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Elecciones 2000

En sus puestos... preparadas

Esperanza Molina Cubillo no tiene dudas de que su segundo puesto en la candidatura del PSE-EE por Álava, inmediatamente después de Ramón Jáuregui, se debe a la cuota femenina. "¿Quién puede pensar que con 68 años y siendo mujer iba a estar ahí?" Casada y madre de cuatro hijos, defiende la discriminación positiva, pero su aplicación a la política le deja un sabor agridulce: "Me raspa que haga falta tomar esa medida en el siglo XXI". Además de por su valía, las mujeres han escalado puestos en las listas electorales impulsadas por las cuotas, en el caso de los socialistas y de IU, y en los partidos que no creen en esta medida, por el temor de parecer carcas.Molina defiende con vehemencia que, además, la presencia femenina resulta muy rentable: "Devolvemos cien por uno y en el partido lo saben". Esta candidata, doctora en Filosofía y Letras y antropóloga, cree que la movilización de las electoras en España está a años luz de otros países europeos. "Se percibe cierta agresividad de otras mujeres que deberían ser tus cómplices", se lamenta. Pero a la hora de votar no pide a los ciudadanos, hombres y mujeres, que se dejen llevar por la presencia femenina en las listas. "Yo miraría con más interés a las candidaturas con mujeres. Aquí hay futuro, pensaría, pero, honestamente, creo que se debe votar a un proyecto, a un sentido de la vida y la sociedad. La presencia de mujeres no es lo sustancial; es la guinda".

Iratxe Aristegi, número tres en la lista de EA al Congreso por Vizcaya, ya fue candidata en las municipales. Entonces no salió y ahora sus posibilidades son, según los sondeos, nulas. Pese a todo, lo más importante para esta profesora de la Universidad de Deusto, de 28 años, "es que entremos en los órganos de decisión de los partidos". Por eso recalca que una mujer, Begoña Errazti, preside el suyo. Sobre las cuotas lo tiene claro: "No me gusta la discriminación, ni la positiva ni la negativa". Por lo que ve en su agrupación, la de Bermeo, la presencia femenina entre la militancia es mayor que en las listas.

Un 'tramposo' 37%

El caso de Aristegi refleja la trampa de las listas. Las mujeres copan un 37% de media en las candidaturas vascas para el 12-M al Congreso y al Senado (oscila entre el 28% en EA y el 44% en el PSE), pero si se atiende sólo a los puestos con posibilidades de loagrar escaño, según los últimos sondeos, apenas un 21% de los escaños vascos en Madrid será ocupado por mujeres: dos socialistas, una del PNV y otra de EA.

Cada vez que la veterana Pilar Aresti ha pensado en la conveniencia de retirarse de la política activa ha recibido una noticia ("casi siempre triste", puntualiza) que le ha reavivado las ganas de seguir en primera línea. Cuando meditaba si aceptar la propuesta de encabezar la candidatura del PP al Senado por Vizcaya ETA cometió su primer atentado tras la tregua. "Volvía a ser el momento de dar un paso adelante. Han vuelto a prevalecer las ganas de luchar", asegura. En 22 años de dedicación a la política, ha sido elegida en tres legislaturas consecutivas miembro de las Juntas Generales de Vizcaya, y en otras dos elecciones generales ha sido candidata al Congreso, pero por vez primera comparece ante el electorado en busca de un escaño en la Cámara alta.

El revuelo que viven otros partidos europeos con la acción positiva y las cuotas le resulta algo ajeno a su experiencia. "En el PP no necesitamos cuotas. Aquí se respeta a quien vale", dice. Su reivindicación se limitan a la defensa de "la igualdad de oportunidades". "Ni problemas de hombres ni de mujeres, me interesan los seres humanos", apunta.

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Inmaculada Loroño opta al Senado por el PNV en Vizcaya. A sus 41 años es una veterana en política. Empezó como alcaldesa -aunque a ella le gusta más "la alcalde"- y fue diputada foral. Loroño es de las que sostiene que las cuotas pueden ser "armas arrojadizas" contra las mujeres y dice convencida: "En el PNV tenemos las mismas opciones". Para ella el motivo de su escasa presencia interna es que siempre han sido "más reticentes a participar".

Marije Crespo, profesora de Filosofía en la red pública, de 46 años, lleva en la política desde su época universitaria. No ve su actividad política como una profesión, y con esa filosofía ha llegado, por segunda vez, al número dos en la lista de IU-EB por Vizcaya. "No debo el puesto a las cuotas. La lista está compuesta por la pluralidad de sensibilidades de IU", dice con la misma rotundidad con la que explica que le disgusta la necesidad de reservar porcentajes de representación para cada sexo. Crespo protesta por las estratagemas que utilizan todos los partidos para captar la atención del electorado femenino: "Hablan de los problemas de las mujeres antes de las elecciones, pero luego los pasos que dan a su favor son proporcionalmente menores".

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