Coloma Fernández Armero convierte un diario en una novela intimista

"He vuelto a nacer después de este diario", acierta a decir Coloma Fernández Armero al hablar de Querida yo (Plaza y Janés), un "calendario de sensaciones" nacido de la necesidad de su autora por explorarse. "Estaba metida en mi infierno personal. Así que me decidí a escribir un diario. Afortunadamente, me ha salido un libro, que es lo más sano. Si no, me hubiera salido una úlcera", afirma esta asturiana de 38 años.Según Fernández Armero, el diario, cuyo primer capítulo ganó en 1999 el primer Premio Contradiction, convocado por la revista Marie-Claire, fue gestado en Nueva York, aunque más tarde recogería parte de sus vivencias en Madrid. Es también un libro de rupturas, resultado de su inconformidad con su anterior trabajo como creativa publicitaria. "No había vivido los años de juventud. Estaba cansada". Esto la llevó hace cinco años a emprender la huida a Nueva York, un viaje que sin querer la enfilaría hacia la literatura.

"Allí empezaría esta especie de terapia que fue escribir este diario". "El diario es un antes y un después", agrega. "Antes intentaba hacer publicidad auxiliándome de la literatura. Esto me frustraba muchísimo. Entonces decidí que era mejor hacer literatura auxiliándome de la publicidad".

Fernández, que ha dedicado buena parte de su vida a escribir textos publicitarios, ha puesto del revés el calcetín. De escribir textos anónimos ha pasado a poner sobre el tapete, sin ningún atisbo de rubor, su universo privado, convirtiendo al lector en confidente. "Sentí la necesidad de exhibir mis cosas delante de extraños. Despedazarme para volverme a montar de nuevo", escribe Fernández en la introducción. El amor, el desamor, la soledad y el doblez de las relaciones humanas son los temas que recorren el libro, y que la autora enlaza a partir del humor y la ironía.

Para la autora, esta obra, configurada en capítulos cortos, muestra de la influencia de la publicidad (actualmente trabaja haciendo música para anuncios publicitarios), está escrita desde una visión femenina. Sin embargo, añade Fernández, "tengo la sensación de que también va a interesar a los hombres".