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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Maestro portavoz

El portavoz del Gobierno se está revelando en los últimos meses como un aplicado maestro de periodistas. A falta de un centro académico para dictar sus lecciones, acostumbra utilizar el pupitre de la sala de prensa de Moncloa para soltar sus lecciones. La de ayer iba dirigida a poner en tela de juicio la profesionalidad de la SER y, por elevación, la del Grupo PRISA, empresa editora de este periódico. Olvida el aventajado profesor-portavoz algo que está en el catón de todos los periodistas: los titulares del derecho a la información son los lectores de los diarios, los oyentes de radio o los espectadores de televisión. Cuando el Gobierno se niega a responder a la SER viola el derecho a recibir información libre a su audiencia: más de cuatro millones de españoles, según el último EGM.En una sociedad democrática, los medios responden ante los ciudadanos y son éstos quienes los eligen, no el Gobierno. Para salir de situaciones comprometidas, los anglosajones inventaron hace muchos años la frase "no comment". Pero no es fácil encontrar por el mundo portavoces que vayan repartiendo condenas a los medios o haciendo en voz alta juicios de intenciones. Tal vez Piqué haya bebido en las fuentes de Ron Ziegler, portavoz del presidente Richard Nixon, que durante más de un año acusó a The Washington Post de falsas acusaciones en el caso Watergate y de estar al servicio del Partido Demócrata.

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Al ningunear a la cadena Ser o acusar al Grupo PRISA desde la sala de prensa de Presidencia, Piqué comete un abuso de poder. No es la primera vez; hace poco dedicó toda una sesión a atacar a EL PAÍS con motivo de una carta al director que no se había publicado. Ahora califica de "periodismo poco serio" una investigación sobre su pasado empresarial, a los pocos días de calificar como "periodismo de investigación" la filtración, por el mismo Gobierno, de los informes médicos de Pinochet. ¿Es necesario a estas alturas recordar que en democracia son los gobiernos los que están sometidos al escrutinio de los medios y no a la inversa?

Elegir al portavoz es una decisión que corresponde al presidente del Gobierno, y en buena medida lo retrata. Primero fue Miguel Ángel Rodríguez, que se especializó en ganarse al menos un enemigo en cada intervención; hasta el extremo de que Pujol, aliado del PP, terminó por exigir su destitución. Le sucedió un Piqué que ha convertido en costumbre la descalificación de los medios no afines. Sobre todo cuando investigan hechos relacionados con él, en su actuación como ministro de Industria o en su pasado empresarial vinculado a Javier de la Rosa.

Hace poco más de un año la SER y EL PAÍS informaron acerca de un sumario por un posible delito de alzamiento de bienes relacionado con la venta de Ertoil y la división empresarial realizada en Ercros. Ese caso había sido investigado en la Audiencia de Barcelona y remitido al Supremo por la eventual implicación de una persona aforada, el ministro Piqué. Una resolución del Supremo decidió devolver el asunto a Barcelona para que practicara determinadas diligencias, pero retuvo su jurisdicción. Afirmó Piqué entonces que la resolución era exculpatoria para él y que las informaciones publicadas eran falsas. Lo cierto es que, una vez practicadas esas indagaciones, el caso volvió al Supremo y es éste quien lo sigue instruyendo. El único motivo sigue siendo la eventual implicación del ministro. ¿Quién habló en falso: Piqué o los medios? ¿Puede un portavoz del Gobierno mantener su condición después de esto?

Una vez más, Piqué confunde los intereses públicos y los privados: de lo que se le está preguntando desde hace 48 horas es acerca de sus responsabilidades en este asunto que está en manos del Supremo, y la reactivación informativa viene por la petición de 50 perjudicados por el alzamiento de bienes para personarse en el sumario. Con su estrategia de doncella ofendida sólo trata de echar una cortina de humo sobre lo que no le interesa aclarar. Lo que le estamos preguntando ahora es sobre sus poderes entre 1989 y 1991, cuando era director general de estrategia corporativa de Ercros, y él responde sobre su actividad posterior como presidente de esa compañía.

Quien está en campaña es él, no los perjudicados de Ercros-Ertoil ni los medios que publican hechos contrastados y documentados. Dice Piqué que tiene la conciencia tranquila. Lo mismo declaró meses atrás un famoso juez después de ser condenado por prevaricación. Pero éstas no son cosas de conciencia. Entonces como ahora, será el Supremo quien dicte la última palabra, pero de momento sigue investigando el caso por si Piqué cometió delito.

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