_
_
_
_
Tribuna:PATÉ DE CAMPAÑA
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El tenor en La Farga AGUSTÍ FANCELLI

Un mitin de Felipe González no es un mitin, es un estado del alma. Pocos espectáculos hay que se le puedan comparar. Quizá los que ofrecía Camarón de la Isla. Cuando murió, un seguidor suyo dijo por cámara algo muy grande: "Dios le ha llamado para que le cante". Es poco probable que a Dios le interesen las elecciones, pues la democracia no acaba de ser su especialidad, pero si alguna vez tuviera que llamar a alguien para que le mitineara, ése sería Felipe González. Ayer el hombre mandaba en La Farga de L'Hospitalet tocado por la inspiración divina. Hacía tiempo que no se veía algo semejante en esa plaza.Me permitirán que descienda a un terreno más conocido, el de la lírica, para aproximarme a una descripción del evento. En primer lugar, dos horas antes de actuar, el tenor había llenado prácticamente el teatro, que se dice pronto en estos tiempos de fatiga electoral. Una expectación semejante yo la he conocido sólo en otra ocasión: en el Metropolitan, con un Elisir d'amore que protagonizaba Pavarotti, hace ya algunos años. Cuando el fagot atacó la melodía de la Furtiva lacrima, el público quedó extasiado, pendiente ya sólo de una boca. Naturalmente, no importaba lo que el cantante fuera a decir, pues eso ya todo el mundo se lo sabía de memoria, sino cómo lo iba a decir. En eso una aria y un mitin son idénticos. Felipe empezó en tono grave, con un susurro íntimo de agradecimiento por estar allí los que estaban. Inmediatamente subió el tono y tronó con que el Palau Sant Jordi también estaría a reventar en el mitin socialista final. A partir de ahí, ya todo fue filigrana. Por ejemplo, cómo escanció la falta de "talante", "talento" y "talla" de Aznar. Dijo estas palabras apoyando sul fiato, entreteniéndose en la consonante inicial para luego descargar el trallazo. El mérito estaba en que cada una de las palabras salía con un peso diferente y preciso. No les cuento con qué donaire pronunció a continuación las antinomias "revolución-involución" o "progreso-regreso". O con qué brillante graduación de colores sirvió expresiones como "capitalismo del compadrazgo" o "economía de burbujas especulativas en Bolsa". Alguna dificultad tuvo cuando el libreto le obligaba a tratar de las stock options, que salieron pronunciadas como "ehtó oshions", pero se recuperó inmediatamente con un agudo impoluto cuando decía que él quería ganarle a Aznar sin fotos en las vallas. Acabó reclamando una campaña caliente, no enfriada como la que busca la derecha: no hacía falta que lo hiciera, a esa hora la temperatura mitinera había alcanzado el punto de ebullición.

Amigos, créanme, no es lo mismo escuchar a este fenómeno en La Farga de L'Hospitalet que en el guiñol de Canal +. Aunque el tono de voz y lo que dice sean los mismos en uno y otro lugar, entre la grabación y el directo aún hay un buen trecho.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_