CCOO pone fin a un conflicto de 8 meses en Renfe tras destituir a su dirección sindical en la empresa
El consejo federal del transporte de CCOO decidió ayer, por 65 votos a favor y 15 en contra, la disolución de los órganos de dirección del sector ferroviario de la central, controlados por la corriente crítica. Tras esa resolución, se ha nombrado una gestora, que ayer ya empezó a trabajar en lo que es su primera misión: buscar una salida al conflicto de Renfe, que se arrastra desde hace ocho meses y ha derivado en 25 jornadas de huelga. La dirección de CCOO reabre así el enfrentamiento con los críticos en vísperas del congreso de abril, en el que se producirá el relevo de su líder, Antonio Gutiérrez.
Una gestora formada por 13 personas, y presidida por Enrique Fossoul, secretario de acción sindical del transporte, ha tomado las riendas del sindicato ferroviario de CCOO. Ayer mismo mantuvo un primer encuentro con la dirección de Renfe y con UGT para solucionar el conflicto de la compañía.Ese contacto permitió anoche un acuerdo para "encauzar y normalizar las relaciones mediante el diálogo", y para mejorar algunos puntos del convenio de eficacia limitada firmado por UGT y la dirección en enero pasado. Dicho acuerdo no era aplicable al conjunto de la plantilla porque la central ugetista no reúne representatividad suficiente (tiene el 28%). La única vía que han podido utilizar desde entonces los trabajadores es la adhesión individual al convenio, y hasta el momento lo han hecho más del 60% de la plantilla, formada por 34.500 empleados. El resto está sin convenio y, por tanto, sin el aumento salarial recogido en él: un 5% en total para 1999 y 2000; y con la fecha tope de hoy para acceder a él.
Dado el breve plazo que había para lograr un nuevo pacto de carácter general antes de hoy, la opción que se ha tomado es que CCOO suscriba el acuerdo de eficacia limitada con algunas mejoras respecto al acordado por UGT y la empresa.
El pacto de anoche contempla algunas precisiones en materia de reducción de jornada e incremento retributivo, con una garantía más clara del mantenimiento del poder adquisitivo para el año 2000. En relación a la conflictividad, la dirección de la empresa suscribirá el Acuerdo para la Solución Extrajudicial de Conflictos (ASEC). Además, se constituirá una comisión que estudiará un conjunto de 13 cuestiones, entre ellos la revisión de primas, el fondo social y la movilidad, con el fin de extender a todos los ferroviarios el contenido del convenio y convertirlo así en uno de carácter general.
Tras las mejoras introducidas anoche, con el acuerdo de los dos sindicatos y la dirección, el convenio se aplicará de inmediato a los afiliados a CCOO. Paralelamente, la gestora debe preparar un congreso del sector ferroviario para elegir una nueva dirección en unos meses.
La destitución de los órganos directivos de CCOO-Renfe es la consecuencia del ultimátum lanzado la semana pasada por la dirección de la central para que buscase una salida al conflicto, que se prolongaba desde junio de 1999.
25 jornadas de huelga
En estos ocho meses, CCOO, junto a los sindicatos CGT y Semaf, ha convocado 25 jornadas de huelga: primero, para presionar en la negociación del convenio; después, para protestar contra los expedientes abiertos a 70 trabajadores por incidentes en las movilizaciones y, desde enero, para mostrar su oposición al convenio firmado en solitario por UGT.
Ese rosario de huelgas llevó a los ferroviarios de CCOO de 20 provincias a pedir a la federación del transporte que interviniese para detener el conflicto. El principal argumento esgrimido, que ayer se reprodujo en la reunión del consejo federal, es que la dirección del sindicato ferroviario ha llevado a los afiliados "a un callejón sin salida", con la única opción de promover "huelgas con escaso seguimiento".
Además de exigir una salida al convenio, el consejo federal del día 23 le instó a anular todas las movilizaciones. Su respuesta, tensando la cuerda, fue convocar una nueva huelga para el día 10 de marzo.
Tras su destitución, los miembros de la dirección del sindicato ferroviario, pertenecientes a la corriente crítica que dirige Agustín Moreno, calificaron ayer de "barbaridad" y de "golpe de Estado" la decisión del consejo federal del transporte, máximo órgano de decisión entre congresos. Asimismo, manifestaron que esta medida ocasionará "un gran daño a la organización". Su intención es recurrir "en todas las instancias posibles".
Salce Elvira, dirigente de esa corriente, aseguraba ayer que esas destituciones son una prueba más de "la falta de democracia y de respeto a las organizaciones que vive el sindicato desde hace cuatro años".
Esta dirigente sindical niega que el sindicato ferroviario metiese a los afiliados de Renfe en un callejón sin salida. Según su versión, "se podía haber desbloqueado el convenio de Renfe mejorando algunos puntos, y de hecho estaban a punto de lograrlo", y responsabiliza a la dirección de optar por la vía de "disolver a una organización que no es afín", y por un movimiento más en "la ofensiva contra nosotros". Asimismo afirma que se va a hacer un llamamiento para que "la gente aguante y no se vaya de Comisiones Obreras".
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