españoles deseosos de evitar la caída del pelo compraran la presentación más barata, ha impuesto la obligación del visado de inspección al fármaco contra la próstata. Este asunto, según fuentes conocedoras del sector, es un escándalo que demuestra cómo la política farmacéutica del Ministerio de Sanidad favorece a los laboratorios más poderosos. Para otros, incluido el propio laboratorio implicado, es una paradoja que generan las complicadas reglas de la política farmacéutica pública española.
Proscar, un medicamento eficaz para el adenoma de próstata que evita un alto porcentaje de cirugía y reduce los síntomas, lo empezó a comercializar MSD en España en septiembre de 1993. Financiado por la Seguridad Social, el envase de 28 comprimidos de cinco miligramos de finasterida cada uno cuesta 4.716 pesetas.
Cuatro años más tarde, el laboratorio empezó ya a ensayar la finasterida para tratar la alopecia. El mismo medicamento en menores dosis se mostraba eficaz. En febrero del pasado año, MSD lo puso a la venta en España. Se llama Propecia y contiene 28 comprimidos de un miligramo de finasterida cada uno, pero cuesta 8.591 pesetas. Dicho precio lo autorizó Sanidad, ya que se vende con receta, pero no está financiado. El resultado: un miligramo de finasterida bajo la marca Proscar cuesta 33,6 pesetas; un miligramo de finasterida bajo la marca Propecia, 306,8 pesetas. Nueve veces más.
Volver loco al urólogo
El catedrático de urología Luis Resel, que fue llamado como experto en su momento para autorizar el Proscar, cree que este caso es extraordinario y, además, está volviendo locos a los urólogos. "La gente empezó a comprar el Proscar y a partir cada pastilla en cuatro para utilizarlo contra la alopecia. Para evitarlo, Sanidad impuso el visado de inspección, y eso nos obliga a documentar cada caso, cada receta. A los urólogos nos vuelven locos ahora".
Un enfermo de próstata que puso en alerta a este periódico sobre el caso ha visto incluso cómo desde septiembre pasado su médico del Insalud se niega a recetarle Proscar, dadas las restricciones impuestas ahora por la Administración sanitaria para prescribir este medicamento. "Ese señor tiene razón de estar enfadado", alega MSD. "El problema es que los precios de los medicamentos financiados no suben con el IPC, quedan congelados. De ahí que al comercializar un producto nuevo, con indicación distinta, se tenga que aprovechar para poder recuperar la inversión en investigación que ha requerido el producto. Si aquí la diferencia de precio es tan grande es porque ha pasado mucho tiempo entre uno y otro.
Sanidad explica que se trata de "un fármaco con dos indicaciones diferentes", por lo que la diferencia de precio es normal. Para una fuente conocedora del sector, este caso es escandaloso. Otra añade: "En todo caso, es evidente que Sanidad negoció mal el precio del Propecia, pues, sabiendo que el producto ya existía, debería haber pensado más en los intereses de los usuarios que en los intereses del laboratorio, que, de seguro, ha recuperado con creces la investigación realizada para el Proscar tras siete años de venta financiada".
Además del Proscar y el Propecia, hay en el mercado español dos productos paralelos con los mismos precios y composición. Se trata del Eucoprost, para la próstata, de Frosst Ibérica, que se vende desde 1996, y el Folitabs, contra la alopecia, en el mercado desde marzo de 1999, de Laboratorios Abelló. Este último laboratorio fue comprado por MSD en 1983 y Frosst es subsidiaria de la misma multinacional.
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