ERC reivindica que el TSJC actúe como la última instancia judicial de Cataluña

Esquerra Republicana (ERC) reivindicó ayer que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) "actúe como una verdadera última instancia judicial de casación sin otro tribunal más alto que no sea el Constitucional" para cuestiones interadministrativas o que afectan a la Carta Magna del Estado. Este criterio fue recibido con aceptación por parte de la mayoría de los abogados que ayer participaron en un almuerzo con el candidato Joan Puigcercós y al que asistieron el decano de los letrados de Barcelona, Jaume Alonso-Cuevillas, Enric Leira, Joan Laporta, Carles Pi i Sunyer e Ignasi Gispert, entre otros.A lo largo de la jornada, el candidato de ERC manifestó que las medidas que el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia, pondría en marcha si ganara las elecciones "eluden la reestructuración del Estado para evitar un conflicto con el PSC". Respecto a un hipotético Gobierno socialista, Puigcercós fue tajante: "Han intentado dar un giro sin lograr un cambio significativo, sino hacer un remiendo de política de izquierdas ya que, por ejemplo, no frena las privatizaciones".

Puigcercós presentó también ayer las propuestas de economía social de ERC en el Día de la Mujer Trabajadora. El candidato visitó una floristería que contrata a mujeres procedentes de situaciones de marginalidad.

Por otra parte, durante la jornada electoral, ERC recibió el apoyo de sectores culturales que respaldan la reclamación -efectuada anteayer por el candidato Puigcercós- de que los 17.000 millones de pesetas invertidos por el Estado en compra de patrimonio artístico reviertan en museos catalanes.

Puigcercós había efectuado esta reclamación durante un almuerzo coloquio al que asistieron un centenar de intelectuales catalanes entre los que destacó la presencia del arquitecto Oriol Bohigas. En el mismo almuerzo de anteayer, Puigcercós expuso que tiene intenciónn de exigir al Congreso la devolución de los archivos de la Generalitat republicana depositados en el Archivo de Salamanca para que éstos dejen de ser un "botín de guerra".