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Alemania busca una salida airosa tras fracasar su candidatura al FMI

Pilar Bonet

Alemania ha convertido la candidatura de Caio Koch-Weser a la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI) en una cuestión de prestigio por partida triple -a nivel personal, nacional y europeo-, y por eso necesita una salida airosa para "salvar la cara" en los tres temas. El canciller Gerhard Schröder tenía previsto anoche cenar con el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, mientras en Bruselas se hablaba abiertamente de que Koch-Weser debía tirar la toalla, según Reuters.

Sin embargo, a fecha de ayer, la salida oficial en Berlín era perseverar en la defensa del candidato. Uwe-Karsten Heye, el portavoz de Gerhard Schröder, confirmó que el Gobierno mantenía su posición y confirmó también que el canciller se iba a reunir con el presidente de la Comisión, Romano Prodi, por la noche en Hannover. Sin embargo, altas fuentes gubernamentales alemanas indicaban ayer que la resolución de la crisis no equivale necesariamente a conseguir el fin en el que el canciller Gerhard Schröder ha embarcado tanto a sus aliados europeos como a su secretario de Estado en el Ministerio de Hacienda.Las fuentes se mostraban muy sensibles al tratamiento que la prensa alemana está dando al enfrentamiento con Estados Unidos y dejaban entrever que pueden existir otras soluciones para el problema, siempre y cuando éstas no supongan una claudicación directa y frontal ante la voluntad de Estados Unidos.

Berlín podría aceptar que Koch-Weser no saque la mayoría necesaria para ser elegido director general del FMI, pero rechaza el gesto norteamericano, porque éste es percibido como un acto arbitrario de poder.

"El Gobierno se vería perjudicado ante la opinión pública, si no puede imponerse, y los europeos también", señalaban las fuentes. "El prestigio y la reputación personal de Koch-Weser sufrirían enormemente", añadían. "Se habría quemado y ya no podría competir por ningún puesto de importancia internacional. Su carrera quedaría truncada", afirmaban.

"Una cosa es que Koch-Weser no sea presidente del FMI porque los americanos se oponen, y otra que no lo sea porque no consigue el apoyo de la mayoría", señalaban las fuentes.

Schröder, afirmaban, había requerido y obtenido el apoyo de Clinton para su candidato, cuando éste no había sido todavía elegido como figura de consenso europeo, pero los franceses ya no se oponían a él. "Estamos en una situación muy difícil", reconocían las fuentes, que aseguraban desconocer el origen del rechazo norteamericano y opinaban que éste no tenía nada que ver con la persona concreta de Caio Koch-Weser.

Las fuentes barajaban, a título de hipótesis, la posibilidad de que Lawrence Summers, el secretario del Tesoro estadounidense, quiera el puesto de director del FMI para sí. Esta aspiración formaría parte de una combinación más amplia, según la cual los papeles tradicionales al frente del FMI y el Banco Mundial podrían ser intercambiados por europeos y norteamericanos. La prolongación del interinato de Stanley Fischer haría aumentar las posibilidades de Summers, señalaron.

Fuentes de la presidencia en turno portuguesa de la UE insisten en que corresponde a Alemania "sacar las consecuencias" de la votación de tanteo de la semana pasada en Washington, en la que Koch-Weser logró un 43% de los votos en el consejo del FMI, pero con la abstención de Estados Unidos, lo que demuestra el veto de la Casa Blanca, informa Efe. La retirada de Koch-Weser y la presentación de otro candidato bien visto por Washington sería, según los observadores, la única manera de desbloquear la situación.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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